Los cuentos del diseño

No es necesario justificar los productos del diseño inventando teorías para que otorgarles valor.

Fernando Weissmann, autor AutorFernando Weissmann Seguidores: 69

Los que tenemos hijos sabemos lo que es contar cuentos. Con más o menos habilidad, fuimos desgranado de nuestra imaginación o del recuerdo historias más o menos imaginativas. Tengo tres hijos y confieso que los personajes creados para el primero, volvían a la palestra con el segundo y claro, con la tercera. Pero en general eran siempre nuevas aventuras en países donde llegaban de la manera más imprevista. Por ejemplo, había una pareja de personajes que a mis chicos les causaba mucha gracia. Eran la Pulga Picheuta y el Piojo Abelardo. Estos eran solo pareja de viajes. Vivían en la misma casa pero, nada de sexo. Se encontraban, de repente en una maleta; todo se oscurecía y cuando la abrían, estaban en Paris. Y ahí, yo empezaba a desgranar el cuento. Creo que al final, me divertía más yo que ellos.

¿A qué viene este viejo recuerdo?

Es que vengo leyendo que el cuento se ha convertido en una especie de espectáculo, y que hay gente que se reúne con el «cuentacuentos» de moda, que ejerce su arte a un público de gente mayor. Adultos, ya no niños. Estuve en Buenos Aires en una reunión de este tipo con un filósofo, Santiago Kovadloff, en un bar-restaurante, donde había que reservar con tres semanas de anticipación. Un espectáculo tranquilo y muy bien llevado, hasta con dos músicos. Y volverán a preguntarse, ¿qué tiene que ver esto con el diseño o la arquitectura? Es que pareciera que este oficio de contar cuentos, se traslada a veces a la teoría con la que se justifica cualquier proyecto.

Vamos a ser francos. Cuando el producto es «por encargo», el 50% está resuelto. El objeto es necesario, está acotado por el cliente o por el fabricante, hasta casi tiene nombre y apellido, y tiene una función específica. Cuando el producto es resultado de una creación personal, de una idea que desarrollamos nosotros solos (o en equipo), es distinto. El producto es una idea que pensamos que podrá encajar dentro de las necesidades del mercado. Tendrá antecedentes de similaridad con otro, o será complementario, o totalmente inédito, pero es la concepción y desarrollo de una idea, hasta el final.

Y aquí aparece el cuento. Ese envase en el cual presentamos nuestra idea. Le agregamos de teoría para justificar las características del objeto, una vez que terminamos de diseñarlo. Buscamos referencias de diseñadores famosos, libros de teoría profunda de forma y figura, de tendencias, de utilización de materiales, de impacto ambiental, bla, bla, bla. Ahí se completa nuestra tarea. Entregamos el prototipo, con el cuento. Y esta historia razonada apoya, en general, todo aquello que nos gusta y no nos animamos a decir: «hice porque me gustó». Simplemente. Tiene más charme ponerle bibliografía.

Por donde sale el cuento

Cuando reconozcamos que realmente esta teorización viene a dar empaque, envoltorio y justificación catedrática a algo que sería mucho más fácil y sencillo de decir: —Amigos, me salió de la cabeza, del lápiz y del ordenador. Me gustó y pienso que funcionará muy bien. Si esto, no es así, por más justificación que te inventes, lo que creaste es un bodrioducto (es decir un «bodrio» de «producto») entonces no eres un diseñador. Tienes la profesión equivocada. Convéncete. Eres un «cuentacuentos».

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Ilustración principal del artículo Arquitectura: ¿me la envuelve para regalo?
Arquitectura: ¿me la envuelve para regalo? ¿Quién dijo o dónde está escrito que tenemos que justificar nuestras obras o productos, con una memoria descriptiva? Como si no fuese suficiente verla, palparla y usarla.

Debate

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Retrato de Juliana Chiriví Amaya
45
Juliana Chiriví Amaya
Abr. 2012

Fernando, difiero contigo en que la justificación más valedera para explicar nuestro trabajo es «me gustó y pienso que funcionará muy bien» ya que para muchos profesores o clientes esto demuestra inseguridad y esperan ese «cuento» para convencerse de la calidad del producto. Creo más pertinente decir que es lo mínimo que debemos pensar durante el proceso de diseño y más aún, estar convencidos de los resultados para que nuestro espíritu crítico y discursivo (como bien mencionas en tu blog en el artículo «réquiem para una cosa y otra cosa») le devuelva el alma al producto y a nuestra profesión.

