¿Qué precio tiene la libertad creativa?

Hola, quiero preguntar: ¿es verdadera solución el complot gráfico? Me suena más a venganza... pero no a solución...

Saludos

Habiendo un abuso que afecta a los débiles, no parece razonable considerar abusiva una defensa colectiva al estilo de la propuesta por Noel, suponiendo que se implementara. Mucho menos, calificarla como venganza.

Hola Noel. Donde puedo encontrar el complot gráfico que mencionas ? Que no sea en Google porque ya busque y nada. Gracias.

Yo no he leído el expediente, no tengo manera de determinar que ha habido un abuso, de cualquier forma, no es solución, es decir, no soluciona nada...

Según está planteado, la presunción de un abuso es muy verosímil; sobre esa hipótesis estamos opinando.

Debe haber muchas soluciones posibles, pero no me atrevo a jerarquizar ninguna por sobre otras, eso deben considerarlo los damnificados si tienen la oportunidad. Cosa que hasta ahora, no parece suceder.

Coincido con tu pedido de arriba de que el autor aporte precisiones.

También coincido con Diego en que Noel aporte la data del caso Shell en Europa que menciona.

Si todo sucedió tal cual lo pintan, a cualquiera de nosotros nos gustaría recibir al menos la solidaridad de los colegas.

y, Noel ¿por qué el complot gráfico contra MasterCard y no contra MacCann? Al fin de cuentas los que metieron en éste lío (si es que es un lío) a su cliente fue la Agencia...!!!

¿Y por qué dejaría de ser «venganza» –para usar tu calificativo– si la ación coleciva propuesta fuera contra unos en lugar de contra otros?

no digo que se haga, estoy en contra, sigo creyendo que es venganza, nada más que hablar de botepronto, sin reflexionar, sin saber que piso se toca no lleva más que a equivocaciones. Yo me refiero a la mala interpretación de quien sería (en caso de serlo) el que tenga que pagar los platos rotos...

contestando:

«La organización ecologista Greenpeace destapó e hizo pública la catástrofe ambiental en cierne. En una campaña sin precedentes, los Guerreros del Arco Iris consiguieron dañar la imagen de la compañía petrolera, a tal punto que ésta terminó abandonando la idea por propia voluntad. Previamente, Shell había agudizado aún más la confrontación a través de peligrosos ataques tales como la utilización de camiones hidrantes contra los activistas, cosechando en respuesta una condena masiva de los medios». tomado de «El Libro Negro de la Marcas«