Ética y estética del diseño

Ética y estética esquelética

Un llamado a la fraternidad, reflexionando sobre un problema filosófico que nos convoca especialmente en la práctica profesional.

Felipe Ibáñez Frocham, autor AutorFelipe Ibáñez Frocham Seguidores: 64

Erika Valenzuela, editor EdiciónErika Valenzuela Seguidores: 62

Ilustración principal del artículo Ética y estética esquelética
Ilustración creada a partir de una imagen de Danielle MacInnes en Unsplash

El salón está bien iluminado, la decoración es agradable, la música «funcional» no perturba la conversación y en este contexto subjetivamente confortable casi te ahogas con el té, cuando tu colega sentencia: «cada uno tiene su propia ética». Lo cierto es que el problema se complica aún más cuando pretendemos redactar un Manifiesto Ético del Diseño de manera unilateral y sin la concurrencia de una diversidad de actores, necesaria para considerar la amplitud de la problemática. Así que, no conformes con dejarlo «así como está», simplemente nos cuestionamos: «Si esto es un oficio, ¿es legítimo hacer todo aquello que me produzca un beneficio?»

Un nuevo sorbo de té y bebemos de las fuentes. ¿La belleza es subjetiva o no lo es? si optamos por la subjetividad tendremos que aceptar que un homicidio, femicidio, violación o mutilación sean bellos, por la única «razón» de aquel que al cometerlo así lo considere. Posición no deleznable para Tomás de Aquino, quien circunscribe la belleza a todo «lo que produzca un placer visual». Si, por el contrario, decidimos que los antiguos griegos, inventores de la palabra y fijadores del concepto de «belleza» están acertados llegamos a la definición clara de que «la belleza está compuesta de lo que nos produce un placer (estética) junto a lo que nos produce un bien (ética)». Y esta última definición se asemeja mucho a los principios que rigen el buen diseño.

Luego Kant postula que «la belleza es un símbolo moral» y Ludwig Wittgenstein lo apoya afirmando que «la ética y la estética son la misma cosa, son uno». Haciendo el esfuerzo por no desviar la atención hacia la discusión etimológica y filosófica (que es extensa, interesante y divertida) daremos por buenas estas definiciones para proseguir en la dirección que nos ocupa.

La producción de nuestra actividad profesional es frecuentemente valorada en función de la belleza superficial o estética, pero la otra medición, la que evalúa la ontología del diseño, es la que nos permite evolucionar y dejar una huella relevante para la antropología cultural. La taza de té ya se ha enfriado y decides ordenar estas nociones para proponer un acuerdo entre colegas.

El diseño tiene una finalidad. Debe cumplir una función suprema (la satisfacción de las necesidades del ser humano y la cultura) seguida de sub-funciones variables. Si no cumple con este cometido, no es buen diseño, por lo tanto, no es bello. Falla a su ética-estética, aunque el resultado pueda producir placer visual (ontología que atiende específicamente la decoración, parte del arte y ciertas terapias).

Es aquí donde debemos aceptar que finalmente la ética es el esqueleto de un buen diseño. El alma que sostiene la forma, que cumple la función requerida. En esta analogía podríamos decir que la ética es el esqueleto, la función el sistema muscular que moviliza la forma y ésta es todo lo que te hace único para desenvolverte en un sistema exterior.

Pero tu colega te recrimina «¿ves? por tanta ética te estás quedando en los huesos: no se puede vivir bebiendo solamente té». Y remata «yo tengo una familia que mantener: si el cliente me pide que le ponga un pañuelo celeste con la inscripción “¡Toma aborto!” a la ametralladora infantil para cuya promoción me ha contratado, mi ética me obliga». Y tu mente se evade, antes de buscar debatir a su última frase, pensando en que su falla ética (lo que hace de su trabajo una auténtica porquería) está en asumir las palabras «si el cliente me pide que le ponga», ya que eso significa, sin duda alguna, que no estás hablando con un colega diseñador sino con un operador de software. El verdadero diseñador es el cliente en ese caso, pues, dirigiremos la última parte de este modesto ensayo sobre ética a aquellos diseñadores que sí diseñan.

Diseñar la comunicación visual conlleva una seria responsabilidad social. Incluso cuando realizamos proyectos o encargos eminentemente comerciales, al servicio del mercado más superfluo y consumista. Al decir esto tu «colega» se levanta y se va sin pagar la cuenta. Pagas la cuenta y redondeas la idea a la camarera que estudia diseño apasionada ante la posibilidad de hacer un producto mejor del que está ahí a la vista, en la calle.

