El origen de la cúpula como símbolo en la arquitectura

El hombre habitó la cueva como resultado de su necesidad de protección del medio ambiente y organizó al espacio de acuerdo a las actividades que realizaba en él.

María Del Rayo Vázquez, autor AutorMaría Del Rayo Vázquez Seguidores: 8

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El origen de la cúpula como símbolo en la arquitectura
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Cuando el hombre construyó las primeras edificaciones, creó un clima artificial y un lugar de interrelación social, generó un lenguaje y le asignó significados a los objetos. Los significados de las formas ayudan a construir la expresión del edificio, sin embargo esta puede ser comprendida de acuerdo a los valores culturales provocados por la socialización del individuo. Inicialmente el hombre copió de la naturaleza las formas para sus primeras construcciones: las formas curvas. Tal vez así surgió la cúpula, cuyo fin primario era cubrir un espacio y más tarde derivaría en la de representación de lo divino y la jerarquizción del edificio o de su propietario.

El espacio cubierto generó en el hombre primitivo la idea de seguridad. Menos preocupado por el ambiente y por la posible agresión de los animales, pudo desarrollar un sentido social y religioso de la vida. Al no poder controlar a la naturaleza, le otorgó un valor místico. Por su semejanza con las formas de la naturaleza eligió la cúpula como representación, probablemente de la forma de la cueva o de la montaña. En este contexto el espacio diseñado por el hombre adquirió diferentes valores: protección, seguridad, estabilidad social, expresión visual del grupo, e intermediación entre el hombre y la deidad.

Las primeras cabañas tenían una carga religiosa, un concepto de vida relacionado con la madre tierra. Se representaba lo desconocido por medio de un objeto conocido; por lo cual los primeros templos fueron imitación de la casa del hombre; así, las cubiertas curvas de la vivienda pasaron al templo. El edificio se convirtió en expresión de la jerarquía del habitante y del papel que desempeñaba en su grupo. La representación de ese grupo o institución quedó reflejada en edificios más grandes o más altos; resaltados con cúpulas, torres, colores o materiales para diferenciarlas del resto de las edificaciones.

«La cabaña del jefe o el palacio del rey se hacían mayores que los otros edificios para indicar el status social. Cuando los conventos se rodeaban de muros, incluso en los periodos en los que la necesidad de protección física estaba fuera de lugar, era para señalar que nos encontrábamos ante una colectividad de un tipo especial e inaccesible».

Norberg (1998: 77)

La cúpula en los templos tiene la función más importante: la división interior, física, psicológica y mística. Se convierte en compartimiento del retablo de iconos, situado entre el santuario y la esfera del templo. En el Antiguo Testamento un lugar sagrado se ubicaba en un punto geográfico, en el Nuevo Testamento lo sagrado es Cristo y el centro geográfico se convierte en un centro cósmico donde se representa su sacrificio, en el cual se unen todos los puntos con los Cielos y se asocia la presencia de Cristo con el espacio que cubre la cúpula.

El mito está presente en todas las culturas antiguas, esto es resultado de la deficiente capacidad del hombre para construir modelos lógicos que expliquen absolutamente los fenómenos de la naturaleza; es una expresión abstracta que evoca algo ausente o imposible de percibir directamente. El mito busca la razón de las cosas, sus esfuerzos por encontrar el origen de las mismas, no pasa de la simple interpretación de su existencia concreta. Para Levi Straus (citado por Ortiz, 1992, 279), el mito, en todas las culturas, tiene como fin conciliar las contradicciones.

El uso de símbolos en la arquitectura tiene como fin la creación de diversos significados. En el caso de la cúpula, ha tenido el significado de intermediación del hombre con la divinidad. Su forma tridimensional derivada del círculo, asociado a diferentes significados simbólicos, la ha llevado a ser la representación de la bóveda celeste.

«El origen de nuestro concepto del círculo, tan importante en la vida del ser humano, se relaciona con la bóveda celeste y con la esfera de la tierra. La vida se desarrolla en forma circular; el hombre experimenta la sensación de bóveda en torno.

Frutiger (2000: 19)

La religión y la magia tienen elementos en común, sin embargo en la religión prevalece el sentido de trascendencia del hombre hacia otros ámbitos. Probablemente se desarrolló al mismo tiempo que la conciencia del espacio, donde el círculo es la forma perfecta como símbolo de continuidad, el espacio pasa de un nivel perceptual a un nivel representativo; es decir, el desarrollo de la percepción llega de forma simultánea al lenguaje y a la representación con imágenes.

Es todavía una forma imaginada y descrita en términos tales como hemisferio, panal, cebolla, melón y bulbo».

Read (1980, 96)

El simbolismo se desarrolló en la antigüedad cuando se requería de una explicación de los sucesos diarios o de los elementos de la naturaleza, relacionados con lo mítico. La arquitectura eclesiástica utilizó el simbolismo en todos sus elementos, permitiendo expresar una idea por medio de formas y que al ir combinadas representaban cosas diferentes.

«Los símbolos, en cualquiera de sus apariciones, no suelen presentarse aislados, sino que se unen entre sí dando lugar a composiciones simbólicas, bien desarrolladas en el tiempo, en el espacio o en el espacio y tiempo».

Cirlot (1997: 57)

El origen de la cúpula y la bóveda se ubica en Asia Menor, probablemente en Mesopotamia y Persia. No se tiene evidencia física de su existencia. Donde la montaña era la fuente del poder sobrehumano, se construyeron montañas artificiales para representar la relación entre el cielo y la tierra; la materialización de esta idea fue la cúpula como símbolo intermediario entre ambas, relacionándolas a su vez con el infinito.

«Vínculo entre el cielo y la tierra materializado en forma visible fue aceptado como un símbolo de la distancia infinita entre el cielo y la tierra; así se captó por primera vez el concepto de infinito, que ha permanecido como el principio que anima a toda la arquitectura religiosa en todas las civilizaciones en las que este concepto creó un sentimiento de azoro y temor».

Read (1980: 100)

Actualmente las cúpulas no tienen un valor simbólico directo, excepto quizás en el ámbito religioso. Se han transformado en representaciones del status social del habitante del edificio, de la institución y quizás de la función de los espacios que cubren.

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  • CIRLOT, Juan Eduardo, (1997), Diccionario de símbolos, Barcelona:Siruela.
  • FRUTIGER, Adrián, (2000), Signos, símbolos, marcas y señales, México: Gustavo Gilli.
  • NORBERG, Schulz, Christian, (2001), Arquitectura Occidental, Barcelona: Gustavo Gili. S.A.
  • ORTIZ, Georgina, (1992), El significado de los colores, México: Trillas
  • READ, Herbert, (1980), Imagen e idea, México: Fondo de cultura económica.
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