La noción de lugar como experiencia en Arquitectura

Quisiera hablarte de la idea de lugar.

La noción renacentista de la perspectiva que favorece el punto de vista exterior, hoy exacerbada en la idea de espectáculo, nos ha hecho olvidar de la noción de lugar. Y por consiguiente de la idea de experiencia. Lo que se comparte es el espectáculo, ese juego en el que nadie juega y que todos miran.

Pero ya en el Renacimiento los propios pintores no se dejaban engañar. Tintoretto, el gran maestro de la perspectiva le dio muchas vueltas al asuntExplica John Berger que en El Robo del cuerpo de San Marcos, el tema no es la perspectiva de la inmensa plaza aporticada y el pavimento de mármol sino la leña apilada en segundo plano donde será incinerado el cuerpo del santo. Las pinceladas enmarañadas, sin orden, la iluminación del cielo, la pila de leña en definitiva, es la madeja con que se ha tejido la trama colosal del cuadro como lugar.

El pintor en su soledad, sabe que lejos de ser capaz de controlar el cuadro, tiene que habitarlo, dejar que éste lo cobije. Construye un refugio desde donde hace incursiones para mirar. Construye un lugar. Trabaja en esa penumbra. No se propone pintar la luz. La luz hace su propia aparición, como resultado de las relaciones que aparecen mientras pinta. Entonces el pintor se sorprende... y se emociona. Y es esa emoción lo que nos llega y deleita.

¿Qué es lo que hace a la condición de lugar? Es difícil saberlo. La temperatura, la presión del aire, lo que vemos a través de una puerta abierta al fondo de la escena, las proporciones de las cosas, un leve rumor de agua o una lejana música de guitarra, una cortina al viento, la luz. En fin, la arquitectura.

Pero lo importante, o quizás lo necesario, es el proceso de lo que todavía no es. El camino no crispado para que lo que buscamos, llegue a existir. Una ausencia. El lugar es el lugar para recibir una ausencia. Aquello que no hace sino comenzar una y otra vez.

Las nociones de lugar, de espacio, de experiencia, constituyen la esencia de la arquitectura. Pero hoy es infrecuente encontrar ejemplos en los que la condición espacial y la relación con el paisaje sean vehículo de una experiencia estética. Situaciones en las que el olor de la madera, el sonido de una habitación, el tacto de los materiales, las dimensiones ocultas en el espacio, la levedad o el peso de las cosas, es decir la complejidad vivencial de las sensaciones ligadas a la arquitectura, constituyan una experiencia vital.

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