¿Las tipografías deberían ser de dominio público?
Diálogo iniciado por Joaquín Eduardo Sánchez Mercado en el artículo La tipografía ya es considerada propiedad intelectual
En mi opinión los tipos de letra no deberían tener derechos de autor como estaba establecido en legislaciones antiguas, porque no hay forma de diseñar un tipo de letra sin que las letras sean letras, es decir una simple transformación. Aunque le pongas flores una letra "a" por ejem. para ser legible tiene que tener las características suficientes para ser reconocidas como letra "a" y el alfabeto no pertenece a nadie, es un legado de la humanidad, estamos llegando al absurdo de registrar como creación propia letras que son copia modificada de lo básico. Sin copiar no se hace una tipografía.
No debemos "poseer" tal capacidad sobre la escritura, sería el fin de la divulgación. Sin embargo que el negocio de venta de tipografías deba ser regulado con mejor protección, es imperativo, para evitar el tráfico/lucro por quienes no hacen esfuerzo alguno mas que elegir. La agencia de publicidad BBDO consideró que era barato y rápido apropiarse de un alfabeto antes que encargarlo a un profesional. La denuncia si la hubiera, jamás les penalizaría. Práctica en aumento si no evidenciamos que la idea, aunque sea decorativa, tiene una labor detrás.
Cierto, no minimizo el esfuerzo que hacen algunos, sin embargo las legislaciones a nivel mundial hace algunas décadas consideraban que un tipo de letra no podía considerarse como obra propia, era de dominio público. Se que es hoy en día un tema polémico, pero yo me inclino por la legislación de antes y por hacer algo parecido a lo que sucede en software libre, ponerlo al alcance del público libremente y no como software privativo. De hecho ya hay tipografías libres. Pero opiniones habrá muy diversas. Mi postura personal es esa. Igual hay quienes abren al público sus fotografías o imágenes.
Supóngase ahora que las leyes dijeran que ningún diseño gráfico pudiera registrarse porque los elementos que lo conforman ya existen: las formas rectas ya existen, las formas curvas también, los colores también, las fuentes tipográficas también, las fotos e ilustraciones están inspiradas en obras anteriores y sólo son una simple modificación, etc. Lo único que pasa aquí es que al diseño de tipos se le está aplicando un doble rasero: en esta disciplina hay un montón de decisiones tan dignas de protección como las que hay en otras ramas del diseño. Quien lo ignore, lo invito a que lo intente.
El uso de las letras es como el uso de los colores, imagina que alguien reclama derechos por un color rojo, o un tono derivado del rojo, por un rosa clarito, o un azul añil, etc, o si reclamas derechos por un tríangulo, un cuadrado o por un círculo. O que alguien patente un tono de voz, el sonido de una letra o una palabra, sería absurdo. Las tipografías para textos son demasiado parecidas como para patentarlas, no así las decorativas o artísticas. Es como patentar un triángulo por tener determinada proporción, por determinado bisel, por puntas redondeadas, por hacerlo con líneas curvas, etc.
¿Entonces, según tu criterio, las fuentes decorativas sí se podrían registrar, porque son lo suficientemente distintas? Vaya. Quedaría por explicar cómo se puede distinguir, para efectos de ley, entre una fuente de texto y una decorativa. Sospecho que no es tan fácil: cualquier fuente de texto, si se usa en puntajes generosos, tiene propiedades decorativas. Ahora que si la distinción queda a criterio del especialista, abogaré con todas mis fuerzas para que en realidad lo sea, y no alguien que cree que todas son demasiado parecidas.
Interesantísimo debate sobre la originalidad y capacidad artística de un alfabeto. El artículo, aunque buscó defensa en esa originalidad, pretendía hacer protección al artesano sobre la apropiación indebida, tan común en nuestros días. Dejemos que sus creadores decidan si cobrar o hacerlas libres, si alguien se interesa por su trabajo, que negocien. Mi caso concreto es que a la gigante le resultó más cómodo apropiarse de algo innovador existente sin mostrar su interés, sin intentar acordar su uso y asumiendo además su autoría. Un caso de respeto al individuo donde seguro todos convergeremos.
