Diseñadores con identidad propia

La importancia de la autenticidad como recurso en la construcción del criterio de los grandes diseñadores.

Carlos Ocampo, autor AutorCarlos Ocampo Seguidores: 46

Adiario los diseñadores nos enfrentamos a encargos creativos, en ocasiones resolviéndolos uno tras otro en una incesante dinámica que se convierte en rutina. Probablemente esta rutina y los vertiginosos tiempos de tecnocracia que vivimos, nos acorrale y nos lleve a buscar algo así como «fórmulas infalibles» para hacer nuestra vida profesional más llevadera. Pululan así las tendencias, los clichés y el tristemente célebre «arte de lo prediseñado». En una industria en la que muchas veces prima la urgencia por sobre la calidad, muchos diseñadores bajan los brazos y se rinden para mantenerse vigentes en el mercado. En algunos casos entrar en estas dinámicas puede hasta ser una cuestión de supervivencia.

En este triste panorama, es posible identificar un cierto tipo de personaje que nada en contra de la corriente del inmediatismo y la homologación de estilos en boga. Diseñadores que sobresalen por la calidad, el carácter y la particularidad de su trabajo. ¿Quiénes son estos personajes?, ¿cómo llegaron donde están?, ¿por qué ellos y no yo? Estas son algunas de las preguntas que nos inundan la existencia.

Pero antes de pensar que se trata de un privilegio de pocos —por educarse aquí o allá— o de un don sagrado adquirido de una manera mística o meritoria, vale la pena detenernos a observar el trabajo de estos fenómenos del diseño y comprender cómo se construye su discurso, para así enriquecer el nuestro y proponernos un acto de reflexión sobre nuestro propio trabajo.

Lo que tienen en común la mayoría —tal vez todos— estos «fenómenos del diseño», es autenticidad, capacidad de conocer y expresar en sus trabajos su propia identidad. Si bien nuestra formación académica nos dicta que el diseñador debe orientarse a comunicar, a resolver en función de una determinada problemática, siendo absolutamente transparente como individuo, resulta absurdo negar que en cada una de nuestras creaciones comunicamos no solamente aquello que el encargo creativo o el capricho personal y profesional nos plantea como tarea, sino también nuestro carácter, nuestra cultura, nuestros orígenes, estados como creadores y personas; y es justamente ese estado de conciencia lo que nos acerca a un estilo propio y por ende a esta élite de fenómenos del diseño, reconocidos y exitosos, alejados de los deadlines imposibles, las altas dosis de cafeína y la guerra del centavo.

La identidad logra que el trabajo de un diseñador sea único, y es justamente lo que hace que una gran marca o nuestra banda favorita nos busque específicamente para hacer un encargo creativo. Es, en resumen, lo que nos hace importantes e indispensables para la industria. ¿Qué sería de nosotros si nuestro trabajo pudiera ser fácilmente imitado por otro diseñador? Seguramente seríamos reemplazados prontamente por alguien más ágil, o en estos tiempos de crisis, por alguien que cobre más barato. Porque a eso se resume el mundo del diseño en algunas instancias comerciales industrializadas, como la industria de la publicidad, donde la premura y la rentabilidad acorralan al diseño y la comunicación en lugares tristes como los clichés de tendencia y el facilismo de lo prediseñado. Eso sí, con altas dosis de autoindulgencia, autoaprobación y autoadulación a través de premios y festivales donde toda una industria se legitima a sí misma de manera festiva y paradójica.

Cuando analizamos la identidad de un diseñador destacado, o «fenómeno del diseño» como a bien he tenido nombrarles, usualmente nos quedamos en la superficie, comprendiendo, en ocasiones envidiando, pero sobre todo admirando su particular uso de las formas, sus capacidades de ilustración, la tipografía y en general su técnica tan particular. Pero, ¿vemos su manejo del color?, ¿es posible para un autor alcanzar identidad en este aspecto tan puro y esencial del diseño? El manejo del color es uno de los aspectos críticos al momento de construir una identidad como diseñador, y no se trata solamente de encontrar o definir una paleta de color muy nuestra, lo cual es un recurso válido y evidente en el trabajo de muchos fenómenos del diseño, como el archifamoso Sheppard Fairey, sólo por dar un ejemplo.

