Román Perona

Relacionar cine sólo con fotogramas es quedarse corto. El cine tiene mucho de diseño, sí, pero también de muchas otras cosas más. Se puede estudiar la cinematografía y el diseño de producción para entender como el diseño se proyecta en el resultado. Pero el cine es la sinergia de un guión, producción, dirección, cinematografía, interpretación, sonido, banda sonora, diseño de producción y edición. Todos son inter-dependientes y no hay jerarquías. Si viésemos películas pasando un fotograma cada 5 segundos y sin sonido no seríamos capaces de trasladar nada de la cinta al diseño gráfico.

Se refuerza el estereotipo del creativo en las nubes sumergido en su mundo de fantasía. ¿Cuantas agencias muestran los contratos con sus clientes, incluyendo cifras, a sus creativos y diseñadores? ¿Cuantas agencias dejan a sus diseñadores/creativos hablar directamente con el cliente? ¿Por qué los clientes pasan más tiempo con los directivos de cuentas y CEOs que con los creativos/diseñadores? La segmentación por nichos de las agencias, la producción en cascada y el estereotipo de que el creativo "no sabe/no debe saber" de cuentas son los causantes del desfase entre creatividad y resultado.

Yo matizaría el término "metáfora" dentro del diseño de interfaces. Las "carpetas" y "papelera" no son elementos metafóricos ya que no sustituyen a otro elemento y/o concepto. Estos elementos son utilizados porque su propiedades físicas en el mundo real influyen en su función dentro del interfaz. Es lo que se denomina "Affordance"

Creo haber leído un artículo exactamente igual en inglés hace ya tiempo. Los que trabajamos en UX/UI sabemos que es imposible diseñar una app siguiendo estos consejos tan superficiales. Este artículo, como muchos otros, omite cosas tan importantes como el tipo de profesionales necesarios en el equipo, el proceso de producción a seguir y como crear un plan de marketing efectivo. Espero que el libro promocionado, único fin del artículo, revele los secretos que hacen a una app viable y rentable en vez de ser un cúmulo de obviedades como son la mayoría de los libros publicados sobre la materia.

The research for the HCD project I'm working on to provide healthier food options for people in need, reveals that the people interviewed think they have a healthy diet despite they very rarely eat fresh fish, fruit and veggies on a daily basis.

Rebranding food products as «healthy» makes difficult to create awareness of healthy food habits among consumers. Human Centred Designer as me, are responsible now for fixing the consequences of marketeers’ decisions about this matter.

Para un marinero sin destino, cualquier viento es inservible.

Creo que este artículo confunde más que da luz a la profesión. Os imagináis si un profesor de diseño dice:

¿Habéis traído vuestros ipads? ¿Os habéis descargado el último álbum de los Chemical al iphone? Es que si no, no podemos comenzar!

Y ya lo de «las musas inspiradoras…» ¿Qué pasa con el proceso creativo? Lo único que se necesita para diseñar es: Creatividad, Conocimiento y Método.

Cualquier instrumento no puede determinar una actividad ya que entonces la actividad es el instrumento. Diseño = ordenador? Ánimo y Creatividad!

Cuando se entiende al cliente como un «paciente», es decir: persona que tiene una enfermedad, una dolencia, una deficiencia, un problema... es obvio que el diseñador se crea con la autoridad suficiente para prescribir diseño sin querer ser cuestionado, lo cual demuestra una gran falta de autoestima profesional.

Cuando se comprende que el cliente tiene una necesidad, como diseñadores podemos suplir esa necesidad dando un servicio.

El diseño no es dictadura ilustrada y el cliente siempre tiene la razón en cuanto a sus necesidades, expectativas y deseos se trata. Los límites los establece la rela

Los diseñadores son en gran parte responsables de este tipo de situaciones. El diseño es un tan antiguo y maduro como tantas otras profesiones. Así que no son los demás los que no entienden ni respetan el diseñó, son los diseñadores los que no se hacen respetar. Los diseñadores que aceptan y participan con entornos laborale «inválidos» y tienen relaciones enfermas con sus clientes, fracasan. Los diseñadores no somos victimas, somos como cualquier otro profesional! Y quizá sea ese el problema: Muchos diseñadores no saben como ser buenos profesionales ni saben gestionar su profesión.