La eterna duda: ¿cómo ponerle precio al diseño?

El saber cotizar depende de conocer y ofrecer esencialmente lo que hacemos mejor, dentro de las posibilidades del mercado.

Jorge Montaña, autor AutorJorge Montaña Seguidores: 234

Luciano Cassisi, editor EdiciónLuciano Cassisi Seguidores: 2014

Una diseñadora me escribió solicitando consejo:

«Hola buenas tardes, le escribo para hacerle una consulta. Como diseñadora industrial siempre he trabajado para empresas que se encargan de cobrar mi diseño. Ahora tengo que presentar una propuesta de diseño de un stand y no tengo idea de cómo cobrar. ¿Por tiempo?, ¿por metro cuadrado?, ¿según la complejidad del diseño? Quiero saber si tiene algún consejo, muchas gracias por su tiempo».

Sin duda, se trata de un asunto que no nos enseñan en la Universidad, sencillo pero enredado. Vamos a ver si lo puedo explicar: si cobras barato desvalorizas tu oficio y no te va a alcanzar para las cuentas, si cobras caro vas a perder el trabajo. El costo de un trabajo lo determinan muchos factores. El principal es la idoneidad y eficiencia para hacerlo.

Una clienta le encargó un sombrero para un evento campestre a un renombrado diseñador francés de principios del siglo pasado. El diseñador tomó un sencillo sombrero de paja y con una simple cinta, enredada de manera espectacular, logró un resultado que superó las expectativas de la señora. Ella muy contenta con su sombrero, le preguntó por el costo.

—1500 francos —dijo el diseñador.

—¿Me vas a cobrar 1500 francos por un sombrero de paja con una cinta? —respondió la señora escandalizada. El diseñador tomó el sombrero, lo desanudó y le dijo:

—La cinta y el sombrero te los regalo, pues no me costaron más que 5 francos. Saber cómo combinarlos vale 1495.

El valor de la idoneidad y la experiencia

Que un diseañador tenga idoneidad para hacer el trabajo implica para el cliente una garantía. Eso tiene un precio que depende de la capacidad y la experiencia. La experiencia permite al diseñador ser un poco más eficiente en el manejo de los tiempos de realización y en la calidad de los resultados. Un profesional que se inicia, ofrece menos certezas y es lógico que sea más barato. Un profesional con experiencia es más seguro y, por eso, más caro.

¿Pero cómo hacen los clientes para saber qué diseñadores son capaces y experimentados? Los clientes suelen confiar en quienes otros clientes ya confiaron en el pasado. Por eso es tan importante la experiencia. Así es como el mercado valida la idoneidad de los profesionales y es por eso que existen diseñadores que cobran más caro que otros.

Las referencias del mercado

Existen otras variables que determinan el valor del trabajo. En un mercado muy competitivo, en el que la oferta supera a la demanda, los precios tienden a la baja. Un ejemplo bien conocido es el caso del diseño de paginas web, que inicialmente ofrecian un mercado prometedor. Pero las herramientas para hacer el trabajo se democratizaron punto tal, que aparecieron quienes montaron esquemas (probablemente eficientes) para ofrecerlas por 200 dólares; un precio inviable para diseñadores con costos fijos normales.

El precio que los competidores directos le ponen al trabajo también influye sobre el precio del propio trabajo porque constituye una referencia para los clientes. Algunos profesionales tienen experiencia y talento validados por sus clientes, se han ganado su confianza y han creado una propuesta de valor personal que quizás no tienen sus competidores. A ellos, su credibilidad y eficiencia les garantiza trabajo bien recompensado.

Cómo calcular el precio del trabajo

Para determinar el precio de un trabajo primero se debe saber cuanto vale realizarlo. El costo real del trabajo depende del tiempo ocupado en brindar el servicio; que incluye, además del trabajo de diseño propiamente dicho, el trabajo previo de búsqueda de la oportunidad, prospección, analisis del cliente y sus necesidades, etc. El número de horas a comprometer en un presupuesto se debe multiplicar por el valor-hora del diseñador, que es diferente para cada quién, en función de sus necesidades, su estructura, su experiencia, sus idoneidad, etc. Es muy diferente si uno vive con su Mamá que si tiene un estudio con cinco funcionarios.