El manejo de color se trata de comprender cuáles son nuestros orígenes, nuestros criterios y el contexto de nuestras creaciones. Para comprender nuestros orígenes es necesario hacer un poco de introspección para encontrarnos como diseñadores y lograr establecer una postura, identificar nuestras motivaciones y nuestros gustos. Recordar qué nos llevó a educarnos como diseñadores, revivir esa pulsión primaria que nos llevaba a crear y sobre todo, sentir de nuevo la alegría de hacerlo. 

Este asunto de comprender los orígenes es complejo y lleva tiempo. De hecho es una tarea que nunca termina, porque como humanos que somos, resulta innegable que estamos en constante construcción y evolución, mientras procuramos vivir una constante versión beta de nosotros mismos.

Hablar acerca del criterio en diseño, y más puntualmente en el tema del color como concepto y fenómeno, es una tarea compleja, ya que no logra uno deshacerse de la noción de lo correcto y lo incorrecto que en muchos casos la academia ha puesto en nuestra cabeza como algo absoluto y racional. El asunto del criterio en estos aspectos es algo mucho más orgánico y sobretodo subjetivo. Nuestro criterio se construye de todo lo que somos, de nuestra cultura, de nuestras condiciones sociopolíticas y ambientales, de la música que escuchamos, del cine que vemos y del arte que percibimos entre muchos otros conceptos y realidades de nuestra vida.

No se trata solamente de una postura meramente visual o estética en cuanto al diseño, se trata de reconocer y potenciar nuestro criterio como una fortaleza al momento de diseñar, que nos permita alcanzar lugares únicos y nuestros, que serían imposibles de alcanzar si no reconocemos e identificamos nuestro criterio como diseñadores. Se trata precisamente de eso, reconocer e identificar para construir, porque el criterio no es un privilegio de pocos, el criterio lo tenemos todos y en torno a él se construye la vida misma.

Pensemos en un escritor de graffiti durante su rutina artística de intervención urbana. Visualicemos su morral con una selección de aerosoles de distintos colores previamente elegidos a su voluntad, vayamos a la pared, y por un momento detallemos y analicemos lo que sucede previo a la acción de pintar. Seguramente el escritor de graffiti, en cuestión de segundos detalla y analiza la pared como contexto a intervenir, comprende su material, sus texturas y sobretodo su color, segundos después cruza este análisis con su dossier de aerosoles disponibles y sobretodo con el objetivo de su obra, y es ahí donde finalmente decide el valor cromático de la misma.

Propongo este ejemplo, para de manera clara mostrar dónde se ubica el análisis de las características cromáticas del contexto a intervenir en un proceso de creación y cuan importante es este en función de los resultados y de la comunicación misma. Si nos vamos puntualmente a una pieza de diseño, por ejemplo un póster, podemos inferir que si no hay un previo análisis de las características cromáticas del contexto, podemos caer en graves errores de legibilidad y pertinencia. Algo tan simple como saber si nuestro póster estará en un ambiente exterior con luz natural o en un recinto cerrado, puede hacer la diferencia al momento de comunicar el mensaje.

Ya sensibilizados acerca de la importancia de este análisis en cuanto al color de nuestros contextos a intervenir, vale la pena reflexionar acerca de nuestra metodología, y pensar que considerando incluir dicho análisis en nuestro proceso proyectual, podemos alcanzar resultados más pregnantes, pertinentes y memorables en términos de comunicación.

La propia identidad está estrechamente relacionada con el color tanto como nuestras piezas lo están con sus contextos, luego puede uno inferir al ver y analizar una cronología de trabajos de cualquier fenómeno del diseño, cómo su identidad en cuanto al color se construye en una relación de retroalimentación con su contexto, claro está, alineada con sus orígenes y criterio.

Así pues y sin ánimos de demeritar la trayectoria y el trabajo de todos los diseñadores que gozan de una carrera sobresaliente gracias a la autenticidad de su trabajo, entiendo que las decisiones de identificar nuestros orígenes, de apoderarnos de nuestro criterio y considerar la importancia de las características cromáticas de los contextos que intervenimos, son elementos clave para lograr un trabajo destacado y sobretodo auténtico en diseño, que seguramente acortará las distancias entre los fenómenos del diseño y los diseñadores sufridos y homologados que describía al inicio de este texto.

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Retrato de Angeles Alonzo Mendoza
1
Feb. 2013

¿Qué es mas importante? ¿Lo estético o que nos remonte gráficamente al concepto?

