La estética en función de la comunicación

El diseño, como un acto comunicativo, requiere de la estética para articular su discurso al contexto.

Juan Suárez, autor AutorJuan Suárez Seguidores: 20

Comprender el término estética en su sentido amplio, aparte del aparato legitimador del arte y del discurso de la belleza, y acercarlo a la idea pura de la percepción, condicionada culturalmente, nos permite comprender la importancia de este campo de estudio de lo social. En diseño es común pensar la estética como la parte externa del objeto, eso que recubre el mecanismo, la carcasa. Se asume lo estético como una cualidad del objeto, una potencia del mismo independiente del sujeto. Herederos de una tradición en la que la estética es la disciplina encargada de estudiar la belleza, adjetivo sustantivado, y en la que a esta se le han otorgado tintes universales y condición de verdad. Más aún ahora con la globalización y el aparente triunfo del proyecto moderno. Pero si se comprende que la estética abarca un terreno mayor de fenómenos sociales, colectivos e individuales —que permite la inserción del individuo a una comunidad, con una particular manera de relacionarse y comprender el mundo (Leroi-Gourhan, 1971)—, el estudio de esta se convierte entonces en el insumo fundamental para abordar las dimensiones del diseño: productos viables morfo-productivamente, usables y comprensibles.

I

Bien dice Mandoki: «La relación sujeto-objeto es siempre una relación social en la medida en que el sujeto se constituye como tal desde lo social y desde ahí constituye también a su objeto» (Mandoki, 2006, pág. 70).  Entonces para comprender el objeto hay que comprender al sujeto, pero con una consideración inicial: el objeto carece de capacidades, «Las cosas no son capaces de actuar; un medicamento no cura ni un texto place. Es el enfermo el que se cura al tomar el medicamento y el lector el que se complace al leer un texto» (Mandoki, 2006, pág. 22). Y, por ende, el objeto no comunica: «el lenguaje es solamente una aptitud del sujeto, no de los objetos. Es el sujeto quien, a través del texto, un enunciado o una obra plástica, produce ciertos significados por su actividad neuronal» (Mandoki, 2006, pág. 21). Es el sujeto quien tiene intenciones comunicativas y que carga emotivamente los objetos, el objeto es el vehículo en el que viaja el mensaje, no el mensaje. Para mayor claridad hay que diferenciar, con Barthes, comunicación de significación: «significar quiere decir que los objetos no trasmiten solamente información, sino también sistemas estructurados de signos, es decir, esencialmente sistemas de diferencias, oposiciones y contrastes» (Barthes, 2009, pág. 322).

Entonces, ¿qué es lo que significan los objetos?, ¿significan los objetos más allá de su función? Un lapicero sirve para escribir, una escoba para barrer y automóvil para transportar, pero hay en el objeto algo más allá de su función. Lo que está en juego es la idea de sistema que hace que el objeto no pueda escapar al sentido, que no está en su función sino en la peculiar manera en que culturalmente se percibe. Es el «valor lingüístico» propuesto por Saussure (Saussure, 1983).

En esta línea de pensamiento es la cultura la que da soporte al objeto, la que lo hace real. Por transitividad el objeto solo es en el sujeto y el sujeto solo es en la cultura, por lo tanto el objeto solo es en la cultura.

II

El problema es de definición. La Estética presenta problemas de forma y de fondo al definir su campo de estudio y su método. ¿Qué estudia la estética?: ¿el Arte? ¿la belleza? ¿el objeto estético? ¿la experiencia estética? ¿la sensibilidad como oposición a lo lógico? (Kant, 1961). Dice Mandoki: «Igualmente habrá de entenderse a la Estética como el estudio de la condición de estesis. Entiendo por estesis a la sensibilidad o condición de abertura, permeabilidad o porosidad del sujeto al contexto en que está inmerso» (Mandoki, 2006, pág. 67). Condición que le permite al sujeto insertarse en lo social, principio de adaptación al entorno físico y cultural de los seres humanos y condición de vida de todos los seres vivientes. Es la estesis la que permite la vida como la conocemos. En este orden de ideas Mandoki propone una «estesiología filosófico-antropológica en cuanto aborda los sentidos ya mediados por la cultura» (Mandoki, 2006, pág. 68). Esta propuesta aborda el problema completo y no una de sus partes, situando la discusión en el sujeto que pleno en su facultad de la sensibilidad se abre al mundo. Un sujeto intersubjetivo, propone, «constituido por la espesa objetividad de lo social» (Mandoki, 2006, pág. 69), en donde lo tangible objetivo del entramado cultural da forma a la mirada y moldea al sujeto condicionando su existencia, la forma como se relaciona con lo otro y la forma como comprende el mundo, haciendo bello lo que en esencia carece de cualquier atributo. Y un objeto subjetivado, «constituido por la percepción del sujeto» (Mandoki, 2006, pág. 69). Objeto re-semantizado permanentemente, como propone Barthes, en su ejemplo del calzado de vagabundo: «puede imaginarse, por ejemplo, que un vagabundo, improvisando calzados con papel de diario, produce un objeto perfectamente libre; pero tampoco eso sucede; muy pronto, ese diario se convertirá precisamente en el signo del vagabundo» (Barthes, 2009, pág. 326).

