El duro deporte llamado Diseño

A veces pienso que diseñar es como el maratón. Es rápido, emocionante y manejable económicamente; además, le da cierto prestigio a quienes lo practican. Aunque siempre me he preguntado, ¿por qué son pocas las personas que lo trascienden y lo pueden llevar como un proyecto de vida y/o negocio rentable?

Pienso que para aprender las habilidades básicas de esta mezcla entre diseño y negocio es preciso pasar por un abismo doloroso. Se requieren varios días (años) para dominarlo, y en esos pocos días uno se estropea bastante.

Porque no solo es entender de programas de Adobe, pirotecnia y procesos de impresión o manufactura, es también entender de administración, finanzas, ventas, mercadotecnia y, por que no decirlo, recursos humanos, psicología, magia, management, reglas, leyes y hacienda.

Diferentes estudios¹ nos indican que 43% de los negocios en México mueren por errores administrativos y desconocimiento del mercado; 24%, mueren por tropiezos financieros, 24% por problemas fiscales, y 16% mueren por obstáculos relacionados con las ventas y cobranza.

• El 80% de las empresas muere durante su primer año de vida.
• Del 20% que logra sobrevivir el primer año, el 80% muere antes de cumplir el quinto año.

Ante este escenario nuestro «deportista» puedes tomar diferentes actitudes:

• La actitud «A» (es aquí donde tienes que ponerle el adjetivo o etiqueta que tú quieras) es superar la prueba y llegar al otro lado, con lo cual se podrán obtener todos los beneficios que se derivan de la escasez.
• La actitud «B» es no tomarse siquiera la molestia de empezar a practicarlo porque lo más probable es que el abismo sea insoportable.
• Y la actitud «C» es empezar, intentarlo, desperdiciar un poco (o un mucho) de tiempo y dinero, y darse por vencido en medio de un comienzo.

Unos pocos obtendrán el coraje y la flexibilidad para terminar siendo mejores, desarrollando un modelo, encontrando formas de generar una característica única de venta o encontrando la forma de innovar.

Anécdota personal

Ayer en la noche, después de checar mis mails de todo tipo (los buenos, los malos y los feos), llamó mi atención especialmente uno que decía: «Empresa X / Hacienda cero». Me di premura a abrirlo y leerlo:

Buenas noticas, ¡Jefe!
La declaración de Empresa X ¡¡ya quedó hecha!!
La Administradora :)

Es cuando me di cuenta de que uno de los objetivos más duros, y que repercutió en mi mente como un abismo durante casi 3 años y casi 42 kilómetros, simplemente se había logrado (para los que saben lo que es pagar esto, aún cuando hacienda lo hace realmente imposible, me entenderán y para los que no lo saben, simplemente les deseo que nunca tengan que sentirlo). Tú que lees, simplemente te digo que es cansado, y va a doler. Pero, respira profundamente y sigue corriendo.

Hoy en este atractivo deporte llamado diseño que aún comparto, tengo un socio que aún se atreve. Junto con un gran equipo de extraordinarias mentes jóvenes, estamos sanos, sin lesiones, con algunas raspaduras deportivas (como todos) y sí, con muchas ganas de llegar al otro lado.

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