Álvarez sobre Los clientes no compran diseño (44968)
Diálogo iniciado por Rodolfo Álvarez en el artículo Los clientes no compran diseño
Interesante Luciano. El cliente no necesita el diseño como disciplina, ni técnica, ni cultural y menos una reflexión endogámica inconducente a la situación. El cliente no tiene tiempo, el cliente quiere una solución. Ahora bien: hoy el cliente sabe o cree que el diseño se arranca de un espacio como internet que es gratis o a bajo costo, salvo honrosas excepciones entiende que detrás hay un proceso serio…que alguien formado como el dentista, tiene praxis suficiente para resolver su problema (?¿). Pero esto no es lamentablemente la regla, por lo general se exige mucho por menos y si amenaza con la vulgar concepción de que no hay más que "buen gusto estético". El planteo de soluciones apropiadas y que sean entendidas es una labor muy compleja, exige un trabajo de mucho tiempo, de comprobaciones para que el cliente confíe en la capacidad sin priorizar su propio punto de vista lego, consulta con la secretaria, su mujer, su hija(o), sobrino etc. requiere entender que pagará por algo útil.
Esto que dices sucede algunas veces, pero no siempre. La mayoría de los trabajos no son de una complejidad altísima. Incluso diría que los trabajos más complejos en diseño, no son tan complejos. Claro que, el hecho de que no sean complejos no implica que cualquiera los pueda hacer bien.
Para no complicar las cosas con planteos que muchas veces resultan poco creíbles incluso para uno mismo, lo mejor es concentrarse únicamente en definir y transmitirle al cliente los beneficios que obtendrá con la solución que le ofrecemos. Cuando el cliente comprende completamente el beneficio que obtendrá y decide que nos necesita, casi cualquier precio que le pongamos al trabajo le resulta barato y ni se molesta en hacer comparaciones con secretarias y sobrinos.
El asunto es, entonces, poder ofrecer una solución que interprete exactamente su necesidad. Eso no es fácil. Nunca es fácil. Si no podemos hacerlo, entonces tenemos que resignarnos a competir con el sobrino que sabe dibujar. Así es la vida.
Sobran diseñadores y faltan vendedores de diseño, realizamos acciones para vender o posicionar productos y servicios, pero es un problema cuando tenemos que vender o validar nuestro trabajo. Tenemos que aprender a hablar el mismo idioma con el cliente, no podemos hablar de diseño con nuestro comitente, debemos hablar de sus problemas, interpretarlos y luego traducirlos en diseño en nuestro lugar de trabajo.