Sí, este también es un oficio, una disciplina de concurrencia técnico-científica que además, como ciertas artesanías, exige sensibilidades excepcionales y un cúmulo de saberes específicos. Pero es una profesión y aunque no esté colegiada deberíamos acordar una tregua que nos permita seguir enriqueciendo esta historia, seguir evolucionando como profesionales críticos y brindar un mejor servicio a la sociedad.

Nos debemos a la sociedad y a la cultura en la que trabajamos. Sin ella no existimos ni existe nuestra actividad. Nuestra profesión cuenta con el potencial de persuadir, informar y/o educar a esta sociedad en su totalidad o segmentada. Nuestro trabajo puede convencer a un grupo humano de la «conveniencia» del suicidio grupal, puede informar falsamente sobre las propiedades beneficiosas de comer desechos tóxicos, puede colaborar en una educación sexista, xenófoba o clasista. ¿Podemos aceptar todo encargo, por pernicioso que sea, escudándonos en la subjetividad ética o en el placer individual que nos produce su creación estética?

Si practicáramos el oficio de herrero e hiciéramos una ventana en falsa escuadra o una mesa inclinada, estaríamos produciendo un daño pequeño a un solo cliente, lo que también sería pasible de juicio ético y tal vez deberíamos enfrentarnos a una demanda. Ese caso es similar al que se presenta si no cuestionamos al cliente (por genuflexión, impericia o el motivo que fuera) cuando nos exige o solicita que hagamos una pieza tal como a él/ella le gustaría que «luzca», a sabiendas de que será contraproducente para sus objetivos comunicacionales. Pero si aceptamos realizar cualquier tipo de trabajo, incluyendo los que sabemos (sospechamos o nos advierten) producirán un daño a nuestra comunidad o a una parte de ella, traspasamos el único e inequívoco límite que se puede dibujar para delimitar la ética, fuera de todo manifiesto o tratado: la bondad. Y habríamos fracasado también en nuestros ególatras objetivos estéticos.

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Jun. 2019

Maravilloso artículo que además articula diseño y filosofía. Me ha sabido a poco pero ha plantado semilla.

¡Bravo!

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Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Jun. 2019

Acabas de darle sentido ontológico al artículo. Es una semilla. He intentado no extenderme para no hacerlo agobiante porque, además, tengo un libro publicado y un par más en camino para quienes gustan discurrir las extensiones que creo es tu caso (y el mío).

Te agradezco mucho esta retroalimentación que me honra. Ha valido la pena entrar en el foro.

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Logotipo de Anml
0
Jun. 2019

Creo que el medio, en este caso, condiciona el mensaje. Con la cantidad de información a la que estamos expuestos, y la rapidez de consumo en la que nos vemos inmersos, encontrar artículos que sugieran preguntas y lo hagan en un lenguaje comprensible e inclusivo es un auténtico logro. Te agradezco tus ideas y la voluntad de compartirlas muchísimo. Un abrazo desde Madrid.

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Retrato de Francisco Galván
0
Jul. 2019

Que ganas de hacerme sentir mal... Te faltó un ítem: cuando le damos la razón o hacemos lo que quiere el "cliente" o tu jefe sólo porque te tienen recontrarepodrido. Y tu tranquilidad le gana a la ética. Ética que puede traerte problemas laborales, además. Buen artículo.

1
Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Jul. 2019

Cuando hablas de «tranquilidad» entiendo que es aún más grave. Es el sustento que corre peligro si defiendes la ética en determinados ámbitos laborales. Creo que un buen camino es romper (paulatina o abruptamente) esos vínculos laborales para emprender una práctica independiente, la única que nos permite pensar en estos «lujos» de la honestidad. Gracias por tu reflexión

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Retrato de Karen Beltran
0
Dic. 2020

«la belleza está compuesta de lo que nos produce un placer (estética) junto a lo que nos produce un bien (ética)» Considero que esta frase es a la que mas se le parece pero aun así no podemos hacerle ver a todas las personas que algo es bello, no todos tienen la misma pespectiva, creo que también hay que darle un valor y hasta un significado para que así mas personas vean la belleza de el.

El diseño tiene una finalidad. Debe cumplir una función suprema (la satisfacción de las necesidades del ser humano y la cultura).

