La paradoja de la super modernidad

La impecable e insoportable perfección de la Supermodernidad se acaba al olvidar las llaves en la mesa de noche, cuando la crema dental se chorrea sobre el lavamanos en el baño, o la silla tudor de mi abuelita desentona en la sala.

Vladimiro Cruz, autor AutorVladimiro Cruz Seguidores: 10

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La supermodernidad no es más que otro vuelve y juega, contextualizado en la era de la globalización, del concepto «menos es más», principio angular del minimalismo. La pregunta que hay que hacerse es ¿porqué menos es más ó porque menos significa más?, sobre todo en una era en la que la expresión ya no tiene el sentido que pretendía el minimalismo originalmente: la búsqueda de lo esencial y de lo espiritual en la expresión humana. Este «refrito» minimalista actual no tiene nada que ver con esa propuesta inicial, más bien es el presupuesto del máximo beneficio con la mínima inversión; ley del actual capitalismo «salvaje» en la era de la globalización. Y sí... se considera como otro estilo más, donde se manifiesta una visión reduccionista del mundo en contrapeso al la visión compleja del «maximalismo» (donde los detalles hacen las diferencias), y se responde a la ley oscilatoria del devenir histórico de los estilos. Se deben validar tanto el uno como el otro y así cumplir con la dialéctica de la existencia; entonces se recuperaría el verdadero significado de dónde menos es menos y más es más.

En el enunciado del libro «Supermodernismo. Arquitectura en la era de la globalización», de Hans Ibelings, en entrelineas se hace implícita su contradicción; dice:

«En la arquitectura, la globalización se suele ver como un factor negativo a la cabeza de los procesos de homogeneización y uniformización. Sin embargo, en años recientes y bajo el influjo de la globalización, ha empezado a surgir una nueva y sugestiva arquitectura en que la superficialidad y la neutralidad han adquirido una significación especial». Hans Ibelings1

El que la superficialidad y la neutralidad hayan adquirido «una significación especial», parece ser más un postulado de la Posmodernidad en donde la búsqueda de la significación es intencional. Aquí en la «super», sin querer queriendo y sin buscarse, termina significando algo, aunque no mucho por aquello de la indiferencia.

…el interés decreciente en la dimensión simbólica resulta evidente, por ejemplo, en la búsqueda del grado cero de la arquitectura2

Decreciente por la búsqueda del grado cero en significación, imposible de lograr por su inevitable «aparencia» (que parece y no es); es presencia física que se materializa como objeto, así sea como edificio, producto industrial o gráfica. Esa presencia que se pretende transparente, liviana, inmaterial, neutra o casi invisible (por ser imposible su «total desmaterialización»), la arquitectura, como cualquier objeto de diseño, encuentra su razón de ser precisamente en su materialización3. Cuando el proyecto es construido, producido o fabricado, así esté se pretenda muy, pero muy, muy diáfano; el postulado o precepto de «la super», termina siendo una simple especulación intelectual, por no llamar de otra manera a esté ejercicio mental.

Otro factor que evidencia su paradoja, es que no se puede considerar como un hecho aislado y aséptico4 el espacio que ocupa con su aparición, por más neutra que se quiera y por más indiferente que se pretenda, cuando es puesto en contexto, sea donde sea, establece de inmediato, quiérase o no, un dialogo con el lugar, donde su implantación o «imposición contrastante» adquiere alguna o, en el peor de los casos, ninguna significación. Así sea liviano, ligero y superficial, solo logrará con su indiferencia convertirse en otro y nuevo símbolo5. «Nuevo» entre comillas porque solo es otro refrito al interior de la no superada modernidad, símbolo que resulta afanosamente buscado por la centralidad6, o debería decir «globalización»7; invención de la actual ley del mercado, del eterno toma y dame, pretendiendo conservar su supuesta hegemonía sobre la periferia6, posicionando en el mercado sus productos al costo que ellos dispensan, sin la transferencia de tecnología y manteniendo de esa forma el control del mercado. Lo que no se predice ni prevé desde la centralidad, es que las periferias siempre han tenido por tradición (véase como una condición privilegiada en la historia), la de ser y haber sido por principio «posmodernas» y mucho antes de que se acuñara este término; donde integramos, fusionamos o sobreponemos ideas y conceptos a nuestro antojo y conveniencia; y de esta manera generamos infinidad de posibilidades interpretativas, en donde las condiciones de conflicto para nuestras realidades, otra vez más, no perjudican nuestras búsquedas de identidad, porque parte de ella se ha construido a partir de la confrontación de la misma contradicción, asimilación y reinterpretación de los nuevos y viejos símbolos, tomando lo que nos es útil (por hablar en los mismos términos utilitaristas y superficiales de la globalización).

Edificio «super» de Adjaye Associate
Edificio «super» de Adjaye Associate.
Edificio «pos» de la vedette de Frank Gehry
Edificio «pos» de la vedette de Frank Gehry.

