Manipulación veraz

En general, y salvo honrosas excepciones, los medios de comunicación en Paraguay defienden su ideología, su pertenencia a grupos de poder y sus intereses económicos. Se ocupan poco de los intereses de la población y, cuando lo hacen, tienden a manipular la información. Han reemplazado, al igual que muchos de sus colegas en la región y el mundo, el viejo ideal de objetividad periodística por un nuevo concepto, algo más maleable: el de la «veracidad». Que es como decir «yo manipulo la información pero dentro de los límites de la verdad». Trasladado al ámbito político, y a la actualidad paraguaya, la frase quedaría así como... «yo hago un golpe de estado pero lo disfrazo de juicio político para que quede bien».

Algunas de las múltiples técnicas de manipulación

1. La selección de la información a publicar. El primer proceso de manipulación se realiza en esta instancia, cuando los responsables del medio o de cada área, seleccionan qué cubrirán y qué no y, una vez producidas las notas, cuáles publicar y cuáles no. El mismo proceso se realiza con informaciones provenientes de agencias de noticias del país y del exterior, de grupos sociales y políticos. Obviamente, se seleccionan preferentemente aquellas informaciones que coincidan con la postura editorial del medio, y cuando se publican las otras, se procede como se describe a continuación.
2. Distribución de la información en el medio. Aquellas informaciones y opiniones favorables a la línea editorial del medio se publican con gran destaque. Si es que se publican, las que no coinciden con eso, aparecen en espacios desfavorables. Para ejemplificar esto, en un medio impreso, un espacio importante es la portada, las primeras páginas (en especial las impares), las cabeceras (la información que va arriba de la páginas), las secciones, etc. Los lugares desfavorables, siempre en un medio impreso, lo constituyen aquellos espacios entre el medio y el final del periódico, antes de la sección deportiva, las páginas pares, en blanco y negro, los espacios de abajo de cada pagina, etc. El mismo criterio es aplicado en medios audiovisuales e Internet, pero dentro de las características de esos medios.
3. La introducción de técnicas publicitarias en la presentación de la información. Quizá para mí sea algo más fácil percibir esto, pues he trabajado tanto en medios de comunicación como en agencias de publicidad. Un ejemplo de esta afirmación lo constituye el uso de la adjetivación en la redacción de las noticias. Un titular como «sombría manifestación» habla a las claras de la opinión de un medio determinado sobre la expresión ciudadana de un grupo de personas. Existen muchas otras formas en que la redacción y la presentación de las noticias son contaminadas: la selección de la imagen (favorable o desfavorable, grande o pequeña, según el caso), el diseño gráfico, la ubicación, el tono general de la nota, etc.
4. Soporte de líderes y grupos de opinión. Casi siempre, una noticia que pretende instalarse como verdad es acompañada por expresiones de apoyo. Estas expresiones vienen desde el mismo medio (como artículos de opinión o editoriales), y por medio de entrevistas a personalidades y grupos afines, lo cual da la idea de un amplio apoyo a las publicaciones. En contrapartida, las expresiones contrarias son relegadas, como explicamos, a unas pocas publicaciones, mal y peor insertadas en el medio. O, directamente, no son publicadas.
5. La repetición (también una herramienta de la publicidad) es utilizada sin miramientos para criticar acciones o personas que no coinciden con los intereses del medio, y apoyar a aquellas personas y acciones que sí son afines. Es aquí cuando tenemos notas y opiniones que se extienden en el tiempo, más allá del interés mediático real de la noticia o la persona.

Estas son apenas algunas de las muchas técnicas que medios y periodistas utilizan sin pudor en Paraguay. Rescato aquí el gran valor de periodistas que insisten en mantener una postura digna y profesional ante esta situación. Conozco y aprecio a muchos de ellos, y les envío mi saludo y admiración.

El por qué de esta nota

Esta nota fue escrita en el momento de un cambio de gobierno en Paraguay, el 22 de junio de 2012. El cambio se dio de manera inusual. Según la versión oficial del Gobierno actual, así como de representantes de otros poderes del Estado, se trató de un juicio político que removió al presidente anterior, Fernando Lugo, y puso en esa función al vicepresidente, Federico Franco. Según mi interpretación, y la de millones de compatriotas, se trató simplemente de un vulgar golpe de Estado, llevado a cabo por congresistas paraguayos, con el apoyo de grupos de poder y la mayor parte de la prensa paraguaya, en detrimento de la democracia y de los intereses de las mayorías. Más de 150 días después, mi opinión no ha cambiado en absoluto.

Para saber más del tema, se puede acudir a informaciones de la prensa¹ (leyendo entre líneas, por supuesto) o a interpretaciones de prestigiosos juristas, como el Dr. Luis Lezcano Claude².

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