Esto que también dices es muy cierto, si así pensaran todos creo el mundo tendría mejores diseñadores.

Siempre he dicho que para que todo el mundo piense de la misma manera es imposible siempre habrá alguien que piense y sienta de distinta manera.

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Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Dic. 2020

Muchas gracias, Karen, por enriquecer estas reflexiones con las tuyas.

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Retrato de Valentina Bg
0
Nov. 2019

A pesar de estar en acuerdo con tu manifiesto, me queda la duda de ¿existe una ética universal que sea realmente utilizada?. Para una clase me tocó defender el uso de armas en colegios de Estados Unidos y aunque no me encanta la idea, éticamente es correcto que en esa ciudad, por su contexto, se use armas. Y en el caso del diseño todo es correctamente ético según tu contexto y todo estaría atado a un «depende». Entonces, ¿cómo tomamos las decisiones?

1
Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Hace un año

Hola Valentina, considero que, paradógicamente, cuanto más global se hace nuestra sociedad menos universal parece ser el bien común.

En una mirada particularizante tal vez es difícil encontrar normas éticas universales, pero, si así fuera, podríamos abrir el plano, intentar comprender lo que sí nos compete a todos los seres humanos.

Y ahí, independientemente del contexto, encontraremos una regla básica si nos hacemos la siguiente pregunta ¿lo que me proponen hacer va a perjudicar a alguien de alguna manera en algún sitio? Si la respuesta es sí, quien diseña estaría fallando (a mi entender) no solo como profesional sino como ser humano. Todos podemos fallar, por eso es tan importante interpelarnos ante cada proyecto de comunicación que abordamos.

Hay una respuesta también interesante en el siguiente comentario, que hace Luis Juárez García.

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Retrato de Luis Juárez García
1
Jun. 2019

Excelente Articulo

Planteaste perfectamente el debate que constantemente tiene un diseñador consigo mismo entre ser un diseñador ético y un estético que no tienen por que estar peleado uno con el otro, si, "todos tenemos que comer y no comemos de nuestros ideales" como dijo el "amigo en cuestión" pero debemos buscar un equilibrio constante en tu labor profesional y no ser un simple "pica botones" "no solo de pan vive el diseñador"

2
Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Hace un año

Excelente observación, Luis.

Cuanto más crecemos profesionalmente más fuentes de enriquecimiento encontramos en la práctica del diseño. No solo de pan vive el diseñador, como sintetizas. Al hacer el bien a tu comunidad siempre recibes un rédito. Todos salimos ganando, incluso cuando tuviésemos que rechazar el dinero si se nos ofrece a cambio de provocar un mal.

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Logotipo de Elit Visual S. A. S.
0
Jun. 2019

Pues si no tiene ética entonces no es profesional, no hay que ir más allá... No pueden estar desligadas. Y el diseño siempre es social. Todos estos cuestionamientos no deben buscarse "afuera" del diseñador (ni en otras disciplinas, ni en otras ciencias, etc) la lucha es interna, todo lo demás son sólo justificaciones y excusas para no ser ético/profesional.

2
Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Hace un año

Deberíamos encontrar el antónimo pertinente a este tema para la definición que haces de profesional. Estoy de acuerdo con lo que planteas. Ahora ¿cómo llamarías o calificarías a aquellos profesionales que venden su tiempo, conocimientos y potencial sin importar el mal que puedan provocar en la comunidad?

Tal vez definiéndolos podamos avanzar en una dirección clara, sabiendo lo que no queremos ser.

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Retrato de Néstor Damián Ortega
414
Jun. 2019

Felipe, te felicito por el texto, creo al igual que tu y quienes opinan en el Foro es urgente discutir un Manifiesto Etico del Diseño. Sin embargo es claro que este tendrá que asumir una postura política muy clara, capitalismo u otra alternativa a este modelo. No creo que esto tenga subjetividades pero si creo que cada uno debe hacerse cargo de sus acciones.

1
Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Hace un año

Muchas gracias por tu mensaje, Néstor.

Luego de mucho tiempo he podido acceder a la opción de respuesta de vuestros mensajes.

Estoy totalmente de acuerdo en que debemos tomar una posición clara frente al sistema cultural y político. Como dices, no resiste la subjetividad. Lo que hace mal, hace mal.

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Retrato de Andrés Ferrero
0
Andrés Ferrero
Jun. 2019

Muy bueno y muy de acuerdo con tu desarrollo, Felipe. El valor de las palabras, más allá del sentido que cada uno guste proponerles, existe desde su integración en nuestra lengua con consenso sobre su significado.

