La preservación del conocimiento en Europa

Bajo el título de «La préservation des savoir-faire en Europe» (La preservación del conocimiento en Europa), la Haute École Francisco Ferrer¹ organizó en Bruselas una visita de estudio CEDEFOP², del 10 al 13 de septiembre de 2012. En esta experiencia participaron personas relacionadas con el mundo de la enseñanza de Bélgica, España, Italia, Portugal y Rumania.

Las perspectivas de trabajo diferentes (pero complementarias) de cada participante, permitieron abordar el tema del «savoir-faire» desde diferentes puntos de vista, al tiempo que la organización ofreció la oportunidad de conocer de primera mano diferentes oficios artesanos belgas.

El Dictionnarie Français Larousse³ presenta el «savoir-faire» como un sinónimo de «know-how», ambas palabras son de difícil traducción al idioma castellano (conocimiento, saber-hacer), pero las podemos explicar como un conjunto de nociones, conocimientos y competencias profesionales adquiridas por la experiencia. El savoir-faire no solo incluye una serie de competencias básicas (leer, escribir, hablar, contar y pensar) sino también diferentes competencias técnicas, sea adquiridas por la experiencia teórica (vía titulación académica/vía autodidacta) o por la experiencia práctica (trabajo manual/trabajo en cadena industrial).

Cuando hablamos de competencias profesionales no nos referimos solamente a la resolución de problemas o a la comprensión desde los límites de una solución específica. Incluimos también el trabajo independiente (freelance, autónomo), la gestión, la comunicación y la venta de productos. Todas estas competencias profesionales ayudan a los artesanos a desarrollar su oficio a lo largo de todo el proceso productivo: investigación (que incluye el diseño), fabricación, venta y servicio posventa. Esta es una situación que aumenta enormemente la creatividad artística del artesano y promueve la cultura de la innovación.

¿Cuál es el futuro de los oficios artesanos? En Europa y en cualquier otra parte del mundo son los oficios de la mano, y el siglo XXI presenta un triste e incierto futuro para estas actividades económicas. En primer lugar porque la formación y la práctica de un oficio artesano toma su tiempo y muchas personas no pueden permitirse el lujo de optar por este tipo de formación sin una fuente de ingresos que la respalde; en segundo lugar, porque resulta muy difícil preservar el equilibro de su modelo económico basado en la producción manual.

La artesanía es un grupo de riesgo porque:

• No es una actividad económica rentable.
• Muchas veces no tiene ningún reconocimiento social y cultural.
• A veces, los limitados recursos locales no abastecen suficientemente al artesano y es necesario importar.
• El aprovisionamiento de materias primas y la elaboración de ciertos productos artesanos va en contra la legislación medio ambiental.
• Desaparece la transmisión de las habilidades y de las técnicas tradicionales en el ámbito familiar.

¿Por qué es tan importante preservar el savoir-faire de los oficios artesanos? Nunca debemos olvidar que la artesanía representa la expresión cultural de un pueblo, al tiempo que es un importante motor de la economía de un territorio. El sector artesano desarrolla un papel muy importante en la dinamización de las economías locales de cualquier región del mundo, dada la relación directa de la artesanía con el desarrollo local y el turismo cultural.

Y aunque el sector artesano se presenta como un sector de la economía con un gran potencial de crecimiento económico-social, de autocupación y de creación de puestos de trabajo, por pura desidia política, su peso económico como activo (y atractivo) cultural y como sector económico especializado, no se refleja en las estadísticas oficiales europeas, y muchas veces, tampoco en las políticas públicas locales de fomento de este sector.

¿Quién puede colaborar en la preservación del savoir-faire de los oficios artesanos? De una manera u otra, sociedad, empresas y administraciones públicas (nacionales, regionales, locales), todos tenemos alguna cosa que decir en la preservación del savoir-faire de los oficios artesanos.

¿Qué podemos hacer para preservar el savoir-faire de los oficios artesanos? Hoy en día se escucha que hace falta adaptar los oficios artesanos a las necesidades de la economía y que esto ayudará a su preservación. Pero este es solamente el punto de vista de la Economía. Los oficios artesanos tienen su propio modelo económico lejos de las bolsas y los bancos que mueven los hilos de la economía mundial. Para preservar todo este conocimiento se hace necesario definir, identificar, proteger, documentar, recuperar, promover, valorar y transmitir la artesanía y los oficios artesanos.

Definición, identificación y protección de la artesanía

En 1997 la UNESCO consensúa una definición de «artesanía» (simposio UNESCO/CII La artesanía y el mercado internacional: comercio y codificación aduanera, Manila, 6-8 de octubre de 1997), basada en:

• Contribución manual directa: porque «los productos artesanales son los producidos por artesanos, ya sea totalmente a mano, o con la ayuda de herramientas manuales o incluso de medios mecánicos, siempre que la contribución manual directa del artesano siga siendo el componente más importante del producto acabado».
• Materias primas sostenibles: porque «se producen sin limitación por lo que se refiere a la cantidad y utilizando materias primeras procedentes de recursos sostenibles».
• Características distintivas: porque «la naturaleza especial de los productos artesanales se basa en sus características distintivas, que pueden ser utilitarias, estéticas, artísticas, creativas, vinculadas a la cultura, decorativas, funcionales, tradicionales, simbólicas y significativas religiosa y socialmente».

