Diseño joven y la creación del hombre nuevo

En 2019 se conjugan dos acontecimientos extremadamente importantes en el mundo del diseño. En primer lugar, se cumplen cinco siglos de la muerte de Leonardo da Vinci (1452-1519),¹ el famoso pintor renacentista, que además fue escultor, ingeniero, anatomista, filósofo, poeta, urbanista y arquitecto durante el siglo XV, y que aún hoy nos deslumbra a través de sus dibujos, sus pinturas y sus inventos, recopilados en lo que se conoce como códices.

Los manuscritos de Leonardo han sobrevivido al paso del tiempo. Es un tesoro que registra y reune el trabajo de su genio creador. Uno de sus dibujos más conocidos es el llamado Hombre de Vitruvio (actualmente conservado en la Galleria dellʼaccademia de Venecia). Se trata de un dibujo en tinta sobre papel (34,4 cm x 25,5 cm), de dos figuras masculinas con los brazos y piernas extendidas, superpuestas, e inscriptas en un círculo y un cuadrado. El dibujo se encuentra acompañado con algunas notas basadas en la obra del tratado de arquitectura de Marco Vitruvio Polión, para desarrollar un estudio de las proporciones del cuerpo humano, algo que para algunos representa una perfecta síntesis de la unión entre ciencia y arte.

El segundo acontecimiento que se celebra durante 2019, es el centenario del nacimiento de la Bauhaus (1919-1933).² La mítica escuela de arte y diseño en la que un grupo de jóvenes rebeldes alemanes cambiaron la disciplina para siempre. En sus catorce años de vida, y tras su paso por tres ciudades (Weimar, Dessau y Berlín), la Bauhaus produjo una revolución en el diseño, que echó por tierra la vieja academia decimonónica: un cambio de paradigma.

En sus experimentos, en sus audaces innovaciones se abandonó el modelo esteticista de la época, y se propuso otro basado en el valor de la máquina, y la formación de un hombre nuevo. La Bauhaus fue un crisol donde se fundieron las ideas de personajes de la talla de Walter Gropius, Paul Klee, Vasili Kandisky, Johannes Itten, y tantos otros, para producir un verdadero cisma que sacudió los cimientos del diseño contemporáneo y cuyos fundamentos aún hoy podemos encontrarlos en eel espíritu que alimenta los MediaLabs en diferentes partes del mundo.

Como herederos de la enseñanza de la Bauhaus, los MediaLabs, se han transformado en espacios de conexión transversal, que potencian la interacción social y la participación comunitaria, a través de un «ámbito de trabajo, pensado especialmente para el encuentro, la cooperación y el intercambio».

A 100 años del nacimiento de la Bauhaus, no debemos olvidar que esta fue fruto de su tiempo. Hoy ante nosotros, el siglo XXI se presenta dinámico, fluctuante, intrépido y a la vez cauto. Paradójicamente, rígido en las antiguas instituciones, el diseño parece ahogarse, suspira mirando a los cielos, mientras abre los ojos a lo nuevo, a las futuras promesas.

Como investigadores nuestro objetivo es identificar patrones, patrones repetitivos, y desde este punto de vista, todos los indicios muestran el agotamiento del modelo Corbuseriano del siglo XX. Va siendo tiempo de dinamitar las viejas instituciones, derribar los viejos edificios y embarcarnos en una nueva cruzada, que nos lleve por nuevos caminos.

Estamos pensando el mundo de 2050, pero con los ojos cansados de un viejo mundo. Ya es tiempo de abandonar el lápiz y reemplazarlo por el algoritmo, por las variables y los vectores, y diseñar un mundo mejor.

En las nuevas generaciones se encuentra la posibilidad del cambio. Y así como un grupo de rebeldes en la Alemania de principios del siglo XX produjeron un separación ideológica que ni los horrores de la guerra pudo sepultar, quizás necesitemos a jóvenes promesas, que, con su mirada fresca, surfeante entre las múltiples pantallas de sus computadoras, nos revelan el futuro y lo que está por venir.

No se trata de una revolución tecnológica, es más que eso: es el nacimiento de un hombre nuevo.

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