Completamente contigo, Luis. En cuanto a Joaquín, que él lo aclare: según leo, él piensa que Renault no hizo nada malo en aprovecharse de tu trabajo («los tipos de letra no deberían tener derechos de autor»). Aunque también infiero que si tu fuente es decorativa o artística (¿según quién?), al no ser como las de texto, sí podría tener derechos de autor (no estoy seguro: antes parece sugerir que no, «aunque le pongas flores»). Joaquín: ¿Piensas que lo que tú diseñas es digno de registro? ¿Un libro, tal vez? Si es así, ¿qué lo distingue de la creación de tipos? Trato de entender, en serio.
Me inclino porque los tipos de letra sean patrimonio de la humanidad, al menos los más clásicos y que sirven para libros, revistas, periódicos, publicaciones y que en general sirven para usos básicos y conservan legibilidad rápida e instantánea. Todos los tipos de letra tienen un grado de legibilidad, adecuación, y estilo. Es en el el estilo donde veo la gran diferencia, de hecho las mismas casas productoras, comercializadoras o programas etc., han establecido esas diferencias, distiguen los tipos de letra como apropiados para ciertos usos. Los de uso decorativo no sirven para textos largos.
Bien. Primero ningún tipo merecía tener derechos de autor, después sólo excluimos los que eran de texto, y ahora sólo un subgrupo dentro de éste: «los más clásicos». Ya es algo. ¶ Por otro lado, apunto que la distinción en «fuentes de texto» y «fuentes decorativas» sí existe, pero no me parece pertinente para efectos legales. ¶ Podemos seguir hablando de ello, pero por ahora me concentro en lo que aquí nos ocupa: ¿Cometió una falta Renault al usar la fuente de Luis sin su consentimiento? De entrada sería difícil sostener que dicha fuente es clásica o patrimonio de la humanidad.
No sólo los más clásicos, también los derivados de ellos, porque son variantes de lo mismo. Y respecto al caso de Renault, no veo como se pueda proteger al que copió de otro y solamente modificó algunas partes de un tipo existente. Por el grosor, serif, ciertas proporciones modificadas, no me parece que sea una obra propia. No hay un cambio más allá de un 10% a mi juicio. No hay forma de hacer un tipo de letra y que no se parezca a otra en un 80%, salvo los tipos decorativos o artísticos, pero una letra "a" o "e" o cualquier otra, no se pueden modificar lo suficiente para que sea propia.
Si todas las fuentes derivadas de las clásicas son variaciones insustanciales, te invito a que elijas una y elimines todas las demás de tu computadora. Si no lo haces, algún mérito deben tener, así sea del 10%. Lo que creo que no se vale es decir: «Señor Zapf, yo uso mucho su Palatino, pero no se la pago porque es copia de otras». Y no se vale porque hay un indudable trabajo de manufactura. Si Palatino (o la fuente de Luis) no aporta nada, lo lógico sería que se abstengan de usarla y se conformen con esas «fuentes clásicas» a las que se alude (que, por cierto, no tengo muy claro cuáles son).
Es bien sabido por quien realiza tipografía, en tu caso el señor Hermann, que ya no sólo es sustanciable la capacidad de decoración, es también aquello que a simple vista no puede apreciarse: cómo las grafías desfilan entre ellas, como imprimen y el soporte donde desfilen; estamos hablando del 50% del trabajo de su diseño. Exagerándolo un poco, el tipógrafo es un arquitecto al cual no sólo se le debe reconocer por lo agradable que es su edificio, ya que a ojos de un profano o incluso decorador, no deben evaluar o entender su obra, su trabajo es otro. Dejemos pues que gane decidiendo su mercado
Muy desacuerdo con Cristóbal. Si se pretende que el diseñador de tipos adquiera una actitud altruista de regalar su creación debe hacerlo en completa libertad y no minimizando el aporte de su trabajo. Mucho menos llegar al fundamentalismo (como se dice más arriba) de no advertir diferencias entre Arial, Helvétia y Univers.