2
Retrato de David Esteban Vargas Otálora
24
Abr. 2012

Apoyo la opinión de Juliana y lo que un dia hablaba con un compañero, todo diseño tiene un proceso, quizá no es el proceso más ortodoxo como lo menciona Jeff Conklin en su articulo Problemas Complejos y Complejidad Social (Enlace) en el cual menciona que el proceso de diseño no es por pasos, sino por problema-solución-problema1-solución1 etc. Demostrando que un diseño simplemente no surge de «algo que me gusto» sino de un trabajo. Aunque no niego con su opinión y como decía un profesor: a la hora de tomar una decisión, es dada por la INTUICIÓN.

0
Retrato de Óscar Elí Gutiérrez
1
Óscar Elí Gutiérrez
Abr. 2012

Creo que estan malinterpretando la esencia del artículo; es real la connotación que hace Fernando respecto a «los cuentos», y el verdadero proceso de desarrollo creativo-funcional, es decir, no es necesario un cuento falso o cocido al vapor solo para cumplir un requisito, o lo que es lo mismo, engañar con una sopa de sandeces al cliente {el cual regularmente no tiene idea de que le estas diciendo}; la vía más aproximada a lo correcto y a lo apropiado, es pensar y describir tu plan creativo antes de comenzar a bocetar tu trabajo,

1
Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

¡Gracias por los comentarios!

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Retrato de Juliana Chiriví Amaya
45
Juliana Chiriví Amaya
Abr. 2012

Claro Oscar, no estoy objetando la postura de Fernando con respecto a que ese «cuento» rebuscado y falso es inapropiado, a lo que me refiero es que también puede ser muy arriesgado definir y justificar nuestro trabajo únicamente desde el argumento de la intuición y la subjetividad. Confiar y conocer tu trabajo es solo el primer paso para justificarlo de forma simple pero convincente para el cliente y para el usuario.

1
Retrato de Sebastian Urrea Suarez
19
Abr. 2012

David y Juliana, estoy de acuerdo en que cada diseño debe tener su proceso, desde el diseñador con el objeto, pero creo que, no necesariamente se tiene que evidenciar toda la toma de decisiones ni referentes que se toman introspectivamente, creo que es muy escolar esta apreciación, creo que muchos objetos se pueden justificar por sí mismos, sin necesidad de un packaging mental.

0
Retrato de Óscar Elí Gutiérrez
1
Óscar Elí Gutiérrez
Abr. 2012

En serio crees eso? Por sí mismo cada objeto se puede justificar por si mismo? Crees que estos argumentos pueden ser sostenible con un cliente que invertirá una suma fuerte de recursos para introducir una nueva marca en el mercado? Lejos de los cuentos de la intuición y las maquetas mentales existe el breefing, la investigación, el estudio de mercado y cientos mas de recursos que nos ayudarán a cerrar lo más posible el margen de error del posicionamiento y la aceptación de tu marca.

1
Retrato de Sebastian Urrea Suarez
19
Abr. 2012

Es muy cierto; cuando me refería a que los objetos se pueden justificar solos en el mercado, obviamente el estudio previo, breefing, contrabreefing y la tomas de decisiones van un poco mas encaminadas al cliente primario, aunque creo igual que su punto de vista está un poco permeado hacia el diseño grafico, yo como diseñador industrial justifico un poco esta idea que recalco, los objetos pueden actuar por si mismos sin necesidad de un manual del cómo se diseño y como lo debe usar cuadriculadamente.

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Retrato de Luis Jaime Lara Perea
30
May. 2012

Cuando diseñas un objeto, estimado Sebastián, el fin del mismo debe ser su óptimo funcionamiento. Lo mismo sucede en el gráfico. Esto se consigue estudiando ergonomía y leyendo a Munari. Una silla debe ser y funcionar como silla, no podemos esperar que el cliente le encuentre otros usos. Pensar en estas libertades aleja al diseño de la función. Ese es el problema de nuestro ejercicio, somos solucionadores de necesidades.

