Diseño y producción gráfica
No se puede diseñar si no se sabe sobre qué material, qué cantidad y utilizando qué proceso se va a producir una pieza. Cada dato condiciona al diseño final.
Muchos jóvenes diseñadores realizan diseños de buena calidad, creativos, con un claro dominio de programas de edición gráfica. Sin embargo, al desconocer en muchos casos los procesos que deberán utilizarse para materializar su trabajo, se desmerece el resultado final. Muchas veces, realizan diseños incompatibles con el proceso de impresión. Lo cierto es que no se puede diseñar si no se sabe en qué material, qué cantidad y utilizando qué procesos se va a producir una pieza gráfica. Cada dato condiciona, de alguna manera, al diseño.
Existen recomendaciones parciales que, si se las tiene en cuenta, pueden mejorar el resultado final. Aunque muchos piensen que el diseño gráfico es la locomotora del tren, en realidad es el vagón de cola, ya que está condicionado por el tiempo disponible, el presupuesto del cliente, los materiales a utilizar y, sobre todo, el método de impresión. Es muy común ver que, una vez cerrado el archivo (de un folleto por ejemplo), se comience a buscar presupuestos para imprimirlo en cantidades muy diferentes, pasando de una impresión por demanda en baja cantidad en láser a una producción en offset de una tirada importante. Cada sistema de impresión tiene ventajas y desventajas respecto a otros sistemas, que se deben considerar antes de empezar a trabajar.
Resulta fundamentar definir de antemano cómo se producirá una pieza. Y para eso, la única forma es tener una adecuada comunicación con el cliente, para poder evaluar juntos los requerimientos de uso y consumo de material y determinar la vida útil que deberá tener, qué tipos de información podrían volverlo obsoleto, sobre qué tipo de sustrato convendrá imprimir y, por supuesto, qué sistema de impresión convendrá utilizar. Recién entonces será posible encarar el diseño, que deberá ajustarse a esos requerimeintos.
Todo diseñador debe incorporar estos conceptos para dar una respuesta acorde a las necesidades de cada cliente y de cada caso. No es descabellado pensar que, dadas las aplicaciones de marketing crecientes, en algunos años la resolución de necesidades gráficas se encamine por los equipos digitales y, el viejo y querido offset junto a la serigrafía tradicional, vayan quedando exclusivamente para tareas muy específicas en grandes volúmenes.
Un tema aparte es la aplicación de procesos de post-impresión que son muy comunes en el caso de procesos de impresión por volumen y más raros en los de tiradas cortas, como el troquelado, el hot-stamping o los barnizados sectorizados, por mencionar algunos. Estamos desde hace varios años con permanentes cambios y la aparición de nuevos equipos que permiten ampliar maravillosamente las alternativas de producción gráfica. Los profesionales deben estar actualizado en estos cambios y estar al día respecto a la aparición de nuevos materiales y procesos productivos, para poder generar piezas gráficas adecuadas en todo sentido a las necesidades de sus clientes.
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