Espinosa sobre La traición del diseñador gráfico (38648)
Diálogo iniciado por David Espinosa en el artículo La traición del diseñador gráfico
Buen artículo. Por lo general estas cosas son las que pasan. Yo también me inclino por la última teoría. Mas sin embargo creo necesario aclarar que en muchas ocasiones el empleador no diseñador ofrece un salario de miseria por no considerar el diseño como inversión sino como gasto.
Tienes razón David. Me parece que eso obedece a que se han visto "infectados" por el virus de la codicia y han perdido casi por completo el sentido de lo que antes declaraban como su pasión...el Diseño.
Tambien pienso que los DG tendrian que tener una matricula (ya que hoy dia cualquier pelele teniendo un poco de plata se compra un plotter y una compu y ya se pone un negocio de "diseño") y digo "diseño" xq la gente lo termina comprando igual porq es barato pero no funcional, esa competencia yo creo q es la q hace q los profesionales se vean obligados a cobrar migajas para poder agarrar un laburo)y un tarifario oficial como tienen los arquitectos y M.M de Obra y q cada uno de nosotros respetemos los precios establecidos
Supuestamente se intentó un tarifario oficial desde ADGORA. Sin embargo fue como un cartel mas: habia una guía de cuanto cobrar de base y de cuanto cobrar de acuerdo a los años de experiencia y a los postgrados realizados, pero todos hicieron caso omiso a esto.
No se lo de la matrícula. Conozco "escuelas" de diseño que mientras pagues la cuota mensual te recibirás con título de diseñador. Pasaría lo mismo si se implementan matriculas? Y está el otro extremo: hay diseñadores (sobre todo de la vieja escuela y antes que exista la carrera) que vienen de otras disciplinas y son excelentes en el oficio. Normalmente, tu matricula es tu portfolio y tus antecedentes de proyectos a tu cargo y clientes para los cuales trabajaste.
Yo diría que también algo tiene que ver la relación oferta-demanda. Soy de la época en que se bocetaba a lápiz y se armaban los originales con cemento sobre cartulina, éramos pocos y el trabajo brotaba de las baldosas. La labor era una y de aplicar las fotos y restos de temas técnicos se encargaba alguien llamado fotocromista. Ahora hacemos todo (hasta corregir los textos) y gracias a los programas más o menos accesibles siempre hay "una sobrina que estudia diseño y me lo puede hacer el fin de semana" nuestro trabajo ha caído en la valoración a pesar que ahora se estudia en la universidad.