Diseñadores expertos ¿en qué?

Una angustia recurrente entre los estudiantes de diseño es cómo insertarse en un mercado que exige de ellos conocimientos cada vez más amplios, abarcando herramientas y conocimientos que ya no son más «de diseño» . Una solución posible, aunque puede parecer rebelde o acomodada, es no insertarse. La formación académica tiene, o debería tener, un papel de incentivar emprendimientos propios. Así, no insertarse significa crear un nuevo mercado, sin abdicar del oficio, en lugar de hacer pasantías de carácter dudoso.

Lo que uno nombra como equipos multidisciplinares es la esencia del éxito de muchos «colectivos» que surgen, a veces, de forma inocente y en su mayoría por necesidad. Unirse a conocidos para la viabilidad de una idea no es ninguna obra de gran genialidad. En realidad, la buena relación con los especialistas que pueden no ser parte de los colectivos, y sí colaboradores (carpintero, ilustrador, redactor, fotógrafo, artesano, programador, luminotécnico, arquitecto, ingeniero), es una clave para aprender a emprender, ofreciéndose más y mejores servicios (y seguro ellos no temen que les saquen el trabajo por observar y hacer preguntas acerca de su praxis).

La parte triste es que la noción de especialista en el ámbito del diseño cada vez más pierde su prestigio y la idea de que la esencia del diseño está en el proyecto, reductible y unificante; la idea de que uno puede hacer lo que quiera con su dominio —desde una comunicación, como un pictograma, hasta un artefacto o ambiente—, viene deformando la noción profesional en dos aspectos:

1. el comercial, que imagina que un estudiante puede trabajar como pasante y ser «el-todo-en-uno»,
2. el estudiante, que teme no poder ser tanto, y sufre con la angustia de no cumplir las expectativas.

Sí, el Diseño es capaz de proporcionar toda clase de productos, aunque no todas las características específicas de cada proyecto puedan siempre ser pensadas y desarrolladas por un único profesional. Hay una variable simple para explicarlo: el tiempo. Tiempo de estudio formal e informal, experiencia en Diseño y en la vida en general, investigación y retención de conocimiento, así como el tiempo efectivo para la producción en respuesta a una solicitud, que no tiene la costumbre de ser muy largo.

A los estudiantes: lo importante es no tener miedo y estar abierto a un intercambio de experiencias. No se desesperen. Oficinas de diseño pensadas por diseñadores pueden ser creadas por ustedes mismos, con distintas vocaciones, compañeros en una clase mixta, por más generalizada o especializada que sea su formación, y con el tiempo estarán más seguros de arriesgarse, sabiendo que tienen el apoyo de una serie de profesionales que les pueden asesorar. Diseñadores expertos en trabajar en equipo, con resultados menos autorales y con más foco en las necesidades del usuario.

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