Pasión por el diseño

¿Quién no quiere sentir pasión por lo que le gusta, por aquello que ama?

Fernando Del Vecchio, autor AutorFernando Del Vecchio Seguidores: 825

Fernando Rodríguez Álvarez, editor EdiciónFernando Rodríguez Álvarez Seguidores: 219

Te gusta diseñar, estudiaste formalmente (o no) diseño, disfrutas plenamente de los momentos en los que desarrollas tu arte (como te gusta llamarlo). Sin embargo, esa sensación de «pasión por el diseño» nunca fue algo verdaderamente presente en tu sentir. Piensas que quizás esa pasión es algo que los demás sí sienten y a ti no te sucede. A ti te gusta mucho lo que haces, pero ¿pasión?, en el sentido de la emoción que debería recorrer todo tu ser cuando diseñas, eso… no te sucede.

Encuentro que las frases del tipo «pasión por el diseño» (o «pasión por emprender») intentan ser motivadoras, pero no lo son. En algún punto pueden convertirse en una limitación, si quien debe sentir esa pasión por lo que hace no la siente y siente otra cosa —culpa por ejemplo— o se obliga a decir que sí lo siente.

¿Qué es lo que sucede? Deberías sentir pasión por el diseño:

  • Pero cada vez que tratas de transmitir esa energía a cualquier proyecto, encuentras una barrera en el cliente;

  • Pero no sabes cómo canalizar esa energía porque necesitas que alguien encienda la mecha de esa pasión con un pedido. Y ese pedido no llega, ni sabes cómo hacer para que llegue. 

Porque así son las cosas. Lo has escuchado y leído tantas veces, que ya ni siquiera piensas si es algo que sabes íntimamente o que te han implantado. Y entonces, como cada vez que recibes un pedido para llevar adelante la pasión te encuentras con límites, barreras, impedimentos y negativas, evidentemente quien encarna esa barrera se convierte en tu enemigo natural: el cliente.

Es muy fácil pensar que el culpable de la falta de desarrollo de la pasión en ti es tu cliente. Es un sentir casi automático. Así como en una época de tu vida eran los padres quienes no permitían desarrollar las actividades que querías emprender —y por ello durante un tiempo, que quizás todavía no termine, los convertiste en tus «enemigos íntimos»—, hoy aquella figura que te limita es el cliente.

Así, construyes muchas ideas alrededor de los problemas que vas percibiendo e intentas resolver. De esa forma edificas una fortaleza. Cada ladrillo que conforma la fortaleza se convierte en un dogma. Necesitas certidumbre y cada idea se transforma en una certeza. Terminas de construir tu castillo y te mudas a vivir en él.

Habitas en tu zona de confort. No tienes forma de salir —y tampoco quieres—, porque cada situación experimentada, cada resultado obtenido, es filtrado y juzgado a través de esas creencias. Y como no puedes interpretar los resultados a través de otra mirada, las refuerzas. ¡Es tan cómodo, tan simple, vivir dentro de la zona de confort!

Pero necesitas explicar lo que sucede y surgen otras ideas que se convierten en dogmas nuevos. Algunos de ellos se plantean como funciones que el diseñador debe cumplir, como parte de una doctrina profesional. Por ejemplo: «educar a los clientes».

¿Educar a los clientes?

Tienes la intención de que acepten tus propuestas, para que te dejen trabajar tranquilo, porque tu eres el que sabe, eres el profesional en la materia, el que sabe de diseño, que es lo que finalmente el cliente quiere.

«Vendes diseño y el cliente compra diseño». Ese es tu dogma. Sin embargo, la evidencia apunta exactamente en la dirección contraria. Los clientes conocen su negocio y sus clientes. No saben de diseño y por eso hablan contigo, pero no necesitan que modifiques su pedido utilizando «creatividad». Necesitan que traduzcas su pedido verbal en un mensaje gráfico, orientado a su público. Su público, no el tuyo.

La diferencia radica en que, a veces, diseñas para un público —para quienes evalúan tu trabajo— que es tu propio gremio: tus colegas. Trabajas pensando en otros diseñadores, no en tu cliente. El proyecto del cliente se convierte en «tu proyecto» para «tu público». Sin embargo, quien paga por ese servicio es el cliente, no tus colegas. Ciertamente, parte de tu problema radica en no entender que el diseño es un servicio. Sientes la necesidad de no ser cuestionado. porque consideras que eso es una debilidad. 

