Cambiando el paradigma del mismo paradigma

El diseño, además de ser una actividad profesional que incluye técnicas y tecnologías, es en si mismo una disciplina del conocimiento humano. Esto lo he sostenido (y lo sigo sosteniendo) en aulas, talleres, pasillos académicos, reuniones de colegas, conferencias, vinos y cafés.

Mi afirmación, tiene su raíz en la que creo una cualidad humana: la capacidad mental integradora entre el pensamiento y la creatividad.

La conjunción de esta particularidad con las informaciones y conocimientos generales o especializados de que se disponga, en tanto recursos resolutivos ante un desafío o problemática  (sean de la naturaleza, origen y objetivo que sean), nos  diferencia de las otras especies en este planeta, a través de esa capacidad de construir realidad y sobre todo, de modificarla (con consecuencias -positivas o negativas- para el entorno ecológico). Esta cualidad (desde mi punto de vista, evolutiva) es la que logra -hablando de comunicación- «procesar el proceso», dejándonos siempre en un punto «X» respecto del punto «A» inicial, un lugar en ocasiones inesperado aunque si muchas veces deseado. El hombre «comunicó» antes de saber o comprender  lo que hacia, y el hecho de no haber sistematizado su propio conocimiento no le excluyó nunca de la acción de comunicar.

Mi propuesta va en la línea de entender el propio proceso del diseño como diseño en si mismo. El proyecto continuo: un proceso de «perfeccionamiento continuo» en el cual no se trata de que «ya no es Diseño Gráfico», ahora es «Comunicación Visual». Lo uno no invalida lo otro y menos cuando se trata de su propia «raíz». Considero que la «comprensión» de la que habla nuestro estimado y respetado Joan Costa,  tiene relación con el sistematizar la propia comprensión y ordenamiento del sentido en si del diseño; el diseñar es en si mismo parte de nuestra estructura mental, de pensamiento y cualidad creativa.

Somos eso, desde la primera manifestación de «inteligencia creativa» que -imaginamos- expresó el Homo Imaginatio (no registrado por la sociedad científica): despertó una idea no conocida ni comprendida ni sistematizada, al querer beber agua de un arroyo con la mano… y he ahí que creó la cuchara.

Cuando decimos: «Comunicación Visual» hablamos innegablemente mas que del efecto «Visual-Gráfico» en si mismo. Al referirnos a la comunicación visual,  estamos hablando del sistema en si mismo, y eso
-considero- va acorde a la complejidad del pensamiento visual contemporáneo. Asimismo, también entiendo que en la complejidad de la significación visual habrá siempre diversos niveles semánticos, simbólicos y estéticos, formales y sistémicos, que derivarán  en diferencias acordes a la calidad y nivel de logro en la «obra de comunicación».

Por estos elementos  y otros -que serían mas extensos de mencionar y articular-, creo necesario que, a pesar de lo que digan las normas de escritura, la expresión  «diseño» se debería escribir con «D» mayúscula:  Diseño con «D».

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