Creación de imágenes con IA
El abuso de la inteligencia artificial (IA) para la generación de imágenes
¿Qué sucede cuando los generadores de imágenes mediante inteligencia artificial caen en manos equivocadas?
AutorArmin Castellón Seguidores: 5
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Los más recientes avances tecnológicos hoy nos enfrentan a grandes cambios en la forma en que nos relacionamos y realizamos nuestro trabajo, e incluso en nuestra visión del mundo. La información que consumimos se encuentre al alcance de todos; y aunque estos cambios representen una enorme ventaja para la evolución humana, al dejar obsoletas o en segundo plano algunas practicas anteriores y medios menos eficaces, se hace necesario reflexionar sobre las amenazas o riesgos que conllevan estos avances.
Para bien o para mal la libertad que ofrece Internet y que todos amamos, pone un primer riesgo sobre la mesa: la desinformación. Cualquier persona con mínimos recursos e incluso pocos conocimientos puede compartir contenido en las redes sociales y en la web, que muchas veces es consumido como si fuera cierto, verificable. Sin embargo, recordemos la frase famosa de Marco Aurelio: «Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad». Es necesario tener conciencia y juicio propios sobre toda información que se nos presenta.
¿Cómo funciona la inteligencia artificial que genera imágenes?
El boom de las llamadas inteligencias artificiales (IA) y la generación de imágenes ya está generando polémica. Una de las herramientas de IA que permite generar imágenes, probablemente la más popular en estos días, es Midjourney, que puede generar imágenes increíbles en poco tiempo. Pero... ¿cómo funciona?
Midjourny es un sistema de machine learning que se alimenta de infinidad de imágenes preexistentes. Adicionalmente, el usuario también puede introducir imágenes como referencia de lo que busca producir. A partir la cantidad inabarcable de información con la que el sistema cuenta, y respondiendo al pedido escrito del usuario, esta herramienta extrae partes de aquellas imágenes, y con esos fragmentos crea una nueva imagen, muchas veces de muy alta calidad. En ocasiones produce resultados imperfectos, y esto se debe a que en realidad no comprende lo que está haciendo; pero la velocidad con la que responde y la calidad promedio de los resultados son realmente sorprendentes. El único límite de cualquier inteligencia artificial reside en la cantidad de imágenes que se le introduzcan para «entrenarla».
¿Cuál es la fuente de inspiración de la inteligencia artificial?
El asunto comienza a tornarse extraño cuando nos enteramos que estas imágenes con las que se alimenta a estos sistemas son contenidos creados y compartidos en internet por artistas, fotógrafos, ilustradores y diseñadores gráficos, que jamás dieron su consentimiento para ese fin. Es cierto que las imágenes que crea la inteligencia artificial son nuevas y requieren de una redacción particular por parte de quien las requiere, pero también es cierto la máquina no podría crearlas sin contar con las obras de las que se la nutre, cuyos creadores no reciben compensación ni crédito por su aporte fundamental.
En alguna medida esta nueva tecnología cometería una suerte de «plagio» aún no previsto por la Ley, pues el plagiado nunca es un individuo en particular sino, probablemente, muchísimos artistas y profesionales en forma simultánea. Tal vez el error fatal de los perjudicados haya sido compartir su trabajo de forma abierta, algo que hasta ahora nadie se cuestionaba como un problema.
Los nuevos «artistas de la IA»
Paralelamente va surgiendo un nuevo tipo de «artista de la Inteligencia artificial», que en realidad utiliza esta herramienta que hace casi todo el trabajo por él. Es cierto que este individuo puede recopilar y aportar imágenes para alimentar a la inteligencia artificial e indicar por medio de comandos verbales qué dibujar, tal como lo hace un ilustrador comisionado que recibe un pedido de su cliente. Pero en este caso ¡es gratis! y el trabajo final es una obra que surge del azar de combinar esas miles de imágenes. ¿Está bien que estos nuevos «aristas» se atribuyan la autoría de las imágenes generadas por la IA?
De todos modos, las imágenes generadas por IA aún son fáciles de reconocer por sus desproporciones, deformidades, malas composiciones, elementos flotantes, malas transiciones de forma, desenfoques extraños, formas y patrones orgánicos muy azarosos y asimétricos. Es común ver personajes con dedos de más o pies que parecen tubérculos, pero muchas veces estos «artistas de IA» ni se toman ni el trabajo de mejorar lo que la inteligencia artificial les pone en bandeja. ¿Aún así merecen llamarse artistas?
Últimamente he notado algunos de estos nuevos artistas de la IA, que, al igual que los desinformadores comunes de internet, buscan atención y reconocimiento por medio de sus falsas creaciones, se vanaglorian de un producto ajeno creado por una IA y se atribuyen el crédito de dichas obras a las que incluso les colocan marcas de agua y símbolos de copyrigth.
Pero la IA también puede caer en las manos correctas. Existen artistas y diseñadores que están aprovechándola como herramienta de prueba y como una fuente de inspiración. No buscan que la inteligencia haga su trabajo para presentarlo como propio, sino que la utilizan como un recurso más en el proceso de creación, fundamentalmente para probar rápidamente el potencial de ideas de composición, combinaciones de elementos y colores, para luego realizar un trabajo «como corresponde». Ese uso sí sería correcto y aplaudo a esos profesionales.
Navegando en la web me topé con los trabajos de Johan Peterson, un artista de IA. Los trabajos que presenta cómo suyos son visualmente bellos, pero en ellos pueden observarse los clásicos errores visuales que mencione anteriormente. Un problema que noto es que en los portales donde los publica no se menciona que son imágenes generadas por IA, y lo más triste es que el público cree que son ilustraciones originales o fotografías de estudio reales. El público no sabe distinguir la diferencia y creo que esto puede ser peligroso.
Otro trabajo reciente que noté es un portal en el que se muestran fotografías de animales generadas con IA (imágenes digitales que ya no son una fotografía), animales inexistentes y de colores imposibles para sus especies. Por supuesto que las personas inteligentes y que conocen las IA entienden que son imágenes falsas, pero me impactó ver la cantidad inmensa de personas convencidas de que esos animales son reales y exclaman que «La naturaleza es asombrosa». Lo único asombroso es la ignorancia humana y el hecho de que la situación con las imágenes generadas por IA está comenzando a salirse de control.
¿Cuál es el futuro de la generación de imágenes con IA?
La IA, como cualquier herramienta, es buenas en las manos correctas de gente honesta que sabe cómo utilizarla, pero en manos incorrectas los riesgos podrían ser muy altos. Habrá que ver si es posible establecer algún tipo de regulación de esta tecnología, tanto para los usuarios como para sus desarrolladores. Para empezar sería fundamental que la herramienta especifique cuáles son las fuentes utilizadas para la creación de la imagen, y, mas lo importante, que se aclare que es una imagen generada por inteligencia artificial para no confundirla con una creación original.
Aparentemente se está llegado a un convenio internacional mediante el cual las imágenes generadas por IA deberán ser consideradas de «dominio público», ya que las obras son en realidad una combinación de extractos de trabajos de otros artistas procesadas por una máquina. En ese sentido, estas imágenes no podrán ser consideradas un producto comercial o protegido por derechos de autor.
Quizás en un futuro sea imposible distinguir la obra creada por la máquina de la obra del sere humano. O tal vez eso no suceda nunca. Todavía es pronto para vaticinar una cosa o la otra.
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