Se hace necesario entonces comprender la cultura, como condicionante de la mirada, para comprender la mirada y de esta manera al objeto.

III

Hacer productos viables morfo productivamente, usables y comprensibles significa comprender la cultura. Punto de partida y de llegada de cualquier discurso. Entre estos el diseño. De tal forma que si comprendemos el diseño como un acto comunicativo entonces es la estética (o estesiología filosófica-antropológica) la que permite conectar el mensaje con el receptor. Es insumo para encriptar el mensaje, la intensión comunicativa. Pero este ejercicio comunicativo va más allá del incompleto Modelo Comunicativo Elemental (EMR) y se instaura en las instancias de emisión y de recepción. Dice Sexe «no se puede pensar en emisores y receptores neutros o puros sino en instancias de emisión y de recepción que son condiciones de producción y de reconocimiento» (Sexe, 2001). Estas instancias modifican la forma del discurso y de su interpretación. Entonces, para construirlo en diseño se debe tener claro primero cómo comprende el otro el mundo, esto determina la forma del contenido, de tal manera que se hable siempre en los términos del otro, haciendo los productos concretos, efectivos y consumibles. El contenido del discurso es lo segundo.

Para comprender (y descomponer) el objeto, en su texto —«Semántica del objeto» (Barthes, 2009, pág. 321)—, Barthes propone 3 tiempos o momentos. En el primero el objeto se presenta como útil, desde su función pura, una cosa que sirve para alguna cosa. En el segundo queda claro que lo que hace la función es sustentar el sentido y este último está determinado por el miramiento, condicionado por la cultura. El tercero es que independientemente del sentido aun vemos su función. La función de un automóvil es transportar, pero el automóvil mismo entrega información sobre el poseedor, le da un estatus, sugiere gustos, intenciones, aun así queda claro que la función del automóvil es transportar. Es el sentido, entonces, lo que hace visible la función del objeto. Y es el sentido, entonces, lo que condiciona el discurso, la forma en que las palabras son pronunciadas, el tono en el que se enuncia la función. El objeto del diseño es, en efecto, la construcción de sentido. Y la herramienta, la Estética.

IV

Esto es la estética en función de la comunicación. Ahora bien ¿en dónde se encuentra esta información sobre las maneras como comprende el mundo el otro y que nos permite la comunicación en diseño? Está inmersa en el registro inagotable y tangible de la Cultura Material, entendida esta como la materialización de sus comportamientos, el reflejo de sus peculiares formas de ver y vivir el mundo (Sanín Santamaría, 2008). Esta información se halla en la cotidianidad de las culturas. Y es, entonces, el análisis semiológico lo que permite comprenderla y sistematizarla, usarla en el discurso disenal.

¿Qué te pareció? ¡Comparte tu opinión ahora!


Opiniones:
16
Votos:
52

Este video podría interesarte👇👇👇

Colabora con la difusión de este artículo traduciéndolo

Traducir al inglés Traducir al italiano Traducir al portugués

Bibliografía:

  • Barthes, R. (2009). La aventura semiológica. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, S.A.
  • Kant, I. (1961). Crítica a la razón pura. Buenos Aires: Losada.
  • Leroi-Gourhan, A. (1971). El gesto y la palabra. Caracas: Universidad Central de Venezuela.
  • Mandoki, K. (2006). Estética cotidiana y juegos de la cultura: prosáica I. México: Siglo XXI.
  • Sanín Santamaría, J. D. (2008). Estéticas del consumo: configuraciones de la cultura material. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana.
  • Saussure, F. (1983). Cours de linguistique générale. París: Payot. Sexe, N. (2001). Diseño.com. Buenos Aires: Paidós.
Código QR de acceso al artículo La estética en función de la comunicación

Este artículo no expresa la opinión de los editores y responsables de FOROALFA, quienes no asumen responsabilidad alguna por su autoría y naturaleza. Para reproducirlo, salvo que estuviera expresamente indicado, por favor solicitar autorización al autor. Dada la gratuidad de este sitio y la condición hiper-textual del medio, agradeceremos evitar la reproducción total en otros sitios Web. Publicado el 28/10/2011

Descargar PDF

Ilustración principal del artículo El problema de la función
El problema de la función Más allá de la función operativa queda el objeto. La función es solo un pequeña parte de los problemas a los que se enfrentan los diseñadores en su labor proyectual.

