Cassisi sobre Una lección de negocios que le dieron a Steve Jobs (23088)
Diálogo iniciado por Luciano Cassisi en el artículo Una lección de negocios que le dieron a Steve Jobs
Paul Rand pudo hacerse el duro porque ya era una eminencia y sabía que Jobs también lo sabía, y que por eso lo estaba convocando. Estoy seguro de que Jobs nos habría mandado al demonio a cualquiera de nosotros puestos en el lugar de Rand. No tiene nada de malo presentar varias propuestas ni esperar que te las presenten. Es cierto que hay clientes que no respetan al profesional que contratan, pero en este caso me parece que fue Rand quien se pasó de la raya. Lo que rescato es que todo profesional debe hacerse respetar por su cliente. Pero eso seguro que no se logra haciéndose el duro, salvo que seas una eminencia.
Hola Luciano. A mi juicio, tiene mucho de malo presentar «varias» propuestas. En lo personal, sólo presento 2 opciones, La razón es simple: existe un solo problema a resolver y juzgo que las 2 propuestas que hago solucionan dicho tema. Si yo presento 3, 4 o más opciones, o peor aún, al cliente no le gusta nada, entonces voy y le presento 2 o 3 más, soy un mal profesional. La razón es simple, se supone que yo sé que necesita. Y eso que necesita está en una u otra opción, máximo. Si presento más logos, quiere decir que no evalué bien el trabajo y estoy inseguro. Por lo tanto, la falla es mía.
Las interpretaciones que hacés de lo que va a suponer el cliente son posibles, pero también son posibles las contrarias. Yo regulo la cantidad de opciones según el presupuesto, la complejidad del caso, las expectativas y el relación particular con el cliente. En general no más de tres propuestas, todas viables, a veces una sola. A veces la variedad cumple una función únicamente política. De cualquier modo es imposible estar seguro de una solución antes de haber probado otras. O sea que el trabajo hay que hacerlo igual. La cuestión es si estás dispuesto a trabajar en equipo con el cliente.
muchas veces la insistencia del cliente en mejorar la propuesta logro sacar lo mejor de mi para aportar la solucion en un logo, quiero decir, firmseza si, pero flexibilidad coherente... tambien
Luciano, con el debido respeto creo que estás confundiendo temas. Un médico no regula la cantidad de opciones de diagnósticos, un arquitecto no «regula» la cantidad de propuestas para un mismo edificio, etc etc. Uno observa y plantea lo que considera la solución. El trabajo de probar 10 o 20 opciones es nuestro! Luego uno analiza y elimina todo lo inservible para llevarle al cliente 2 opciones. Ese es el resultado de un trabajo profesional. Luego, el cliente, sobre la que elige hace observaciones sobre las cuales volvemos a trabajar, pulir y mejorar el logo propuesto. Fin del trabajo.
Para concluir, Luciano, claro q se trabaja en equipo con el cliente, puesto q nadie conoce mejor su negocio q él, pero eso no quiere decir q el cliente deba hacer mi trabajo. Si no le gusta la propuesta q uno le lleva, ahí terminó mi trabajo. Di lo mejor, no gusto, no logré dar con la solución, cobro mis honorarios y me despido. Mi trabajo lo, igual q un cocinero hace el suyo, y si el plato no me gusta, le pago y no voy más. Pero se honra el trabajo. Yo no busco q el tenga un logo bonito. Yo busco q el tenga la solución que a mi criterio necesita. En mi orgullo profesional está satisfacerlo.