¿Pero cómo calcular el valor-hora? La suma de dinero necesaria para pagar todos los gastos del mes, incluido el propio sueldo, se divide por las horas de trabajo disponibles al mes para vender. Si se tienen expectativas de crecimiento a lo largo del tiempo, será necesario sumar las ganancias esperadas a la suma total, de lo contrario el emprendimiento no crecerá: solamente se mantendrá a flote. Así, si se necesitan 5000 dólares por mes para mantener en funcionamiento la estructura y se aspirar a un mínimo crecimiento, si se dispone de 22 días habiles de 8 horas para trabajar (176 horas en total), el valor-hora será de 57 dólares.

Cuando se trata de trabajos de extrema responsabilidad e inversiones muy altas se puede aumentar el valor de la hora o calcular horas de más, para cubrirse. En todos estos casos, la suma de conocimientos, competencias y experiencia, hacen que el valor-hora sea diferente. Las variables determinadas por el valor de mercado, la eficiencia y la experiencia del profesional, pueden hacer que una misma persona sea un diseñador industrial costoso, un diseñador de interiores promedio y un consultor barato.

En algunas áreas existen referencias de mercado que no necesariamente tienen relación directa con el costo del trabajo. Por ejemplo: puede ser que el metro cuadrado de diseño para un Casino probablemente valga más que el metro cuadrado para un apartamento.

Para administrar bien el calculo de horas es importante evitar los reprocesos; es decir, el trabajo hecho dos veces cuando el cliente no queda satisfecho. Usualmente esto sucede por falta de una comunicación efectiva que lleve a validar los procesos previos para tomar decisiones informadas que cumplan las expectativas de las partes.

En resumen, usted va tener que pagar todas las cuentas y llevar plata para la casa. De modo que siempre va tener que estar buscando en la cresta de la ola para ser eficiente; es decir, hacer en una hora lo que otros hacen en cuatro, o simplemente no consiguen resolver igual de bien.

Usted va a ganar bien cuando haga las cosas mejor que los otros o haga cosas que los otros no hacen, y va a ganar mal cuando haga cosas que los sobrinos del cliente también hacen. Como dice claramente Fernando del Vecchio en varios artículos publicados en FOROALFA: nosotros no vendemos diseño, resolvemos problemas de los clientes.

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Ilustración principal del artículo Ni diseño, ni industrial
Ni diseño, ni industrial La apuesta por una nueva formación especulativa para Diseño Industrial tiene un efecto colateral no calculado: perdida de identidad y confusión en el mercado.

Debate

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Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2014

Quiero aclarar (hay algunos que se enojan y dicen que siempre estoy buscando problemas) que hay una incongruencia entre el título del artículo y la frase final del mismo. Si primero se habla de poner precio al diseño, que aparentemente es lo que se trata de vender, poqué se termina diciendo que en realidad no vendemos diseño, sino que resolvemos los problemas de los clientes. En todo caso el tema sería cuánto cobrar por resolver los problemas de los clientes, ya que el diseño pasaría a ser secundario. Comento porque veo ciertas incongruencias, algunas tal vez más de tipo semántico que teórico.

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Retrato de Ivan Abbadie
46
Mar. 2014

coincido en dicha incongruencia, podría omitirse sin problema la cita de del vecchio o bien estructurarla mejor, ya que muchas veces la retórica logra incongruencias.

por supuesto que vendemos diseño, es obvio, inobjetable e incuestionable (así lo diga el que lo diga), no somos ʼsolucionadoresʼ universales (nadie lo es) sino ʼsolucionadoresʼ en materia de comunicación visual (en el caso del diseño gráfico), es decir, no le vamos a solucionar como llevar a cabo una declaración de impuestos o donde comprar las tortas para el desayuno, ¡vendemos diseño!