Ahora bien, no hay que explicar el proceso ni inventar nada que no se vea a simple vista, pero es necesario argumentar nuestros productos de diseño.

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Retrato de Óscar Elí Gutiérrez
1
Óscar Elí Gutiérrez
May. 2012

Claro Sebastian y Jaime, mi comentario final sería el siguiente. Hace algunos meses tuve un trabajo de desarrollo de identidad de una empresa de alimentos, mi resultado después de mi análisis y mi breefing fue conservar la identidad sobria, casera, sencilla y natural con la que el negocio se levanto en más de diez años, a tal punto de lograr ser una empresa altamente rentable. Tras mi anteproyecto la decisión del cliente fue rotundamente negativa, a pesar de mi justificación de que los clientes amaban la tradición del lugar y era lo necesario, el cliente optó por deleitar su ego.

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Retrato de Isaac Vicedo
0
Abr. 2012

Como todo en la vida habrá quien cuente cuentos y habrá quien escriba nuevas historias, estará el que se estanque y estará el que avanza e innova. Sabemos sobradamente que la actitud humana es muy diversa por lo que su apreciación pluralista de los cuentos es fácil de argumentar pero no tanto de singularizar.

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Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

Isaac: TODOS hemos contado, estaremos contando o contaremos cuentos que avalen y apoyen nuestros diseños. Algunos ya no lo necesitamos; otros aún si. Pero en lo posible, CUENTOS... LOS MENOS!

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Retrato de Isaac Vicedo
0
Abr. 2012

Estoy contigo Fernando

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Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

Gracias Isaac! Enlace

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Retrato de Carlos Maraver
111
Abr. 2012

Realmente sabes de que estas hablando jajaja.

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Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

Carlos: Algunas experiencias de mis 42 años en este oficio están en el blog Enlace Saludos cordiales desde Barcelona.

A pesar de lo cual, sigo sorprendiéndome por algunos pedidos...

1
Retrato de Carlos Maraver
111
Abr. 2012

Mil gracias! seguire el blog! Saludos

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Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

Un abrazo y...a mandar!

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Retrato de José Joaquín Domínguez
21
Abr. 2012

Excelente tema, Fernando. Pero me gustaría que distinguiésemos entre «contar cuentos» y argumentar nuestras decisiones. Por un lado, es cierto que a veces nos engañamos a nosotros mismos -y al cliente- con argumentos tranposos. Pero no es menos cierto que es vital razonar nuestras decisiones de cara al cliente, especialmente cuando tal cliente no proviene de una cultura de diseño sólida. ¿Olvidas que existen clientes «autosuficientes» que en realidad confían más en su propio criterio que en el nuestro? A veces no se trata de contar cuentos, sino de ser pedagógico y transparente.

1
Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

De los clientes y sus historias, podrás ver y reirte un poco en mi blog Enlace La experiencia de viejo diseñador, recopila a veces temas y experiencias tan desopilantes que no parecen ciertos. Los que escribí lo son. Lo juro. Un saludo cordial desde Barcelona.

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Retrato de José Joaquín Domínguez
21
Abr. 2012

Le he echado un vistazo y el enfoque parece divertido. Lo miraré a fondo. Tus artículos, parecen destilar un cierto «descremimiento» -sin ánimo de ofender-, muy apropiado viniendo de alguien con 42 años de profesión. También me gusta tu punto de vista un tanto «iconoclasta» (en el mejor sentido del término), puesto que yo mismo empleo mucha energía en luchar contra falsos mitos, la vanalización de casi todo, la superficialidad y la mediocridad, tanto en elo terreno profesional como fuera. Ojalá algún día pueda dejar de estar a la defensiva. Significará que nadie nos cuestiona o menosprecia.