Debate

Logotipo de
Tu opinión

Ingresa con tu cuenta para opinar en este artículo. Si no la tienes, crea tu cuenta gratis ahora.

Retrato de Paula Torres
36
May. 2012

Creo que es subjetivo, el desarrollo estético puede llevarse como elemento mediador para organizar el pensamiento, los sentimientos y las percepciones en una forma de expresión que sirva para comunicar a otros estos pensamientos y sentimientos. lo que quiero decir con esto es que la estetica a mi forma de ver siempre estara intimamente ligada sin excepcion alguna con la personalidad y en el caso del diseñador las herramientas necesarias para comunicar.

0
Retrato de Juan Suárez
20
Feb. 2012

y esas coincidencias son más de las que creemos. La belleza al igual que lo sucio o lo alto o lo grandioso o lo grotesco son convenciones culturales y por lo tanto objetivas, materiales y son insumo para el trabajo del diseñador

0
Retrato de Ariadna Gallegos
0
Feb. 2012

Me encanta la filosofía que emana este artículo , y esa es en efecto la raíz de la estética, la percepción; porque al fin y al cabo las cosas son para nosotros como las percibimos, tanto si coincide nuestra percepción con la realidad, como si no. Pero no se detiene ahí la estética, puesto que se ve obligada a estudiar y definir qué formas han de tener las cosas para que sean percibidas como bellas por la mayoría así como la sensación que percibe cada uno, tiene tanto más altas garantías de objetividad y cuantos más son los que coinciden en una misma forma de percepción.

0
Retrato de Carlos Padilla
0
Nov. 2011

Muy buen artículo. Sin embargo cabe resaltar que en la actualidad la mayoría de la personas que apenas se estan formando como diseñadores no ven la estética como una herramienta para comunicar, si no mas bien como algo tedioso y aburrido. Por lo tanto creo que es demasiado necesario que desde la formación académica se enseñe que la estética también puede ser funcional, aún a pesar de ser muy subjetiva y diferir de una cultura a otra.

2
Retrato de Juan Suárez
20
Nov. 2011

siendo escueto podría decirse que el diseñador construye una unidad semántica con la cual el usuario hace y transforma el texto de su vida. Para esto el diseñador debe tener claro el contexto socio-estético en el que está inmerso el producto y el usuario, de tal forma que esa unidad semántica responda al tipo de lenguaje usado por este último. Viviana dialoguemos: @paralelojuan.

0
Retrato de Viviana Polo
0
Nov. 2011

Y el sujeto que diseña: ¿como apropia y transforma los significados, para que otros por medio del uso apropien y transformen el significado original?. Se prodrian hablar de dimensiones transversales desde lo simbolico?

Pd. Estuve en tu conferencia de Icesi, la semana pasada me interesa un dialogo.

0
Retrato de Martin Uanini
3
Nov. 2011

coincido con el comentario #5 (Martínez Meave)

0
Retrato de Alberto Trejo Pietri
0
Nov. 2011

El mensaje es lo importante lograr, la estetica es relativa, subjetiva, se puede ver de varias maneras y formas, depende del momento y la cultura en la que es expresada, manifestada......muchas gracias Juan por tu aporte.

1
Retrato de Juan Suárez
20
Oct. 2011

Exactamente lo que plantea Mandoki sobre estética es todo lo contrario, no es para nada subjetivo, cuando por subjetivo comprendemos una apreciación personal. Es más, la idea de «personal» solo es una manifestación cultural

1
Retrato de Luis Moreno
7
Oct. 2011

Coincido con Melina, la estética tal cual como la entendemos es algo subjetivo y con una gran carga cultural. Podemos coincidir con la estética morfológica, podemos sentir repulsión cuando vemos personas con malformaciones, o tener ciertos reparos para las personas que le faltan las piernas o brazos, esto está más sujeto a una repulsión evolutiva. Sin embargo podemos encontrar que en ciertas culturas tener los labios deformados es estéticamente bello. Cuando agregamos elementos culturales mayor es la diferencia; el color negro es muerte o vida según la cultura que lo use.

0

Te podrían interesar

Próximos seminarios online

Seminarios de actualización para especializarte junto a los que más saben

Estrategia de Marca

Estrategia de Marca

Claves para programar el diseño de símbolos y logotipos de alto rendimiento

20 horas (aprox.)
1 mayo

Tipología de Marcas

Tipología de Marcas

Criterios y herramientas para seleccionar el tipo adecuado al diseñar marcas

15 horas (aprox.)
1 mayo

Branding Corporativo

Branding Corporativo

Cómo planificar, construir y gestionar la marca de empresas e instituciones

20 horas (aprox.)
1 junio