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Retrato de Melissa Diaz
0
Melissa Diaz
Mar. 2014

Excelente artículo, me he dado cuenta que muchas veces los profesionales que apenas inician y tienen poca experiencia en el tema no tienen en cuenta estos aspectos de como cobrar su trabajo y terminan cobrando excesivamente barato, devaluando la profesión y además de eso su trabajo. Es importante que todos tengamos en cuenta estos aspectos y sobre todo sepamos como cobrar. Tenemos que valorarnos como personas, valorar nuestro tiempo y sobre todo valorar nuestro trabajo

0
Retrato de Jorge Montaña
234
Mar. 2014

Joaquín, en realidad el articulo se llamaba " como cobrar".El editor de foro alfa me informó que la palabra "cobrar" en algunos países se interpretaba apenas como el acto de reclamar el pago acordado. Repecto al segundo punto: Resolvemos una necesidad o problema de un cliente con nuestra competencia principal: El Diseño, pero esta usualmente va más allá de entregar un archivo o proyecto.

1
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2014

No veo incongruencia, porque cuando Jorge cita a Del Veccio, la frase está escrita en sentido figurado. Obviamente sí vendemos diseño, Fernando siempre dice que no debemos ofrecerlo de esa forma porque nadie está interesado en comprar «Diseño». En cambio sí ofrecemos a los clientes solucionar sus problemas concretos, es mucho más probable que nos contraten y que nos paguen lo que corresponde.

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Retrato de Ivan Abbadie
46
Mar. 2014

entonces sí vendemos diseño, por lo tanto es incongruencia, querer jugar a la retórica y al sentido figurado, es innecesario, por supuesto que somos ʼsolucionadoresʼ de problemas ya que es una actividad intrínseca al diseño, pero seamos precisos, vendemos diseño, es así y ya, a veces fernando con tal de innovar cea en cuestiones innecesarias.

¿en que se basan para decir que los clientes no están interesados en comprar diseño?, los empresarios apuestan a ello, al DISEÑO, la solución va de la mano, ofrecemos soluciones dentro del diseño.

por cierto, no se trata de vender, sino de saber cobrar.

2
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2014

Qué bueno que todos podamos opinar libremente, incluso sin estar de acuerdo. ¿No te parece Iván? De paso te pregunto. ¿Eres Ivan sin acento?

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Retrato de Ivan Abbadie
46
Mar. 2014

así es luciano, no es necesario estar de acuerdo, eso enriquece, la opinión es libre afortunadamente y es un derecho universal (con excepciones infortunadamente), aunque ayuda una sabia frase de jodorovsky, "pongámonos de acuerdo en que no estamos de acuerdo", es decir, sepamos no estar de acuerdo, sin enfado (no digo lo del enfado en este caso, pero muchos usuarios toman las críticas como personales cuando sólo es un asunto de ideologías) esto lo hemos dicho siempre, son ideas que evolucionan.

mi nombre es sin acento, agradezco la pregunta, ¡saludos!

1
Retrato de Alejandro Arrojo
74
Mar. 2014

¿A no saber definir bien "Qué es el diseño" le sumamos el dilema: "Qué ofrecemos"? Somos casi filósofos... Vender diseño me suena a Pre-diseñado, y solucionar problemas me suena un tanto arrogante, ya que estamos dando por sentado que nuestro diseño será bueno y solucionará sus problemas. Entonces, ¿un mal diseño le lleva más problemas al cliente?... probablemente, depende el caso. ¿Siempre nos llaman por problemas? ¿Las necesidades son problemas? ¿Si diseño una lámpara, soluciono el problema de oscuridad o vendo su diseño?

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Retrato de Ivan Abbadie
46
Mar. 2014

dejemos de lado la filosofía, el diseño es diseño Y YA, así como lo que sea parte de él (soluciones o problemas, estética o fealdad) por ello hablar de manera rimbombante es poco práctico, como el querer ʼvender solucionesʼ, finalmente gran parte (si no es que el total) de las profesiones ofrecen alguna solución a algo, es querer volver a adueñarse de conceptos como la ʼcreatividadʼ, la cual no es propia de los diseñadores, sino de quien la ejerza.

no tiene sentido seguir discutiendo esto, que cada quien venda lo que mas deseé y si le funciona así, pues bien.

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Retrato de Fer Chan
0
Mar. 2014

Y si lo resumimos en que vendemos diseño, con el objetivo de resolver problemas de comunicación, atraves de la gráfica.

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Retrato de Jorge Montaña
234
Mar. 2014

Me encanta..!! Al final tu oferta es mejorar la comunicación e imagen de tu cliente, diferente a hacerle el diseño del catálogo, Eso es!