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Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

No me ofendo. Qué va! Es simplemente lo que comentas. La iconoclastia y el endiosamiento. Cuando vine a España hace 23 años, me sorprendio el altar en que nos ponían (ya menos) a los arquitestos. En Argentina, éramos uno más en el cast de la obra. prácrticamente no teníamos privilegios. Acá sólo faltaba nos pongan la moqueta...Ojalá tambien eso tambien cambie! Saludos

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Retrato de J. Leonel Salgado
3
Abr. 2012

decir: «me salió de la cabeza, del lápiz y del ordenador. Me gustó y pienso que funcionará muy bien» es demasiado simplista para la cantidad de conocimientos, intentos y experiencia que hay detrás. Aunque tampoco comparto la necesidad de protagonismo o sobre valoración de algunos diseñadores. Hace poco resolví un problema, no presísamente de mi área, y me dijeron «orales que listo eres», a lo que respondí: -no soy listo, soy diseñador!. Porque esa idea que me salio de la cabeza el lápiz y el ordenador la resolví gracias a mi experiencia, no a mi genialidad. Buen tema para debatir un poco.

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Retrato de José Joaquín Domínguez
21
Abr. 2012

De acuerdo contigo, Leonel. Ya existen demasiados «vendedores de aire» en nuestra profesión y tipos que van de artistas. No creo que explicar los principios en los que está basado un determinado trabajo sea rebajarse, como me ha parecido entender de algunos de los comentarios. Tan solo tenemos que estar alerta para no dedicar más tiempo y esfuerzo al «corpus» teórico-argumental que a crear. Todo depende del cliente, de su grado de formación y de su confianza en nuestro trabajo.

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Retrato de Andrea Ruiz Angulo
1
Abr. 2012

Estoy de acuerdo con ustedes, pienso además que la teoría no sirve para justificar un diseño, sino que nos ayuda a entender mejor cómo pensamos los diseñadores para conseguir las soluciones que necesitamos, desde mi punto de vista, muchos teóricos del diseño reflexionan sobre el modo de hacer diseño para ayudarnos a entender nuestro quehacer , entonces poderlo explicar a nuestros cliente, paso a paso diciendo el porqué de todas nuestras decisiones, las cuales tienen una argumentación sólida real, nada de cuentos, sino simplemente nos valemos de forma práctica de las teorías sobre el diseño.

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Retrato de Paola Pasapera
5
Abr. 2012

Sin descartar una cosa por la otra. Es agradable saberse además de diseñador: creativo, artista... (virtud de cuentacuentos) La esencia del diseño puede ir más allá de la resolución de una necesidad y ampliarse al punto de vista del PROCESO como un lenguaje de diseño que nos permite estructurar una cosa después de la otra, argumentar de alguna manera. Un poco de aire ayuda: ventila; porque la creatividad también está en el cliente, el espectador, el público que vive, así como nosotros, el cuento de su historia en cada proceso que experimenta en la cotidianidad. Agradezco el aprendizaje.

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Retrato de Gaston Sanchez
0
Abr. 2012

Hay una importante diferencia en entre presentar un trabajo, explicarlo y darle un marco teórico para aquel que sepa entender a crear un entretenido «cuento» para intentar convencer a aquel que no sabe entender el trabajo de diseño o trabajo de cualquier tipo.

Creo yo que pensar en «lo hice, me gustó, creo que funcionará» no niega la existencia de un proceso teórico por más que el realizador desconozca parcial o totalmente la existencia de este. No niego la existencia del cliente «mentime que me gusta!», pero quizás algunos inventen al no saber explicar, no?

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Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

Hola: no me refiero nunca a la «fundamentación» de un trabajo. Sólo promuevo no «empaquetar» nuestras ideas con referencias «borgianas». Aclaro que Borges, hacía cita de libros y autores que no existían. Una genialidad perdonable. yo como autor y docente, promuevo que las ideas de cada uno, valgan por si mismas, sin el «enchufe» de alguien que, por citarlo, agregue valor a nuestra propuesta. Eso es lo que puede convertir un producto «original» en un «bodrioducto» perfecto. Saludos y gracias.

1
Retrato de Luis Plaza
1
Abr. 2012

Cómo docente remarco a mis alumnos que existe la «fundamentación» y la «justificación», y propongo que de las propuestas desarrolladas es válido tener clara la fundamentación del proceso al cual llegamos a la solución (compartirla con el cliente o no es una decisión diferente, está en otro plano del proceso). Cuando desarrollamos una «justificación» del producto, creo que andamos muy cerca de lo que Fernando declara como «cuento» (pero hay que reconocer que hay clientes que quieren un «cuento»).