1
Retrato de Salvador Valdovinos
45
Feb. 2013

«Cuando estoy trabajando en un problema, nunca pienso en la estética. Sólo pienso en cómo resolver el problema. Pero cuando he terminado, si la solución no es estética sé que estoy equivocado»

Buckminster Fuller

7
Retrato de Daniel Nuñez
0
Feb. 2013

Excelente respuesta...

0
Retrato de José Eduardo Pareja
0
Feb. 2013

muy bueno Salvador

0
Responder
Retrato de Rodrigo Mazza
38
Feb. 2013

Lo que Carlos llama «autenticidad» y que otros llaman «estilo propio» es un tema clave en el diseño, que también me ha preocupado durante bastante tiempo. A los diseñadores nos encanta el arte, pero no somos artistas. Necesitamos material ajeno de comunicación para hacer nuestro trabajo. Yo veo en esos diseñadores que menciona el artículo un trabajo interesante, pero también una repetición que aburre. Para un diseñador, prefiero la versatilidad como valor profesional. Gracias a ella podemos crear distintos estilos, uno por cada cliente, y no por eso dejaremos de ser auténticos.

6
Retrato de Carlos Ocampo
46
Feb. 2013

Cuando ocupo el término «identidad propia» en el artículo, no me ocupo solamente de una identidad en los resultados tangibles y visibles de un proceso creativo Rodrigo. En ocasiones esa identidad se encuentra en los procesos y metodos o en otros aspectos tangentes al acto creativo.

Saludo.

1
Retrato de Miguel Gosálvez
2
Feb. 2013

El corsé puede encontrarse en ambos planteamientos. En uno por falta de calor y chispa artística y en el otro por repetición en la elección del manantial creativo. Creo que la clave es la originalidad en todos los aspectos del mensaje. Para que nos presten atención ya no valen solo los fuegos artificiales. Creo que el arte contemporáneo ya lo desveló hace tiempo. ¿Allá por los 60?

1
Retrato de Carlos Ocampo
46
Feb. 2013

Así es Miguel.

0
Responder
Retrato de Alejandro Arrojo
74
Feb. 2013

Lograr que un trabajo se destaque es muy fácil. Lograr que sea eficiente a la función destinada es el gran reto.

No creo para nada que la tan mencionada «fama» esté relacionada directamente con la calidad profesional. Diseñadores «famosos» hay muchos, «famosos» y buenos, pocos. Un diseñador puede ser muy bueno, pero para ser «famoso» tiene que darse la suerte de trabajar para una empresa, producto o causa a nivel masivo que lo catapulte, si lo que busca es «fama».

1
Retrato de Carlos Ocampo
46
Feb. 2013

Alejandro, difiero de tu opinión, pues destacarse como diseñador no es fácil para mi.

La fama, es un concepto que el artículo no pretende abordar, es posible que cuando hablé de aquellos diseñadores destacados se pudiese entender eso, más en escencia el artículo procura invitar a la reflexión acerca de nuestro criterio como diseñadores y la relación de este con la autenticidad de nuestros trabajos.

En resumen para mi sin duda el diseñador debe procurar una eficiencia, eso sí sin olvidar que «diseñar» es de manera incuestionable un acto creativo que va más allá de lo puramente racional.

0
Retrato de Alejandro Arrojo
74
Feb. 2013

Bienvenidas sean las diferencias de criterio Carlos. Asumo mi falta de interpretación, sino te referías a esa «fama» (entre comillas) que mencioné, tal vez estamos más de acuerdo entonces. Es que leo bastantes opiniones sobre la búsqueda de un «sello propio» o «un estilo que nos identifique» a la hora de diseñar, que me hace un poco de ruido. No me parece que sea eficiente un diseño tenga la firma de su autor. Eso va bien en los artistas. Sí festejo ver piezas deslumbrantes, creativas, con una mirada nueva, única... pero que lo justifique el discurso del mensaje. No que sea un sello del autor.

0
Retrato de Carlos Ocampo
46
Feb. 2013

Bueno, para mi esta línea entre el arte y el diseño es sumamente delgada y a mi juicio, aquellos que logran trasegar con equilibrio sobre ella consiguen no solamente un trabajo de comunicación visual (que en últimas es a lo que nos dedicamos) eficiente y propositivo, sino también un resultado sumamente auténtico como «autores».