1
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2014

Me parece que el asunto no pasa por cambiarle el nombre al servicio sino por escuchar y entender qué necesita el cliente, el verdadero motivo por el que busca ayuda, para poder enfocarnos en eso (en lugar de perder tiempo tratando de enseñarle lo maravilloso y útil que es el diseño).

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Retrato de Pablo Andrés Silva Páez
0
Mar. 2014

Me gusta más una frase de Norberto Chaves (más que la de Fernando del Vecchio) que publicó en un artículo: "Diseñar no es inventar sino resolver". Esto en mi opinión es lo que se vende y si hablamos de resolver no es necesario entrar en detalles, pues como profesionales, sabemos que nos corresponde hacer. Al final, un poco de retórica en las frases no le hace mal a nadie, sino no tendrían el impacto y la memorabilidad que tienen.

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Responder
Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2014

Si vendemos diseños, eso es lo que hacemos. Somos diseñadores. No resolvemos otros problemas del clientes más que los de diseño y los resolvemos con diseño.

2
Retrato de Jorge Montaña
234
Mar. 2014

Te recomiendo leer los articulos de Fernando del Vecchio en este foro. Comparto su posición. Importante anontar que me refiero a las condiciones particulares de Colombia haciendo diseño industrial. Puede ser diferente en otros lugares y no es bueno generalizar

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Retrato de Joaquín Eduardo Sánchez Mercado
566
Mar. 2014

De ahí la controversia. Resulta incongruente decir que no vendemos diseño si somos diseñadores. Diseño implica más que resolver problemas, resolver dilemas, que no es lo mismo, porque no todo es problema y los que hay son los típicos que surgen cuando se elaboran proyectos, no antes y o a equívocos que pueden venir desde antes de que tomemos el proyecto. Pero no se trata de arreglar problemas que hicieron otros, sino hacer diseños libres de problemas. Aunque Bruno Munari y otros así lo establezcan, me parece que los problemas sugen después, cuando se resuelven mal los dilemas

0
Retrato de Luciano Cassisi
2014
Mar. 2014

Podemos intentar ofrecer diseño y seguramente encontraremos algunos clientes dispuestos a pagarlo. Pero el diseño no es un producto sino la herramienta que utilizamos para ayudar a nuestros clientes a resolver sus «dilemas», como dice Joaquín. No podemos ayudarlos en todos los dilemas que tienen, pero sí en algunos. Por ejemplo, los que tienen que ver con sus comunicados gráficos, con sus productos, con sus espacios, etc.

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Retrato de Fabián Pérez
0
Mar. 2014

"Una clienta le encargó un sombrero para un evento campestre a un renombrado diseñador francés ..." ahí hay un problema a resolver, no hay una venta de diseño a hacer. El tema es que el problema es resuelto por un diseñador y no por un ingeniero estructural, creo personalmente que es por su idoneidad. La venta es indistinta de lo vendido, es una respuesta profesional pagada.

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Retrato de Mauricio Gálvez
0
Mar. 2014

Aunque pareciera que si lo hacemos realmente no vendemos diseño, es el cliente quien nos compra el diseño que aportamos como una solución a sus necesidades, ambas tanto diseño y necesidad se complementan y siendo el diseño tan amplio es complicado no admitir que IKEA es diseño vendible en el área industrial y sin embargo es una respuesta a necesidades colectivas y su aceptación radica justamente en su funcionalidad de diseño.

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Responder
Retrato de Juan Olivos
7
Mar. 2014

Gracias sr. Montaña, muy útil. Para esto no hay regla, se copia, se ajusta y se van puliendo en con el tiempo, según la relación con el cliente y los gastos. Cobrar por tiempo no es muy útil, pues el tiempo puede variar en el proceso y dar pérdidas si se demoró más de lo esperado. Yo trabajo con tarifas, las cuales tratan de prever gastos, tiempos, propuestas, bocetos, etc., con todo y eso, algunos proyectos son mejor negocio que otros, y aunque no hay pérdidas.

