Diseño social y cultura
Al diseñar es recomendable poner a los individuos en el centro de las decisiones, al margen del propósito que persiga cada proyecto.
AutorMarco Antonio Sandoval Valle Seguidores: 21
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Los individuos son la razón fundamental de la actividad de diseñar, caracterizados por lo que son, hacen y requieren. La intención de considerar oportunamente a la cultura y al orden social en proyectos e investigaciones de diseño, resulta primordial, pues se advierte la inseparable incidencia de ambas en cualquier desarrollo estratégico y se determina también el alcance de su eficacia. «Hemos visto que esta relación, que constituye el aspecto central del discurso en el espacio cultural y social, esta lejos de haberse caracterizado como uno de los fenómenos de nuestro tiempo, a pesar de su creciente importancia, incluso de la propia disciplina».1
Parece una obviedad, pero no necesariamente es una constante en el ejercicio profesional, sobre todo cuando se observan incongruencias en los resultados a consecuencia de visiones sesgadas. El diseño proviene de actividades sustantivas en las que la realidad opera como el referente mas importante. Cultura y orden social son dos momentos de una misma condición de abstracción y práctica, de las cuales participa el diseño. Clifford Geertz hace una distinción entre cultura y sistema social:
«[…] la primera como un sistema ordenado de significaciones y símbolos en cuyos términos tiene lugar la integración social misma […] Cultura es la urdimbre de significaciones atendiendo a las cuales los seres humanos interpretan su experiencia y orientan su acción: estructura social es la forma que toma esa acción, la red existente de relaciones humanas».2
Es decir, por una parte se encuentra la visión del mundo que adquieren los individuos —se reconozca o no— asumida a través de símbolos, conocimientos, creencias, prejuicios, convicciones; por otra parte se encuentra, cómo estas son ejecutadas, y se les da forma o vida por medio de las acciones humanas; desde esta perspectiva la cultura facilita la articulación del sistema social; la cultura posibilita la existencia del diseño, y este, como actividad eminentemente social, despliega el carácter de significados, conceptos y evocaciones a través de prácticas que también conforman cultura.
Se puede mencionar que el diseño como profesión dinámica proviene de rasgos sociales y contribuye a configurar pensamientos; esta por demás señalarlo pero es notable la circularidad, diseño-cultura-sociedad o sociedad-cultura-diseño; el proceso de significación se activa en cualquier parte, ya que a menudo son desarrollos caracterizados por ser no lineales. Esta relación intrínseca ha producido particulares modos de influencia de unos a otros, ya que tienen circunstancias que le permiten ratificar funciones y crear sentido en entornos de realidades especificas. César González Ochoa al referirse a la realidad lo hace de manera experiencial y la circunscribe a la vida cotidiana, dice:
«[…] se organiza, en primer lugar, en torno al “yo” […] pero también se presenta como un mundo intersubjetivo, compartido; en cada uno de nosotros interactúa con la de los otros, quienes aceptan también las objetivaciones que ordenan el mundo […] La realidad de la vida cotidiana no requiere verificación, está ahí de manera evidente, no existen dudas acerca de ella, […]».3
Por lo tanto el diseño opera como mediador simbólico de contenidos en relación con su naturaleza expresiva, cobra eficacia porque motiva la apropiación y reproducción de ciertas características culturales al cumplir con funciones prácticas en la vida diaria, al promover la apropiación de formas, imágenes, objetos y deseos, de los que los individuos se piensan familiarizados, al grado de hacerlos comunes, con una aparente naturalidad en su existencia. «Una determinada sociedad solo puede existir si organiza la producción de su vida material y su reproducción como sociedad, pero tal manera de organizarse no está dictada por leyes naturales […]».4 Desde esta perspectiva el diseño al ser público y social participa de esa organización. Así que debería ser un hecho consciente, diseñar a partir de las personas, tomando corresponsabilidad en lo que se produce, pues el diseño y el diseñador no están exentos de estas implicaciones de realidad.
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Traducir al inglés Traducir al italiano Traducir al portugués- Alejandro Tapía. El diseño Gráfico en el espacio social. México: Designio, 2004. Págs. 49
- Clifford Geertz. La interpretación de las culturas. España: Gedisa 2000. Pág. 133
- González Ochoa, César. El Significado del Diseño y la Construcción del Entorno. México: Editorial Designio, 2007. Pág. 133.
- González Ochoa, César. Imagen y Sentido. México: Editorial UNAM, 1986. Pág. 183.
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