Y sin duda que viva la multiplicidad de criterios.

Saludo.

1
Responder
Retrato de Ivan Abbadie
46
Feb. 2013

un buen tema, sin duda, definitivamente es bueno hablar de la identidad propia como diseñadores, por supuesto que existe aunque hay muchos que no lo acepten como tal, si bien diseñamos basados en necesidades de comunicación lo hacemos gracias a nuestra experiencia como creativos, cada uno se alimenta de diferentes recursos de inspiración, cada quien imprime su propio estilo, siempre buscando la objetividad en el resultado, sin embargo, como dice el autor, de lo contrario cualquiera podría hacerlo igual y no es así, la palabra clave de este tema es, definitivamente, la «autenticidad», ¡saludos!

1
Retrato de Carlos Ocampo
46
Feb. 2013

Muchas gracias por tu aporte Iván, gran saludo desde Colombia.

1
Retrato de Ivan Abbadie
46
Feb. 2013

¡saludos, carlos!

0
Retrato de Ronald Garcia
0
Feb. 2013

Siento que se centro mucho en la teoría del color , pero esta muy bueno el articulo aunque considero que algunas veces caer en el mismo estilo puede llegar a cansar.

0
Responder
Retrato de Maximiliano Giungi
2
Feb. 2013

Espero no malinterpretar el artículo. La mal llamada «academia» nos prepara para el trabajo que hacemos y nada más. Los límites se los pone cada uno. No existe el estilo «académico». La profesión ha evolucionado bastante como para seguir debatiendo si buscamos o no nuestra esencia como si fuéramos artistas. La clave está en SABER. Y en SABER DISEÑAR. Está ok nutrirnos culturalmente, cargarnos de sentido, fortalecer nuestra personalidad, leer mucha teoría, etcétera, sin por ello tener que mostrar forzosamente una «manera«de diseñar, como impronta personal. Esto es un error para mí.

4
Retrato de Carlos Ocampo
46
Feb. 2013

Creo que si bien es un craso error forzar un estilo o impronta personal, también lo es considerar que el «saber» como bien lo mencionas no esta impregnado de nuestros imaginarios estilísticos como creadores.

Gran saludo.

1
Retrato de Maximiliano Giungi
2
Feb. 2013

Comprendo. Esto es buenísimo. Porque abre al diálogo. Claro que el saber también está cargado de todo eso. Terminamos coincidiendo más de lo que imaginamos.

Un abrazo desde aquí y buena suerte en todo.

1
Responder
Retrato de Erika Alexandra Castro Brand
0
Erika Alexandra Castro Brand
Feb. 2013

Un diseñador antes que diseñador es un ser humano que está en constante cambio y evolución; y esto se refleja en sus trabajos, ya que como solucionador de problemas demuestra su facultad de ver lo diferente y así mismo, como dice el artículo mostrar sus orígenes, sus pensamientos, sus emociones y porque no, sus sentimientos hacia la situación planteada, por lo tanto la innovación no es solo cosa del día a día y de la búsqueda del trabajo, sino que también del desarrollo del mismo diseñador.

2
Retrato de Carlos Ocampo
46
Feb. 2013

Exacto Erika y es precisamente por eso que debemos nutrir y construir nuestro criterio e imaginario de manera permanente.

Saludo.

0
Retrato de Erika Alexandra Castro Brand
0
Erika Alexandra Castro Brand
Feb. 2013

Así es, nutrirnos es un quehacer diario, buscar nuevas formas de cambiar pero sin dejar de ser nosotros mismos es un esfuerzo continuo.

Gracias.

0
Responder
Retrato de Laura Arias
0
Feb. 2013

Es de estos artículos interesantes y utiles para aquellas personas que hasta el momento ingresamos al mundo del Diseño Gráfico para hacer de este una profesión.

Para mi la frase más llamativa fué: «La identidad logra que el trabajo de un diseñador sea único». Estoy de acuerdo, pues pienso que sin identidad, el mundo seria monotono y jamas se veria algo diferente. Agrego tambien que el Diseñador para ser bueno, debe basarse no solo en su talento, en su creatividad, sino que ademas debe agregar un toque de identidad u originalidad a su trabajo.

Gracias por compartir este gran articulo.

