Hernán Cabeza

Tema complicado si los hay. Si el diseñador y el "imprentero" no manejan los mismos criterios todo se desmadra. Otro sujeto que debería interiorizarse de esto es el cliente mismo al que le enviamos los bocetos y pruebas de color de manera digital sin saber que calibración de monitor tiene, quien luego puede decir acerca de una prueba impresa "este no es el color que me mostraste". ¿Se puede resolver esta triangulación?¿"Evangelizar"( como se ha mencionado antes ) al imprentero y al cliente?¿Intuición, prueba, error y mediación?¿cuál es el camino correcto? Jamás he podido resolver esto.

Como en todo, si se hace algo adrede para romper reglas, debes conocer las reglas anteriores y entender el objetivo de romper dichas reglas. Si lo haces por desconocimiento lo más probable es que salga mal ... o quizás bien, con suerte. Lo que realmente molesta es cuando uno ve o entiende que el correcto uso del lenguaje se ve interrumpido por algo que no tiene valor artístico o comunicacional.

Muy buen artículo. A veces uno se acostumbra tanto a los lineamientos impuestos por el mercado, el cliente o un departamento de marketing, que olvidamos que la comunicación visual requiere de un proceso creativo, y la creatividad debería ser inherente al diseñador.

Alejandro, no lo podrías haber dicho mejor. Los que trabajamos de manera independiente sufrimos esto a diario, pero por otra parte tenemos esa alegría de que depende sólo de nosotros el intento. En mi portfolio me gustaría mostrar en muchos casos los primeros bocetos que el resultado final.