Una buena relación diseñador-cliente
¿Cómo relacionarnos de mejor manera como diseñadores con nuestro mercado? En muchos casos, el diseñador no sabe cómo mostrarse adecuadamente ante sus clientes.
AutorPablo Guzmán Paredes Seguidores: 39
EdiciónMadeleyn Mendoza Seguidores: 17
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Trabajar como diseñador de manera independiente tiene muchas implicaciones que debemos tomar en cuenta para no cometer errores que puedan llevarnos a fracasar profesionalmente, principalmente porque a nivel general no tenemos conocimientos básicos de administración que nos ayuden a fortalecer nuestra labor.
Uno de nuestros principales errores cuando iniciamos la actividad independiente es el desconocimiento del mercado. ¿Quiénes son nuestros potenciales clientes?, ¿quién es nuestra competencia?, ¿a qué empresas debemos tener como proveedores de primera mano?, ¿a cuáles no debemos volver a contratar?, ¿cuáles debemos tener como opción en caso de que los principales proveedores no nos puedan abastecer? El mercado es muy complejo, e implica más que tener una buena relación con nuestros clientes. Detrás nuestro hay otros actores que están involucrados de una u otra manera con el éxito final de cada proyecto y a su vez ocurre lo mismo con nuestro cliente, que tiene a disposición otros proveedores que ofertan los mismos servicios que nosotros y están esperando que nos equivoquemos para aparecer en escena.
El diseñador es un ser 100% mercadotécnico: un producto del mercado. Más allá de la fuerte relación que existe entre diseño, mercadeo y publicidad, profesionalmente estamos destinados a saber vender nuestras ideas, proyectos y, por ende, a nosotros mismos, en el estricto sentido profesional de la palabra. Somos seres que debemos desarrollar una depurada técnica de ventas y de comunicación de nuestras ideas. Por esta razón debemos desarrollar una hábil estrategia para abordar el mercado y lograr mantenernos vigentes en él, basados en tener claramente establecidas ciertas pautas que nos faciliten la construcción de la mencionada estrategia; por ejemplo, al conocer un nuevo cliente potencial es importante investigar acerca de él: las redes sociales son un instrumento válido para conocer sobre sus gustos, pasatiempos y actividades principales, teniendo en cuenta que es importante generar cierto nivel de confianza a nivel profesional con nuestro cliente.
Otra pauta es conocer claramente la necesidad del cliente y a partir de esto tener en claro cuál será el costo por el trabajo solicitado, todo dentro de la ética profesional. No podemos regalar nuestro trabajo ya que el cliente se acostumbrará a que siempre sea así, ni tampoco podemos cobrar un valor excesivamente alto pues lo ahuyentaremos para siempre; valorar nuestro trabajo depende mucho de la experiencia profesional.
Con esta valoración a punto, es recomendable hacer llegar nuestra propuesta económica al cliente en un tiempo prudencial. No es aconsejable enviarla inmediatamente ni hacernos esperar mucho por ella, tomarse un par de días como máximo hará notar al cliente que la propuesta fue analizada con detenimiento. Puede ser buena idea adjuntar a la propuesta un bosquejo de cronograma para que el cliente se haga a la idea del tiempo que tomará desarrollar el proyecto.
Una vez enviada la propuesta se debe esperar un tiempo razonable para consultar al cliente. No debemos apresurarnos, debemos recordar que el cliente es el dueño de la necesidad y estamos trabajando con sus tiempos; si es él quien tiene urgencia nos hará conocer su decisión lo más pronto posible.
Con la propuesta aceptada es recomendable discutir con el cliente el cronograma de trabajo. Debemos recalcar siempre que los tiempos de respuesta del cliente frente a nuestra propuesta marcarán la pauta para las correcciones pertinentes. Si no existiera una respuesta dentro de los tiempos establecidos, eso retrasará la entrega final del proyecto. Es importante dejar en claro que eso lo afectará, de igual manera nos afectará a nosotros, pero el cliente no debe notarlo, la principal persona en esta relación de negocios es él.
Existen varios tipos de clientes, y la experiencia nos llevará a conocer a cada uno de ellos. Es importante no tratarlos a todos de la misma manera, incluso con nuestros amigos, familiares y conocidos que en algún momento requieran de nuestros servicios debemos hacer notar que en ese momento la relación es profesional y que hacemos valer nuestro trabajo. En muchos casos debemos dejar ir un cliente para evitar problemas posteriores. El cliente que se queja mucho, que nada le gusta, que objeta el trabajo generalmente, es el cliente que más se demorará en desembolsar el pago. Si hemos tenido una mala experiencia con un cliente es mejor dejarlo ir; mantener a clientes difíciles nos traerá problemas tarde o temprano. Al contrario, existen también clientes exigentes pero con los que los proyectos fluyen tranquilamente y con los que el trabajo se torna muy satisfactorio.
Siempre es importante informar al cliente del avance o retraso de los tiempos de ejecución del proyecto. Si por cualquier motivo nos hemos retrasado, el cliente debe conocer este particular para que no se sorprenda cuando en la fecha señalada no obtenga el resultado final del proyecto. De todas formas debemos tener presente que la única razón para no cumplir con los plazos establecidos debe ser por causa de demoras en la respuesta del cliente.
En todo momento debemos tener la certeza de que nuestro trabajo está correctamente sustentado, que el concepto es sólido y es la solución que nuestro cliente requiere; no podemos dudar de lo que hemos realizado. El cliente generalmente pondrá objeciones al trabajo, incluso como prueba de nuestro nivel profesional, es necesario resolverle siempre todas las dudas que tenga. No podemos quedarnos sin respuestas porque eso nos dejará indefensos y nos puede acarrear problemas posteriores.
A cada reunión debemos acudir con puntualidad, incluso si el cliente nos hace esperar. La puntualidad es una de las mejores características de un profesional; habla bien de nosotros y nos revaloriza en el mercado. Un cliente que valore esta cualidad la tendrá presente al momento de tomar su decisión.
En caso de que sea necesario subcontratar un proveedor para cumplir alguna de las fases del proyecto, debemos tener a la mano una cartera de proveedores serios y cumplidos, personas o empresas que no fallen en sus tiempos de entrega, de tal forma nosotros no fallaremos ante nuestro cliente. Si cumplimos con todos los tiempos este se sentirá satisfecho con nuestro trabajo y seguramente se mantendrá la relación comercial.
Estas son algunas pautas simples que podemos tener en cuenta como diseñadores y aplicarlas para mostrarnos ante un mercado altamente competitivo y que ha planteado altos estándares de calidad. Conocer y saber tratar a nuestros clientes, ser puntuales, ser éticamente profesional, estar dentro de los valores promedio del mercado, sustentar adecuadamente las propuestas y saber elegir proveedores responsables y serios, son requisitos claves para mantenernos vigentes en el mercado.
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