0
Retrato de Carlos Ocampo
46
Feb. 2013

Mil gracias Laura por tu apreciación,

En el oficio de diseñar hay muchas aristas y temas involucrados, durante la carrera y a futuro te darás cuenta que si bien el talento, la identidad y creatividad son componentes claves de nuestra profesión, también lo son la disciplina, el estudio y otros aspectos un tanto más racionales y menos experimentales.

A mi parecer el asunto está en conjugar todo lo anterior para conseguir resolver y comunicar.

Saludo.

1
Retrato de Laura Arias
0
Feb. 2013

Claro que si, estoy de acuerdo con lo que dices, hay diversos aspectos que se deben tener en cuenta, para solucionar un problema de comunicacion en la sociedad. Gracias.

0
Responder
Retrato de Diego Constantino
0
Diego Constantino
Nov. 2020

Muy interesante y muy cierto como la autenticidad ("es autenticidad, capacidad de conocer y expresar en sus trabajos su propia identidad") lo que hace la diferencia es poner esa marca de nosotros mismos. Me parece muy interesante que hay que arriesgarse a ser uno mismo, sin duda!. Por supuesto hay muchos otros elementos que nos definen fuera de el manejo del color aunque juega un papel fundamental. Saludos

1
Retrato de Carlos Ocampo
46
Hace un año

Sin duda diego los elementos que nos definen diría yo que no tienen frontera alguna en su extensión. Respecto a arriesgarse a ser uno mismo, la invitación sería a reflexionar porque consideramos que es precisamente un "riesgo", ahí yace un muy buen debate la verdad. Personalmente considero que ser nosotros mismos y más para nosotros como diseñadores latinoamericanos es un deber más que un riesgo.

Saludo Diego.

0
Responder
Retrato de Lady Alcívar
1
Dic. 2019

"Ver nuestro criterio como una fortaleza". Me ha sido inevitable no quedarme reflexionando en esta frase. Como estudiante en formación, me llama mucho la atención observar el trabajo de grandes diseñadores y me pregunto ¿Cómo hacen para vender su marca personal tan bien?, es decir; obviamente sus trabajos son impecables. Pero sumado a eso, el simple hecho de que te digan que un logo (por ejemplificar) ha sido elaborado por________(inserte el nombre de un diseñador a quien admire), ya lo hace más especial, más enigmático, más_____(ese diseñador).

Me ha encantado este artículo porque quizá puede ser la respuesta a mi pregunta: "Ellos reconocen su criterio como una fortaleza".

Pero la cosa es tan sencilla porque para poder confiar ciegamente en el criterio personal (que todos tenemos), se requiere una correcta nutrición del mismo. Lo cual es impresionante porque esa nutrición se traduce en textos leídos, agudizar los sentidos para percibir mensajes que van más allá. Entrenarnos.

En fin, me ha gustado muchísimo este artículo y gracias porque indirectamente has respondido a una pregunta que yacía en mí, desde los primeros años de estudio.

3
Retrato de Carlos Ocampo
46
Hace un año

Agradezco profundamente tu comentario Lady y me parece un gran aporte tu reflexión sobre la constante nutrición, construcción y cuestionamiento del criterio propio como diseñadores en función de la búsqueda y consolidación de una identidad como creadores.

Dos preciciones que quisiera hacerte desde mi posición personal es que la verdad dudo que uno alcance una frontera del criterio y el ejercicio como diseñador donde confie ciegamente en su criterio. Ese lugar útopico muchos artistas lo precisan como una utopía que significa el final de todo, ese día donde estés cien por cien satisfecho con tu creación es el día donde termina tu carrera.

Por otro lado la nutrición correcta no se si exista, probablemente si existan unos juicios o rigores de estudio pero el asunto es que al diseñador como creador lo construye todo su bagaje no solo técnico y teórico sino también visual y experiencial.

Un abrazo y gracias por participar

1
Responder
Retrato de Maleny Hernandez
0
Sept. 2015

Muy buen articulo, estoy de acuerdo contigo en varios aspectos no se trata solamente de el aspecto visual, aunque si ayuda mucho, supongo que aunque apenas iniciemos en el aspecto del diseño tenemos ciertas características que nos hacen brillar sin que nos demos cuenta y aveces no son las que nosotros quisiéramos

1
Retrato de Carlos Ocampo
46
Dic. 2015

Exacto se tratade ser conscientes y poner ese aporte nuestro en la medida adecuada Maleny.

0
Responder

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