Tu fortaleza como diseñador podría ser la versatilidad con la que trabajas para clientes diferentes, con públicos muy distintos, que construyen un vínculo de confianza con quien y para quien trabajas: el cliente.

En ese sentido, la supuesta «pasión por el diseño» se convierte en un ancla que debilita tu proyecto profesional en lugar de potenciarlo. ¿Quiénes y dónde se promueven ese tipo de mensajes motivadores como el de sentir «pasión por el diseño»? Lo sabes, porque participas de esos ámbitos y cuestionarlo es peligroso, por la presión de un supuesto gremio «apasionado».

No quieres ser señalado por tu falta de «pasión». Está muy bien. No hace falta que confrontes. Quizás debas prestar atención a quienes tienen más experiencia de trabajo, quienes saben de qué se trata la profesión, aunque sus mensajes «desapasionados» entren en contradicción con lo que habitualmente has escuchado y creído.

Quizás quienes promueven la pasión por el diseño no trabajan como diseñadores y no lo hacen de mala fe, pero tal vez no comprendan el alcance y las consecuencias de su mensaje. Es posible que tu cliente no sea el enemigo sino el medio para lograr sentir tu pasión por diseñar. Quizás debas encontrar la verdadera pasión utilizando al diseño como medio, no como un fin. Tal vez deberías cuestionar tus dogmas y salir de tu zona de confort.

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Ilustración principal del artículo Rechazos positivos
Rechazos positivos Si no trabajamos en la comunicación de lo que somos y lo que hacemos, serán los clientes quienes lo definan de acuerdo a su mejor entender.

Debate

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Retrato de Luiggy Guillén
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Feb. 2015

Difiero un poco. No en todo, igualmente es muy buena opinión. Pero en la mía personal creo que un buen diseñador tiene la capacidad de orientar al cliente en el camino correcto. De nada sirve diseñar por diseñar y que al cliente le guste, en dado caso lo más importante es el público meta. Estoy de acuerdo en que no debemos diseñar para otros diseñadores, pero sí aplicar los conocimientos de diseños que se tienen de la mejor forma, en pro de la función específica de cada trabajo; si no lo hacemos y terminamos por ejecutar lo que al cliente "le de la gana", nos convertiríamos en simples operadores de máquinas y no diseñadores. Saludos.

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Retrato de Fabrizio Sotelo
27
Feb. 2015

Hola Luiggy, tomando tu idea, ¿que pasaría si el cliente tiene una visión mucho más profunda y certera de ese público? ¿donde queda la "Visión" del cliente? Yo estoy más que seguro que si Jobs (Apple) hubiera encargado el diseño del ipod a un diseñador latino, el resultado habría estado muy lejos de lo que es Apple hoy. Creo que el cliente es la pieza clave, es nuestro socio, nuestro aliado, y que al final debemos de traducir su idea, su concepto, su llegada a ese público, de la manera más fidedigna. A veces siento que el diseñador habla mucho del público, pero conozco pocos diseñadores que inviertan tiempo en investigación de mercado. Ver fotos en internet y salir a caminar alrededor del producto no es todo lo que existe. Yo diseño con mi cliente, es un trabajo de dos, no de uno. Saludos.

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Retrato de Ivan Abbadie
46
Feb. 2015

mucha pasión por jobs, ¿qué no hay más ejemplos?, ¡saludos!

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Retrato de Luiggy Guillén
0
Feb. 2015

No dije que no era un trabajo de dos, estoy de acuerdo en que el acercamiento del cliente con su público es crucial para realizar un diseño. La cuestión está cuando el cliente no tiene conocimientos sobre diseño gráfico y tiene un mal enfoque de su trabajo, es responsabilidad del profesional orientar sus ideales en el camino correcto, sin hacer un diseño para uno mismo, sino para el público como tal.

