El cuarto de hora del diseño en Ecuador
Un trabajo de articulación entre los diseñadores, sus empresas y el Estado, demuestra que cuando se tiene unidad de propositos, los resultados pueden ser extraordinarios.
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Cuando vamos a Ecuador, nuestro vecino al sur, los colombianos somos recibidos con atención, cariño y una admiración con la que no contamos en otros lugares. En mi primer viaje, alguien me preguntó si venía «del coloso del norte» a lo que le contesté que yo no era de los EEUU. Para mi estupefacción, para él y otros de nuestros amigos del sur, los colosos del norte éramos los colombianos, quizás por ser un país cercano de mayor tamaño, población y economía con obvia influencia. Un vuelo desde Bogotá hasta Quito dura apenas una hora, y muchas familias y empresas tienen arraigo en los dos países.
Afortunadamente el mundo se ha aplanado en su competitividad y seguramente para nuestros vecinos no somos ya tan colosos. Aunque ellos admiran el carácter arriesgado y emprendedor de los nuestros, también han tenido que padecer algunos rasgos de nuestra idiosincrasia no tan favorables.
En Ecuador las instituciones educativas que dictan carreras de Diseño no son muchas: como en el resto de la región, primero llegó el Diseño Gráfico a la PUCESI, en Ibarra. El Diseño Industrial surge en Quito, en la Universidad del Azuay (hace 31 años), el Instituto Metropolitano de Diseño «la Metro» (hace 30 años) y la facultad de Arquitectura Diseño y Artes de la PUCE (hace 21 años). Como en casi todos nuestros países, sus fundadores fueron arquitectos que venían a hacer post-grados en diseños, en su caso, casi todos de la UNAM de México. Sus primeros profesores llegaron de Colombia, quizás por la década que le lleva de ventaja el vecino del norte, por lo cual algunas de sus escuelas tenían en sus comienzos características similares a las colombianas. El trabajo posterior de diseño con comunidades tiene una influencia notoria de organizaciones que en Colombia han hecho del diseño un valor estratégico, como Artesanías de Colombia o el SENA. Un colombiano destaca entre los varios que se radicaron allí: el diseñador industrial William Urueña, que, con un gran liderazgo y credibilidad, ha estado muy dentro del proceso de las políticas de diseño y ha sido motor permanente del asunto.
Quizás por la relativa juventud de sus escuelas, los referentes profesionales ecuatorianos tienen entre 45 y 55 años de edad. Rodney Verdezoto y Mario Arias aparecen entre sus más emblemáticas figuras, con obras generalmente relacionadas con la arquitectura y el diseño interior o de productos para empresas de muebles de oficina, como Atu.
Mis primeras visitas en plan profesional a Quito fueron a raíz de la interacción generada a partir de la Red Latinoamericana de Diseño. Por intermedio de Rodney Verdezoto, la gente del sector maderero de la Cámara de la Pequeña Industria y Fundepim, con algunos entonces estudiantes muy juiciosos como Paul Astudillo y Freddy Alvear, ayudaron a gestionar mi presencia en talleres y charlas sobre el tema del factor local y técnicas de diseño participativo, hoy por ellos aplicadas con excelentes resultados.
Una de las principales ventajas de vivir en un país pequeño es que resultan mayores las posibilidades de tener eco en instancias relacionadas al Gobierno. En Ecuador, desde 2012 los diseñadores han logrado «infiltrarse» en la máquina estatal, especialmente desde el Ministerio de Cultura y Patrimonio, que tiene una Subsecretaría de Industrias Creativas y Culturales y dentro de esta, una dirección de Diseño y Artes Aplicadas dirigida por el diseñador Lucho Vallejo. El gobierno ecuatoriano tiene como meta un cambio en la matriz productiva a través de la Vicepresidencia de la Nación y cuenta con varios diseñadores en cargos relacionados, que se han encargado de llevar este tema a la agenda pública.
Ecuador, como todos los países de nuestra región tiene una buena cantidad de diseñadores, ilustradores y artistas de gran talento, con emprendimientos nacientes en los que prima la creatividad, que aún no son representativos, pues no se encuentran con facilidad en el comercio local. Es por eso que agruparlos en espacios comerciales compartidos resulta ser una gran idea. Desde 2013, esto se hace en el el festival de diseño Cromía, generado por el Gobierno a través del Ministerio, con apoyo de la academia y actores privados, que agrupa en un mismo escenario una muestra comercial de micro empresarios diseñadores (en el 2015, 21 fueron seleccionados por cadenas comerciales y tiendas especializadas, entre 139 inscritos), una serie de conferencias de alto nivel y varios talleres con los mismos conferencistas, con la participación de empresarios, profesores y estudiantes avanzados.
El director de Diseño del Ministerio de Cultura y Patrimonio, Lucho Vallejo tiene como función facilitar el papel interlocutor del Estado y los actores e introducir el concepto de diseño en otras esferas del Gobierno. Con este objetivo se conformó la Mesa Interinstitucional de Diseño del Ecuador para crear junto a todas las instituciones que tienen que ver con Diseño, un Plan Nacional.
«Al ser tan transversal el sector tenía a todos sus actores muy atomizados y por lo tanto impulsamos la creación de una organización que realice el papel de articulador. [...] Para el futuro cercano se plantea hacer un estudio de caracterización para valorar el aporte al PIB de las industrias creativas, contando también al diseño y, por supuesto, continuar con su evento Cromía en otras ciudades de su país. [...] El siguiente paso será la conformación de una mesa interinstitucional con la sinergia entre Estado, Academia, Instituciones Privadas y Actores del diseño para insertar el diseño en la política pública, y postular a Quito como Ciudad de Diseño en el futuro cercano».
La novedad más destacable en la edición de este año fue el nacimiento de la Cámara de Diseño, planteada a partir de la mesa de Políticas Públicas y Diseño, resultado del primer Cromía, realizado en 2013. La Cámara es una corporación privada que nace con el apoyo de la Dirección de Diseño, y está cerca a lo que llamaríamos una asociación de profesionales. Cuenta con la participación de referentes del diseño ecuatoriano, como Angel Jacome, Gandhi Godoy, la Asociación de Diseñadores de Imbabura y otros, como Freddy Alvear, Ruben Velazquez, Paola Banderas, Diego Carrazco, William Urueña y la estudiante Pamela Crespo. La Cámara inicia con muy buenos augurios con la presidencia del diseñador Andrés Quirola y la secretaría de Giovanna Buchely.
Es importante mencionar el papel que ha tenido la articulación entre los diseñadores latinoamericanos, a través de su interacción en redes y eventos, los foros sobre políticas públicas en diseño desde la red que tiene ese nombre, los campos que se generaron inicialmente de modo informal, en la Red Latinoamericana de Diseño, y los espacios donde se encuentran los diseñadores para generar aprendizaje mutuo. En este sentido estos casos exitosos son también latinoamericanos en su esencia y propósito.
De modo que las cosas pintan muy bien para el Diseño en Ecuador. Ya se ven resultados tangibles: el festival Cromía y varios otros encuentros anteriores han contribuido a convencer a los diseñadores locales de que deben profesionalizarse, formarse como empresarios y articular con las empresas para aprovechar este cuarto de hora en el que el diseño es parte integral de la política de competitividad del Ecuador.
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Traducir al inglés Traducir al italiano Traducir al portuguésEste artículo fue posible gracias a los aportes entre otros de: Freddy Alvear, Lucho Vallejo, Carla Endara William Urueña y Rodney Verdezoto. El levantamiento de los datos se hizo durante el festival Cromía 2015, en el que el autor fue invitado como conferencista y tallerista.
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