El sumar "bondad" como valor, potencia con intención a la necesidad de empatía que involucra a toda acción del diseñador en su posición de interlocutor cultural. Algunos pensarán que ya es demasiada la exigencia de responsabilidad y compromiso implicada en nuestro trabajo, pero que sería sino el diseño en este tiempo... ?

1
Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Hace un año

Muchas gracias, Andrés, por tu observación. Me da algo más en qué pensar.

Y si algún diseñador piensa que es demasiada exigencia la que se nos asigna, tal vez deba renunciar a otras exigencias antes que a la de cuidar de no dañar al prójimo.

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Retrato de Beni Perez
0
Jun. 2019

Excelente articulo.... gracias. Por desgracia siento que casi todos en nuestra vida y quehaceres profesionales apostamos mas por la estetica que por la ética... aunque ello nos cueste muy caro. Saludos.

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Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Jun. 2019

Certeras palabras, Beni. Aunque sea mucho más arduo, ingrato y riesgoso, debemos apostar por ser honestos en nuestros quehaceres, para lo que es indispensable que la estética esté basada en la ética (y viceversa). Como dices, el costo de no hacerlo es caro. Y lo pagamos tanto los artífices como los partícipes.

Muchas gracias por tu apreciación. Saludos!

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Retrato de Gonzalo Córdova
1
Jun. 2019

Gracias por el artículo.

Sumaría que la expectativa ética no sólo se relaciona a las causas y a las consecuencias del diseño del producto. Sino también sobre qué producto se está trabajando.

Todo diseño que implique el trabajo sobre el cuerpo, a la manera de consumo o prácticas performativas, los procesos de análisis social, el ordenamiento urbano, en general, no se valoran en primer lugar de acuerdo a sus categorías estéticas sino en relación a su capacidad de cohesión grupal o a su efectividad en términos de impacto.

Quiero decir que las categorías éticas con respecto al diseño pasan a ser categorías formales. Estas categorías formales ponen en contradicción la noción de producto y la noción de cliente. En ambos campos de trabajo, el producto y el cliente, prima la idea de objeto organizada de acuerdo a una estética occidental del estilo y la unidad. Y las consecuencias es que no se concibe un objeto que no pueda ser analizado fuera de una unidad estilística y funcional.

Ahora que sucede en ciertas manifestaciones de arte conceptual, básicamente aquellas que unen formas con problemáticas políticas? A modo de ejemplos en la Argentina, el Siluetazo o Tucumán arde. Que sucede en las prácticas performativas cuyo eje principal es el problema de genero?

El diseño trascendería entonces los problemas de la estética tradicional para dar paso a una categorización híbrida, a una palabra compuesta, a un desafío para replantear los alcances de las formas de producción y la producción de los objetos.

Gracias nuevamente por el tema planteado

1
Retrato de Felipe Ibáñez Frocham
64
Jun. 2019

Concuerdo totalmente con tu agregado, Gonzalo. Por eso trato de decir que ética y estética son indivisibles, ambos componentes indispensables como los dos brazos de un remero. Y el diseño (a mi juicio) exige al que lo practica un compromiso social (entonces político) sin el cual no tendría sentido que sigan existiendo diseñadores. Las APP de Android ya hacen bastante bien el trabajo.

Gracias por enriquecer el artículo.

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Retrato de Celso Arrieta
0
Jun. 2019

Excelente artículo, gracias por compartir.

Nos pone a reflexionar nuestra labor cotidiana y nos enfrenta a la constante controversia con nuestros clientes y ese dejo que tiene todo el mundo de querer "contribuir" a la solución adecuada de los retos del diseño. Me gusta imaginar que con el paso del tiempo aquellos que contratan servicios de comunicación visual, atienden a la observación repetida de asertividad en las soluciones de quién contratan y que esto constituye a una dosis de confianza en que el equipo creativo encontrará de manera profesional la mejor solución, aunque al contratante de manera inmediata no le convenza.

Escudriñar las razones y comprobar la eficacia visual del discurso que se somete a la gente, muchas veces es una ofrenda de confianza, otorgada a los profesionales del diseño que llevan una vida relacionándose con códigos visuales, comprometidos con la calidad y el alma de lo que hacen y proponen. Ética y estética que viste la osamenta del mensaje, con compromiso social de aquel que no se olvida que vive en sociedad.

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