En cuanto a tu ejemplo con Apple, podría decirte que ahí es cuestión de la versatilidad que tenga el diseñador, su estilo, sus técnicas. Es por eso que cada cliente tiene un montón de opciones de dónde escoger (Hay muchos diseñadores) si a tu cliente le gusta tu trabajo, que para eso se debe tener un portafolio, entonces te contratará, la gama de diseñadores es amplia en todos lados. Saludos.

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Retrato de Ivan Abbadie
46
Feb. 2015

totalmente de acuerdo, luiggy, de ahí que debemos ser resolutivos, es decir, saber cual de las tantas propuestas (o tal vez soluciones) son las que más ayudarán a lograr el objetivo que se está atendiendo, y gran parte de ello es sin duda el conocimiento, la experiencia, y tal vez un poco de intuición, ¡saludos!

1
Retrato de Fabrizio Sotelo
27
Feb. 2015

Estoy de acuerdo contigo, Luiggy. Lo de Apple es un ejemplo que por lo menos todos pueden entender, no se si dijera Elliot Tupac, por decir alguien que está sonando en Perú y que con su estilo tan particular las empresas lo vienen contratando, o decir Philippe Starck, que rompe esquemas a cada momento, los lectores entenderían lo que quiero decir. Jobs es un ejemplo universal de empresario con visión, pero podría hablar de Ford, Edison, Gates, entre tantos empresarios famosos, que con su visión han creado nuevas formas de negocio en el mundo y que imagino a un diseñador tratando de capturar la esencia de sus propuestas. Sospecho que pocos estarían a la altura de dicho reto.

Siento que el gran problema en el diseño es la falta de profesionalización de los que la ejercen y el relativismo de la profesión. Cuando leo opiniones de trabajos gráficos por diseñadores, las opiniones son tan diversas que un cliente podría cuestionar la calidad del mismo, no existe quórum en el resultado.

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Retrato de Luiggy Guillén
0
Feb. 2015

Las opiniones de un diseñador a otro para con un diseño siempre van a variar, sobre todo porque los diseñadores somos personas que buscamos el mínimo defecto en todo lo que vemos. En mi experiencia personal he visto como desmarañan trabajos que son buenos y que funcionan, que es lo más importante. Sin embargo, creo que eso es tema aparte, porque un cliente no va a buscar cinco o diez diseñadores para que evalúen un trabajo, sería poco práctico.

La clave para un buen diseño es buena comunicación, determinar un enfoque, poder persuasivo y la auto-evaluación. Si es de buscar opiniones en personas no inmersas en el mundo de la comunicación visual, también sería útil, eso dará un gran punto a favor en el proceso creativo.

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Responder
Retrato de Romualdo Faura
17
Feb. 2015

Se ha quedado a gusto.

Yo diseño apasionadamente. De hecho para mi, diseño es pasión. Y si, también me enfado con los clientes, y sufro cuando me hacen cambios caprichosos. Y tomo los diseños como algo mío.

Y sabe qué?, prefiero eso. Prefiero tomarme el diseño como algo pasional, subjetivo, con el riesgo de la arrogancia. No me ha ido mal hasta ahora.

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Retrato de María Delia Zaccagnini
0
Feb. 2015

Muy sincero.

Soy arquitecta y actúo un poco así. Admito que debería corregirlo, pero cuando llevas varios años de profesión te das cuenta que muchos clientes te buscan justamente por eso, por ponerle pasión a tu trabajo, defenderlo y "educarlos", respetuosamente, en lo que es nuestro campo de conocimiento y la mayoría de las veces lo agradecen.

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Retrato de Gabriel Mayo
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Gabriel Mayo
Abr. 2016

Estimados, puede ser que a sus clientes les guste la pasión que ustedes ponen al diseñar, pero dudo que los contraten para eso. Los contratan para resolver un problema, y si el problema no se resuelve de manera óptima, o no se resuelve, por más pasión que hayan puesto ustedes, no les va a servir a la hora de querer cobrar su trabajo. Y ahí el cliente no va a poner en la balanza la pasión que hayan puesto para diseñar. La pasión no es indispensable en una profesión, la racionalidad sí. Porque el servicio, negocio o asesoramiento que ustedes prestan como profesionales funciona dentro de esos términos. Por más pasión que pongan, el momento de diseñar es sumamente racional, al menos dentro de lo que hacemos de manera consiente.