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Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Abr. 2012

Fernando lo de la Pulga Picheuta y el Piojo Abelardo, es entrañable, ojalá lo amplíes en futuro texto; convengo, el cuento para adornar lo ya hecho, o la teorización para justificar el bodrio, sobran; sin embargo, el cuento antes de diseñar es muy útil, en mundos como los de Picheuta y Abelardo hay posibilidades creativas; ¡cuántos proyectos valiosos nacieron de un relato de ciencia ficción o de fantasía, de lado incrédulo, la poetisa activista feminista Muriel Rukeyser (1913–1980) escribió: El universo está hecho de historias no de átomos; y del crédulo. «Hágase la luz» (Génesis 1.3)

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Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

Gracias, si lo deseas puedes ver mi blog Enlace

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Retrato de Alfredo Gutiérrez Borrero
273
Abr. 2012

Recibido y disfrutado... espero poder sacarle el jugo a tu prosa, Fernando, y a tu sabiduría, me apunto para un tratamiento arquiterapeútico. Sé que encontraré alguno que otro tesoro (me gustó la noción del bodrioducto), y me siguen gustando Picheuta y Abelarado; podríamos inventar más familiares como el chinche y la nigua. Como entender y llevarse bien con los arquitecos me encanta, gracias a ti.

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Retrato de Fernando Weissmann
69
May. 2012

David: esto que preguntas, se responde de manera directa o indirecta. Ningun cliente tiene interés en saber el sustento teórico que lleva a tu propuesta. Le interesa si le gusta, si le «cae» bien, si responde a sus expectativas. Con eso se conforma. Ese sustento te puede servir a ti, como respaldo y poco más. Gracias por tu comentario!

1
Retrato de David Esteban Vargas Otálora
24
May. 2012

De manera directa, porque su articulo me genero esa curiosidad y quiero hacer el 'experimento' en alguna exposición de mi clase y quiero observar las reacciones que tiene esa respuesta. Fernando su respuesta me cae como anillo al dedo, gracias y le estaré comentando como me fue en mi experimento. Saludos!

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Retrato de Rodolfo Álvarez
85
Abr. 2012

Estimado Fernando, ¿Como le vas a contar esto a la cantidad de estudiantes y recién egresados que están aquí?, es como decirle que los reyes son los padres…x favor además estás minando la razón de existencia de Foro Alfa que es dar sustento conceptual y teórico a lo que los viejos nos salía de la cabeza… (o de otros lados pares) Te llevas por delante años de profesorado universitario y clases magistrales, conferencias y la reputación de muchos seminaristas, conferencistas y festivales…sh! a verdad no se dice de golpe…tu razonamiento es peligroso y no conviene por menos antes serías subversivo.

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Retrato de Fernando Weissmann
69
Abr. 2012

No se si tu comentario es sarcástico, o lo tomas en serio. Si es la segunda sólo trato de desmitificar los vendedores de humo, que se escudan en justificaciones artificiales. Estimo en muy importante la creatividad real. Natural. La que sale del interior de cada cual, que nunca es pura porque está «contaminada» por la lectura y el análisis. Pero es la de cada cual. Lo apoyo con toda fuerza como diseñador y como docente. Un saludo cordial desde Barcelona.Enlace

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Retrato de Marco Moncada
3
Abr. 2012

El diseño debe defenderse sólo, sin justificaciones artificiales que marean. Pero al cliente y a nosotros nos conviene y disfrutamos de tener un breve relato del proceso y del resultado en lenguaje hablado o escrito. Es esta la parte de educación que de algún modo siempre hacemos o debemos hacer. Disfrutemos y ayudemos a otros a disfrutar el diseño.

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Retrato de Óscar Elí Gutiérrez
1
Óscar Elí Gutiérrez
Abr. 2012

La justificación gráfica no debe ser posterior, sino previa, el objetivo de la justificación es decirle al cliente porque se hizo así y no de otra forma, no puedes justificar algo que no planeaste fuera a resultar así. Hay un libro muy interesante sobre el arte surrealista y abstracto que habla de este tema, de como los artistas del surrealismo se convirtieron en un foco de atención, precisamente por «sus cuentos» que a todos «deslumbraron» pues su trabajo era tan opaco atrás de esas justificaciones dignas de un Nobel.

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