Diseñador de moda vs. fashionista

Reunida en días pasados con varios amigos, dos diseñadores gráficos y una diseñadora industrial, conversábamos sobre diversos proyectos vinculados con el gremio. Inmediatamente comenzamos a traer nombres de colegas que nos gustaría informar sobre estos planes. Al pasar el rato me percaté de que no habíamos nombrado a ningún diseñador de moda y por supuesto les pregunte: «¿Y por moda? ¡no hemos nombrado a nadie!». Las caras de todos fueron un poema y respondieron: «¿a quién podemos nombrar?». Inmediatamente comenzaron los comentarios, todos llegando a lo más profundo de mi corazón, sin embargo, a medida que ellos me daban sus puntos de vista los entendía perfectamente. Aquí transcribo las dos más importantes:

• Cada vez que entramos a una página en Facebook de algún diseñador de moda, leemos «que bello te queda», «están chic», «amé tu ropa», «morí», «chau chau muac muac». Si lo analizamos fríamente no estamos empleando el vocabulario con el que un profesional deba dirigirse a los demás. Con esto no quiero decir que desempolvemos el Manual de Carreño sino todo lo contrario, debemos estar actualizados pero no caer frases inexpresivas. Debemos utilizar terminología representativa de nuestro trabajo y del valor que tiene. Nunca escuchamos a un médico decirle a su paciente «morí cuando vi tu infección».
• Los comentarios en Twitter son todos referentes a consejos para «lucir perfectas», «si quieres verte más delgada usa color negro», «lo más in de la temporada», «Kim Kardashian y su nuevo look», etc. Ningún diseñador de moda utiliza esta red social para dar avances de sus proyectos, datos interesantes sobre publicaciones nacionales o internacionales, frases interesantes que nos hagan reflexionar y analizar lo maravillosa e importante que es esta profesión. Todos conocemos los alcances de estos medios y por supuesto son, como lo decía Mcluhan, «extensiones de nosotros mismos». Representan la imagen que percibirán las personas. Si queremos llegar a diversos tipos de consumidores, la vinculación es algo necesario, y mantener un equilibrio entre el personal branding, la marca y el producto, es esencial.

Posterior al bombardeo vino la reflexión; y buscando entre mis cosas encontré esta definición sobre el profesional que se dedica al diseño de moda.

«La función del diseñador de moda consiste en diseñar y desarrollar productos de moda individuales o gamas de productos adecuados para un mercado objetivo específico. Es importante que los diseñadores posean una percepción clara de las tendencias dentro de un mercado global de la moda, así como un sólido conocimiento de fondo de su mercado y consumidor objetivo concreto. Este conocimiento servirá de ayuda al diseñador a la hora de determinar el concepto de diseño correcto, los detalles del producto, la fabricación y el precio de su propuesta de colección o gama de productos».¹

Es decir una persona con la capacidad de supervisar, gestionar, crear, confirmar y presentar propuestas de indumentaria, que deben ser funcionales pero también acorde a las necesidades de los consumidores. Una tarea nada fácil, pero capaz de generar empleos y mover la economía de un país por medio del sector textil. Actualmente, los criterios para que un diseño sea calificado como bueno deben basarse en la sustentabilidad, la premisa «diseño para todos» e innovación, bien sea en el proceso o en el producto como tal, los cuales son fundamentales para ingresar a competir en mercados internacionales, que considero es la meta de todo diseñador de moda.

Decidí investigar en la web la definición de fashionista y este fue el resultado:

• Wordmagic.com: Adicto obsesivo a la moda, dandi, esclavo de la moda, persona obsesivamente esclavizado a la moda particularmente a la última moda de vestir, persona que siempre anda vestido a la moda, persona que sigue la moda en forma obsesiva.
• MundoChica.com: Persona involucrada con la moda, ya sea por motivos laborales o simplemente porque le gusta seguirla, aunque no llega al punto obsesivo del Fashion Victim.
• Marie-claire.es: Persona que conoce y aplica las tendencias a su atuendo, por lo que su interés por el mundo de la moda es mayúsculo.

Llegue entonces a la conclusión de que un diseñador de moda no tiene nada que ver con un fashionista. Son dos mundos completamente diferentes. Solemos asociarlos por las conexiones que existen, medios de promoción, personalidades famosas, fotografías, pero no los une nada más. El diseñador de moda no es un adicto a la moda, sino que trabaja en la industria de la moda. Le interesan las tendencias, pero no para vestirlas, sino para conocer su entorno y poder conceptualizar. El interés del diseñador de moda por el trabajo de otros diseñadores no es para imitarlo. Todo lo contrario, para admirarlo y respetarlo. El diseñador de moda está pendiente de las personalidades, pero no para seguirlas y copiarlas, sino como medio de promoción para sus productos.

En ningún momento estoy haciendo una crítica. Más bien quiero que recapacitemos cuál es nuestro rol en la sociedad. Esta profesión es tan importante y seria como cualquier otra. El respeto que le demos a lo que hacemos será el reflejo que verán quienes observan nuestro trabajo día a día.

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