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Retrato de Romualdo Faura
0
Abr. 2016

Tu mismo das en la clave, el diseño como profesión ha de responder a una necesidad, y en la medida en que esa necesidad se resuelva se habrá cumplido el objetivo, la encomienda.

Ahora bien, para resolver el problema lo puedo hacer con pasión, total y absoluta, y cumplir con todo trabajando desde lo más emocional, y dejar lo racional a lo mínimo indispensable.

A mi no creo que me contraten únicamente por mi eficiencia, me contratan por cómo resuelvo las cosas, por los trabajos que ven en mi portafolio o por referencias. Y en todo eso hay mucha pasión y poca racionalidad.

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Retrato de Antonio Villar
2
Antonio Villar
Feb. 2015

Buen artículo. De todas maneras hay que dejar claro que el diseño nace desde el arte y por lo tanto en parte lo es, depende sólo del enfoque. Actualmente se desarraiga cada vez más pero de una forma natural, como evolucionan las cosas y los pensamientos humanos, por ejemplo ya no es intrínseco en la comunicación, si no parte de ella casi como un vehículo más. Hay que aceptar esos cambios y ser audaces para aprovecharlos, ahí justamente se van creando nuevos intereses y por que no, nuevas "pasiones".

Hay que probar nuevas formas y para eso hay que estudiar siempre, es lo rico de esta profesión.

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Retrato de Goering Cabezas
5
Feb. 2015

Considero que el diseño es padre y madre del arte, acaso el arte apareció primero como herramienta de sobre vivencia del hombre en sus inicios? El diseño si!!

El arte no necesariamente comunica algo o satisface una necesidad el diseño si lo hace

No he sabido que alguna obra de arte se haya convertido en una verdadera obra de diseño, si hay diseños que se han convertido en verdaderas obras de arte.

Saludos cordiales

5
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Feb. 2015

Toda obra de arte es una obra de diseño. Sin diseño no hay arte.

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Responder
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Feb. 2015

La pasión no es solo emoción, no es exaltación, pasión enardecida por algo. Pasión es que te guste lo que haces, el porqué lo haces, para que fin y como lo haces. Hay algo que se llama predominio, igual sirve para hacer una composición en diseño (unidad, conflicto y predominio), pero también es una cuestión sicológica que puede determinar un acción, o paralizarla. Ejemplo: si tienes dos caminos diferentes y no puedes decidir si te vas por el de la izquierda o por el de la derecha, te quedarás inmóvil si ese conflicto no se resuelve. Uno resuelve su vida de esa manera, que tanto te apasiona algo o que tanto aquello te es indiferente. Al que le apasiona el diseño, tal vez deje de ir al cine, al bar, o al fut-bol para dedicarse a esta actividad. Esa pasión hará que elijas ser médico, músico, hombre de negocios o diseñador. Pasión también es entusiasmo, es elección, es gozar de lo que haces. Sin pasión somos máquinas diseñando y nada más obedeciendo, una parte de una línea de producción.

1
Retrato de Gabriel Mayo
2
Gabriel Mayo
Abr. 2016

La pasión puede ser muy mobilizadora para decidir una carrera, encarar un emprendimiento o tomar decisiones. Pero es eso, como enamorarse. No sirve para todo. Si después no hay otros aspectos que permitan llevar ese emprendimiento, carrera o decisión a buen puerto, la pasión sólo queda en eso, en emoción, y de nada puede ayudar. Creo que a eso apunta el artículo.

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Retrato de Cristina Giardina
0
Feb. 2015

Muy buena visión del tema. Me gustó mucho la parte en la que mencionas que diseñamos para nuestros pares pero no para nuestros clientes... Esto es muy cierto, y sucede con frecuencia dentro de esta profesión. Muchas veces intentamos realizar diseños que sean ganadores de concursos pero erramos nuestro mensaje y no comunicamos realmente lo que nuestro cliente necesita. Es un muy buen punto para rever en nuestras prácticas.

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Retrato de Leo Castelar
0
Feb. 2015

Comparto, y creo que muchas veces algunos profesores nos enseñan a trabajar para los pares y no para el cliente.

