Diálogo Nº 52625
Diálogo iniciado en el artículo La traición del diseñador gráfico
No hay nada más agridulce que darse cuenta del verdadero valor del trabajo que un diseñador realiza, amargo por el sentimiento de desvalor por el que se debe pasar al experimentar esta epifanía, y dulce porque al notar esto por fin puede empezar a cambiarlo, y a exigir el pago de todo ese conocimiento que por años se ha adquirido.