Cómo presentar tu diseño al cliente

¿Cuántos hemos participado en proyectos gráficos que nos emocionan y nos invitan a esforzarnos al máximo, a buscar alternativas y opciones complejas, llenas de creatividad y arduo trabajo? ¡Que levanten la mano! Pero en el momento que presentamos el trabajo al cliente con los brazos cruzados y esa mirada de «¡no me lo creo!, ¿y el diseño?», nos revolcamos, reparamos en nosotros mismos. Si en ese momento tuviéramos un cuchillo lo asesinaríamos. Pero, por suerte, nos tragamos el orgullo e intentamos explicarle lo que pasa y el por qué el trabajo es así, de modo que comprenda la propuesta general que estamos realizando. Al darse estas situaciones me llega a la mente un famoso dicho «de la vista nace el amor».

En mi carrera como docente y profesional, he buscando, incitado e inculcado a los diseñadores la idea de presentar los proyectos como elementos inigualables, únicos, poniendo en claro el trabajo que implicaron. No me refiero a mostrar el proceso de bocetaje. He visto a muchos colegas que llegan con un portátil, abren el programa y le muestran el diseño al cliente. Eso no es trabajar profesionalmente. ¿Y la creatividad?, ¿y el esfuerzo?, ¿y la gestión? Que las cosas sean más sencillas de hacer gracias a la tecnología no elimina el trabajo realizado, el pensar, el bocetar, el corregir, etc.

Cuando alguien comienza a salir con una persona que le gusta mucho, ¿qué hace? Intenta impresionarla, ¿no es así? No me refiero a hacer falsas promesas. Pero es obvio que para ganarse a otra persona es mejor mostrar lo mejor de uno, aquello en lo que somos únicos y fantásticos. De ese mismo modo es como debemos de tratar a nuestro trabajo, como el resultado de un proceso planeado y con un esfuerzo, algo que vale la pena mostrar.

No se debe pensar el trabajo únicamente como un medio de subsistencia. Si bien es cierto que los clientes nos generan utilidades y finalmente por eso es que los queremos tener, justamente para lograrlo debemos ganarnos su respeto. Después de todo le estamos presentando «su» diseño, que realizamos para «su» empresa, que a él le ha costado tanto construir, que la cuida mucho por que es «suya», además de que nos está pagando. El diseño lo realizamos nosotros, pero luego le pertenecerá a otro. Solucionará los problemas de empresas que no son nuestras. Elaboramos soluciones para otros.

Si estás empezando a ofrecer tus servicios de diseño en el mercado, te sugiero que, cuando presentes tu trabajo, lo hagas de la forma más profesional que te sea posible. Así, no solo mejorará tu situación y tu vínculo con tus clientes, sino que además ayudarás a que en el mercado se valore tu profesión. Y eso, también es un beneficio para ti.

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