¿El fin del artesanado?
El diseñador aún se comporta como un artesano que crea piezas con improntas únicas —se esfuerza por eso—, en vez de tratar de ingresar al modelo industrial.
AutorSergio Aramayo Seguidores: 10
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Partiendo del análisis del nuevo plan de estudios de las Carreras de Diseño recientemente implementado en la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, surge la inquietud y necesidad de definir firmemente el perfil del futuro egresado.
«Si bien es cierto que una particularidad de esta disciplina es su movilidad, sus límites imprecisos, también es cierto que ya tiene más de un siglo de historia como práctica, y bien podría haber desarrollado con mayor rigor un corpus teórico que le permita definirse con mayor claridad».1
La propuesta innovadora del nuevo plan de estudios de las carrera de Diseño de la UNNOBA, con un fuerte sustento en la investigación permite:
- Referenciar el plan a las necesidades sociales y propiciar un plan de estudios socialmente útil.
- Solventar la falta de planificación de la relación aparato productivo-aparato educativo (la libre inversión no se ejerce en los lugares necesarios sino en los más rentables).
- Determinar explícitamente qué prácticas profesionales resulta prioritario atender en el plan de estudios.
- Definir el perfil profesional contextualizado con un plan de carrera universitaria sin perder de vista la totalidad histórico social de la comunidad.2
De los alcances de cada punto surge la pregunta: ¿en qué marco profesional el egresado podrá desarrollar las actividades en las que estará capacitado? Actualmente el diseñador se comporta como un artesano: reducido en su cubículo crea piezas con improntas únicas e irrepetibles, se esfuerza por eso, pero luego las comercializa al menudeo en un mercado que, por desconocer el proceso, las paga al valor que tendría un «Recuerdo de Cafayate» en cualquier puesto de venta ambulante de ese pintoresco pueblo de la Quebrada Salteña.
Son pocos los que alcanzan el reconocimiento de un «artista» cuya su producción se valora de otro modo por su calidad, originalidad, detalle, etc. A fin de cuentas se valora su genialidad. ¿Es sustentable y real la suposición de que todos los egresados luego de un proceso de maduración —experiencia, práctica, actualización constante, etc.— lograrán que su trabajo artesanal sea considerado lo suficientemente bueno como para alcanzar un prestigio, reconocimiento y un valor que supere con creces los costos de su producción?
En todas las profesiones existen personalidades destacadas que marcan hitos y generan tendencias. Pero también en casi todas las profesiones existen marcos contenedores que delimitan funciones e instituciones legitimadas que parametrizan su ejercicio. Es así que un egresado de la carrera de Abogacía3, estadísticamente tendrá pocas posibilidades de emular los logros y exposición mediática de Fernando Burlando4, pero sí podrá, desde el momento de su egreso, establecer su posición y mensurar sus ingresos logrando previsibilidad y contención. Salvo que por algún motivo pierda su matrícula, incluso manteniéndose en el límite del escalafón podrá obtener una compensación monetaria establecida por las instituciones legitimadas y aceptadas por todos los individuos que requieran sus servicios. Partiendo de esta base no menor, la carrera que realice como profesional podrá llevarlo a otros niveles dentro del complejo sistema social-productivo.
¿Cómo puede la universidad (puntualmente el educador) resolver en alguna medida esta compleja trama en un campo cuyos límites no están marcados y constantemente ingresan en conflicto o superposición con otros?
- Dando a entender que —desde siempre— el diseño está inmerso en el proceso industrial como un engranaje fundamental, y hoy, más que nunca, es necesario para reasignar valor a muchas piezas que a diario consumimos todos los habitantes de este planeta de recursos finitos.5
- Instruyendo que el diseñador debe moverse en «manada» pero de grupos multidisciplinarios donde varias especializaciones interactúen: las afines (diseño gráfico, diseño industrial, diseño textil) y muy particularmente las tecnológicas (informática, TICs, biotecnología, etc.). El diseñador debe abandonar su visión de artesano con aspiraciones de artista y reclamos salariales de operario, y concebirse como un gestor de innovación que puede cambiar el proceso industrial con el que interactúa.
- Incentivando desde el inicio de la carrera el interés por la investigación y desarrollo ya que estos son los pilares con los que podrá seguir produciendo la innovación necesaria, en un campo de características muy dinámicas.6 Si no hay un constante flujo de profesionales que generen I+D en el campo del diseño, lo límites se van diluyendo cada vez más y las distancias con el mundo real y productivo se hacen insalvables.
- Identificando constantemente los nichos productivos en los que el diseñador puede insertarse, explicando los alcances de las funciones en las que el diseñador podrá desarrollar sus competencias.
- Promoviendo que desde el momento que se concibe al diseño como un proceso industrial, el proceso puede ser estandarizado y seguir normas de calidad que lo certifiquen, además de garantizar una producción estable le de un gran valor agregado y lo distinga del producto artesanal.
¿Debemos seguir produciendo artesanías o tenemos que ingresar de lleno en el proceso industrial?
Es un debate que se debería dar en una etapa en la que las carreras ya tienen la edad suficiente. Resulta altamente necesario para conocer nuestra condición. No se propone la anulación de un modelo que sobrevivió muchos años y donde hay casos exitosos; la intención es definir una postura docente, sobre qué tipo de profesional se entregará a un mundo con una necesidad imperiosa de cambios y procesos.
El mundo del software ya se dio cuenta. Desde hace años se está hablando de la industria del software y en muchas jurisdicciones de la Argentina las empresas de este rubro se enmarcan en los beneficios de las leyes de promoción industrial que promueven su desarrollo (reducción de impuestos, planes de promoción, subsidios, etc). Esa industria está muy relacionada con el diseño y requiere constantemente de nuevos profesionales. Mientras tanto, los egresados de las carreras de diseño diseño montan su propio «artesanado» en vez de tratar de ingresar al modelo industrial.
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Traducir al inglés Traducir al italiano Traducir al portugués- Fragmento de la introducción del Plan de Estudios 2010 de las Carreras de Diseño - UNNOBA.
- IDEM.
- Similar comparación puede aplicarse a la medicina.
- Abogado argentino muy ligado a casos con gran repercusión en los medios de comunicación.
- Me refiero a que todos los diseños, desde el mobiliario hasta las nuevas tendencias en libros digitales, necesitan constantemente rediseñarse y adecuarse a los urgentes requerimientos de reducción de impacto ambiental y promoción de la sustentabilidad en todo el proceso: producción, consumo y desecho.
- Si consideramos los trabajos realizados hace diez años en proyectos de tesis de alumnos de las carreras de diseño, hoy el avance de las tecnologías, su masividad, la facilidad de uso por parte de los nativos digitales, los bajos costos, la reducción de la brecha digital y otros factores, permiten que se llegue a los mismos resultados ya en los primeros años de la carrera; o sea que los planes de estudios que no acompañaron este dinamismo están —mínimamente— tres años obsoletos.
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