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Responder
Retrato de María Gabriela Medawar
1
Feb. 2015

Yo creo que la pasión la crea uno. Cuando realmente uno quiere algo las barreras se disuelven, siempre hay un recurso (ya sea un "curro" para encontrar trabajo, capacitarse para complementar lo que estudié, hasta cerrar los ojos, decir "yo puedo"...).

Particularmente considero que echar la culpa a los demás es lo peor (por no decir lo más ridículo) que uno puede hacer. Es importante una buena autoevaluación para saber el porqué falta pasión; es problema mío no de los demás.

Hay que perseverar para amar el Diseño.

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Retrato de Gabriel Mayo
2
Gabriel Mayo
Abr. 2016

Coincido en que la pasión elimima barreras autoimpuestas y libera mi creatividad a la hora buscar recursos. Pero no creo que uno deba llegar al punto de "amar" el diseño. Si es mi profesión y es de lo que vivo, si es mi negocio, más que amarlo debo poner la cabeza en frío para encontrar las herramientas que me permitan que funcione de manera óptima.

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Responder
Retrato de Milena Costales Pinchevsky
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Milena Costales Pinchevsky
May. 2020

Este articulo en verdad me dejo muy sorprendida porque siento que habla de temas que tal vez nunca hables con tus colegas diseñadores, que tus profesores no lo mencionen o simplemente nunca lo habías llegado a pensar. Siento que la pasión por el diseño es indispensable en un diseñador porque la pasión es un motor a la creatividad con la que se lleva a cabo un trabajo. El cliente siento que no debería ser un enemigo sino un aliado siempre. El cliente pedirá cosas pero nosotros como diseñadores debemos escuchar y siempre poder reflexionar acerca de lo que el cliente quiere y dar el mejor producto y el que transmita el mensaje de la marca a la que estamos diseñando. Yo lo veo en vez de que el cliente es el padre que nos prohíbe la liberta, en realidad es el diseñador el padre que es sabio sabe de lo que habla y aconseja a su hijo en algún conflicto que tenga. Por lo tanto, no hay que sentirse mal ni oprimido cuando nuestro cliente nos pide algo o que corrijamos algo porque como dice el articulo ellos conocen a su cliente y quieren lo mejor, por este motivo, lo mejor que se puede hacer es intentar llegar a un consenso con el cliente ya que nosotros tenemos el conocimiento del diseño y ellos las de su marca. Gracias por el articulo!

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Retrato de Arianna Correia
0
Dic. 2019

Creo que este es uno de mis artículos favoritos en FOROALFA, resuena bastante con opiniones personales que he tenido a lo largo de mi carrera. Siempre he pensado que el sentir pasión por el diseño pone una presión innecesaria y concuerdo en que muchas veces el cliente es un impedimento para «volarse» y crear cosas cuyos resultados ames con pasión. Encontrar la verdadera pasión usando el diseño como medio y no como fin es -en mi opinión- una práctica enriquecedora, que puede ser practicada en encontrar diseño y o desarrollarlo en proyectos personales.

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Retrato de Luis Andres L. Paredes
0
Dic. 2019

Concuerdo con el articulo, todos al incio en el proceso de estudiar y formarse como diseñador, las ganas y el esfuerzo que ponías era grandes hasta que te topas con un cliente y sientes como todo tu conocimiento en lo que has aplicado para un trabajo se derrumba y por eso hay una delgada linea en saber que lo que haces no es un trabajo propio, es del cliente y aveces hay que aceptarlo y dirigir todo el enfoque hacia su pedido y sentirse que estas cumpliendo y pasando sus expectativas de lo requerido porque para eso estamos para resolver los problemas visuales.

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Retrato de Miguel Delgado
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Miguel Delgado
Nov. 2018

Como diseñadores aplicamos nuestros conocimientos técnicos al pedido del cliente: Que el diseño sea adaptable a los diferentes soportes, económico de reproducir, etc. Pero también hay un lado subjetivo el cual va más allá del aspecto técnico, este debe ser atractivo para el público al que va dirigido.

Algunos diseñadores sienten que hacer un diseño para una marca de detergente o para una distribuidora de partes automovilísticas es algo poco inspirador. Quieren expresar su forma de pensar o filosofía. Hay tener mente abierta para entender las necesidades de tu cliente. No solo educar al cliente, también a uno mismo.

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