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Retrato de Jorge Montaña
234
Mar. 2014

Juan , en realidad las perdidas son por re-procesos y estos son generalmente por problemas de comunicación y validación. Tu no cobras por hora a menos que seas consultor, lo cual es el escenario perfecto, Haces las cuentas de las horas de trabajo que vas a consumir haciendo el trabajo para saber cuanto te va a costar hacerlo y sobre este calculo cobras

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Responder
Retrato de Jesus Gaytan
54
Mar. 2014

Coincido totalmente con la idea. Es importante recalcar la cita final de Fernando del Vecchio en donde solo agregaría que resolvemos problemas del cliente por medio del diseño.

Quedarnos en la idea de que solo vendemos diseño es no evolucionar ante las demandas de nuestros clientes, que ven una actividad saturada (diseñar) y por lo tanto con tendencias a abaratar el valor de la misma ante sus ojos.

Nuestra actividad evoluciona como todas, se vuelve multidisciplinaria y transdisciplinaria, no lo podemos evitar. Quien no lo entiende queda fuera del mercado.

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Retrato de Ivan Abbadie
46
Mar. 2014

la profesión evoluciona, el diseño, lejos de no evolucionar se basa en el mismo principio de análisis, síntesis, conceptualización, proyección, ejecución, resultado, continuidad, eso no cambia, tal vez se perfeccione más seguirá siendo así, tal vez me equivoque, es mi punto de vista solamente, no hay ʼabsolutísmosʼ.

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Responder
Retrato de Jjan Gons
0
Mar. 2014

Libro rojo...

0
Retrato de Ivan Abbadie
46
Mar. 2014

el libro rojo es sólo una buena referencia (tomé un taller con los autores hace 10 años y se aprende mucho pero no es más que una referencia, cada proyecto es único e irrepetible), no puede haber tabuladores debido justamente a lo que menciona jorge, experiencia e idoneidad, sumando a ello el alcance de cada proyecto y otros factores, lo que si DEBERÍA haber son topes mínimos, regulación y sobre todo, conocimiento PROPIO de la profesión.

1
Responder
Retrato de Mili Sigcho
0
Mili Sigcho
Dic. 2019

Increíble! La necesidad de un diseñador de cobrar lo justo para el y para el cliente siempre ha sido un tema complejo, por que como bien dice el artículo, el único que sabe de verdad cuanto cuesta poner una cinta es el diseñador que estudió años y años para saber que hacer con esa cinta. Este artículo es muy útil tiene argumentos sólidos y claros.

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Retrato de Daniel Andrés Palacios Wanke
0
Dic. 2019

En latinoamérica falta criterio para valorar el, se lo menosprecia, no se lo considera como una actividad profesional, por lo tanto, no quieren pagar lo justo. Es hora de cambiar esa mentalidad y que se comience a valorar al diseñador como el profesional que es.

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Retrato de Doris Carrasco
2
Doris Carrasco
Ago. 2014

Me parece interesante el artículo, quiero acotar que también depende de los clientes que frecuentemos, muchas veces llegan con trabajos para ellos "sencillos y pequeños" que deben ser resueltos en un par de horas y siempre buscan pagar menos o piden un descuento. Si bien es cierto, que bajar el precio de nuestro trabajo, nos desmerece en cierto punto como profesionales; debemos ser conscientes de que a nivel local el diseño no se encuentra lo suficientemente valorado, ya sea por costumbre o falta de información, no siempre se puede aspirar a grandes cifras al final del mes.

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Retrato de Yamil Manzur
4
Jul. 2014

Muy interesante, coincido donde mencionan lo referente a costos fijos, etc de cada uno de nosotros. Si no sabemis cuanto gastamos por mes, como sabremos si el valor X del presupuesto esta acorde a nuestra administracion?

Por otro lado, siempre busque el dichoso tarifario que nos solucione la vida, pero creo que hay que ajustar o realizar individualmente. Como decia un profesor de la Universidad; Lo que sirve para todos, No sirve para Nadie.

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Retrato de Sole Verduga
4
Abr. 2014

Como cuentas en la historia del sombrero, el diseñador no se tomó mucho tiempo en hacerlo, en ese caso no cobró por el tiempo que invirtió sino por su conocimiento, las horas invertidas en su educación, la experiencia, etc. A veces ponemos precios considerando solo el tiempo que nos toma, olvidándonos que el saber "qué y cómo hacerlo" tiene un valor adicional. Como bien concluyes al final, la clave está en hacer el mejor trabajo en el menor tiempo posible.

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