A pesar de que se trata de un tema que le preocupa, la Unión Europea no ofrece ninguna definición de «artesanía» a escala europea, con lo que cada Estado miembro, e incluso cada región, tiene su propia definición de «artesanía».

Definir, identificar y proteger implica la existencia de una voluntad política y de una legislación al respecto. En España, la normativa marco es la Constitución Española de 1978 y, a título de ejemplo, la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, en el marco del Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares de 1983 elaboró en 1985 una legislación propia relativa a la ordenación de la artesanía. Este proceso culminó en 2010 con las transferencia de las competencias en material de artesanía a los cabildos insulares de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.

Documentación de la artesanía

La documentación de los oficios artesanos cobra especial relevancia cuando estos están en vías de desaparición o ya han desaparecido definitivamente. En este sentido resulta especialmente destacable el programa de la RTVE titulado «Los Oficios de la Cultura»⁴, en el que profesionales del sector presentan diferentes oficios —algunos de ellos artesanos— a jóvenes que quieren iniciar su actividad en este mundo.

Desde 2006 BaleartNostrum⁵ es una revista y un programa de televisión para IB3 balear. Su intención es dar a conocer y promocionar la artesanía balear, y por el camino documenta diferentes oficios artesanos propios de estas islas.

Recuperación de la artesanía

Todos conocemos ya esta historia. A finales del siglo XIX y principios del XX, el Modernismo representa una especie de «revolución de alta gama» para la preservación de los oficios artesanos relacionados con la construcción (vidrio, madera, hierro, piedra, mármol, ladrillos, cerámica, papel pintado, tejidos, tapicería, etcétera). El Modernismo es uno de los mejores ejemplos que he encontrado para explicar las sinergias entre el diseño, la industria (reproducción industrial) y la artesanía (pieza única, reproducción artesanal), entre la arquitectura-diseño y los oficios de la construcción, una asociación rentable que recuperó y revalorizó diferentes oficios artesanos.

Necesitamos pues, una nueva «revolución de alta gama», que hoy en día pasa por la implantación de la cultura de la innovación en la artesanía. No hablamos de la innovación tecnológica, sino la innovación no tecnológica, que incluye la investigación documental; la recuperación de maquinaria, herramientas, técnicas y materiales; el diseño; la creación; el desarrollo de nueva maquinaria, herramientas, técnicas y materiales, entre otros.

Promoción de la artesanía

Es muy importante desarrollar redes de colaboración entre el poder social, el económico y político, para la promoción de los oficios artesanos. Por ejemplo, desde 2003, el ICEX (Instituto de Comercio Exterior, Gobierno de España) lanzó un portal de la moda española⁶ para la promoción de la moda, marcas, empresas artesanas y la industria española.

En vista de la aceptación de esta iniciativa, hace unos pocos años el ICEX presentó la iniciativa Interiors From Spain⁷, para la promoción de empresas productoras (artesanas e industriales) y diseñadores (interiores y producto, principalmente).

Queda dicho, la globalización y la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación abren una puerta a la promoción de la artesanía, porque permiten mucha audiencia a bajo costo.

Valoración de la artesanía

«Es de bien nacidos ser agradecidos…», muchas veces no se trata de dinero sino de reconocimiento y de respeto. Desde 2006, la Fundación Española para el Fomento de la Artesanía⁸, una entidad pública que depende del Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Gobierno de España), organiza los Premios Nacionales de Artesanía FUNDESARTE⁹, actualmente para cinco categorías: Premio Nacional de Artesanía (a una trayectoria consolidada), Premio Producto, Premio Innova, Premio Promociona (para entidad pública), Premio Promociona (para entidad privada). Esta es una sencilla manera de reconocer la excelencia de la creación en los oficios artesanos.

Transmisión de la artesanía

La formación (reglada, ocupacional, continua) es una garantía para la protección del savoir-faire artesano y también para la adquisición de calificaciones profesionales; conciliando así el saber, el hacer y el saber-hacer.

Aún en época de crisis, es una obligación de las administraciones educativas promover una formación de calidad (hablamos tanto de la formación profesional como de la enseñanza superior), útil para transmitir el «savoir-faire» de los oficios artesanos, siempre con la colaboración de las instituciones educativas y de las empresas.

En fin, la preservación de la artesanía es compatible con la Economía. Es lamentable que el descenso de la demanda provoque el cierre de empresas artesanas y la desaparición de oficios artesanos de la oferta formativa reglada. Se hace muy necesario crear sinergias entre todos los sectores de la economía productiva (industria, artesanía, turismo cultural, etc.) y, además, hay que educar a los consumidores para que aprecien y respeten el trabajo de los artesanos, con independencia de la variable «precio».

La preservación de la artesanía es rentable. Tal vez sea necesario, además de la «revolución de alta gama» que hemos propuesto, iniciar paralelamente una especie de movimiento del tipo «Precio Justo», como el que ya funciona para los productos de países en vías de desarrollo. En todo caso, una propuesta inmediata es orientar la artesanía hacia la creación contemporánea y el diseño, pero sin perder la identidad que ha permitido su supervivencia durante siglos.¹⁰

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