¿Cuáles son las diferencias que establece el edificio, sea desde la «pos» o la «súper» con el contexto?, ¿cuál de ellos establece el lugar y cual el no-lugar? ¿Cómo diferenciar el concepto del lugar o no-lugar, allí donde ambas arquitecturas establecen un contraste con el contexto, cuando ambas terminan siendo «un grito de originalidad», buscando identificarse y diferenciarse de los demás, haciendo alardes y ademanes como una vedette cuando transita por la alfombra roja, que busca ser reconocida y registrada por los paparazzis de turno, y así promover el traje que se quiere implantar como moda, en su afanosa búsqueda de nuevos mercados, indispensables a las leyes de oferta y demanda en la globalización?

Por lo que se puede ver, son dos caras de la misma moneda, son propuestas que hacen caso omiso de sus vecinos enfatizando su presencia por antagonismo y contraste, donde su búsqueda y significación es convertirse en la vedette del momento, desde supuestos distintos, pero cuyos logros y objetivos son los mismos.

Además, esos preceptos de neutralidad y simplicidad de la súper no tan original, ya fueron enunciados en otro momento, dentro de la modernidad, por el minimalismo, que es como la misma vaina, pero con avances tecnológicos más sofisticados e inasequible para nuestros países en términos de producción; con la apariencia de ser un producto con sello de exclusividad, que por supuesto tiene la cualidad de dar «estatus» a quien lo adquiere en estos trópicos, y que además implica la compra al precio que imponga la tan «supuesta in-significante» supermodernidad.

El radio moderno y el radio supermoderno.
El radio moderno y el radio supermoderno.

Lo que sí es muy claro, es que estas rotulaciones superlativas y enigmáticas pretenden validar los dictámenes de la otrora hegemonía cultural —que actualmente quiere recuperar su espacio—, enunciando cuáles son y deben ser los modelos a seguir, y que explícitamente responden a intereses políticos, económicos y culturales desde la globalización (concepto mal entendido a mi parecer).

Las lecturas que sé hacen del concepto de globalización en las periferias, tienen matices muy variados y diferentes, y como hizo la posmodernidad, se valoran las interpretaciones, transformaciones e identidades que definen sus propias historias particulares, enriqueciéndose perceptualmente, permitiendo la revisión permanente de nuestra relación con los otros en la búsqueda de lo que debe ser; de mantenernos con vida en este planeta que irresponsablemente estamos transformando a niveles tales que —cual meteoro según cuentan los dinosaurios—, ¡amenazan con nuestra extinción!

Cuando «menos es más»; préstado del minimalismo, el abuelito de la super. ¡Su indiferencia es notoriedad!

Capilla de Brother Claus, de Peter Zumthor (2007, Alemania).
Capilla de Brother Claus, de Peter Zumthor (2007, Alemania).

¡Otro signo8 que se pierde en el vacio! La capilla de Peter Zumthor, muy representativa de la «super», en la búsqueda de su total neutralidad y eliminación de todo «signo pos» o representación de un edificio cristiano-religioso, termina por omisión pareciéndose al prisma negro puro del templo musulmán en la Meca, que solo se diferencian por su color y dogma en la búsqueda de la «no significación».

Silla Rose para Edra (1991, Masanori Umeda) y silla Modelo No.421 LU Diamond para Knoll International (1950-52, Harry Bertoia).
Silla Rose para Edra (1991, Masanori Umeda) y silla Modelo No.421 LU Diamond para Knoll International (1950-52, Harry Bertoia).

Dos sillas, sillas son; la diferencia es «como son».

Nota:

Recomiendo las películas, «Play Time» —toda una parodia a la modernidad del director Jacques Tati de 1967, donde cualquier parecido con la super, no es pura coincidencia, es otro «retro» de la modernidad, como lo fue la pos, pero más cercano, a los 60; y «El Hombre Disconforme» («den brysomme mannen») del director Jens Lien; película Noruega de 2006, donde se muestra al ser humano en un posible destino del «superhombre moderno».

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  1. Hans Ibelings. «Supermodernismo. Arquitectura en la era de la globalización», G.G.
  2. Idem 1.
  3. Materialización: acción y efecto de materializar.
    Materializar: considerar como material una cosa que no lo es. / Dar naturaleza material y sensible a un proyecto, a una idea o a un sentimiento.
  4. Aséptico (de asepsia): ausencia de materia séptica; estado libre de infección.
  5. Símbolo: representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada. / Figura retórica o forma artística, especialmente frecuentes a partir de la escuela simbolista y más usada aún en las escuelas poéticas o artísticas posteriores (sobre todo en el superrealismo), y que consiste en utilizar la asociación o asociaciones subliminales de las palabras o signos para producir emociones conscientes.
  6. Para entender los conceptos de «centralidad y periferia» aquí utilizado, consultar «La arquitectura descentrada», de Marina Waisman, Editorial escala - Historia y teoría latinoamericana.
  7. Globalización (de Global): Tomado en conjunto.
    Agregaría, a esta definición del diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, «sin ser excluyente».
  8. Signo: objeto, fenómeno o acción material que, natural o convencionalmente, representa o sustituye a otro objeto, fenómeno o acción.
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