Diseño más allá de la plataforma
Las plataformas en las que comunicamos cambian permanentemente, y cada vez a mayor velocidad. ¿Seremos capaces los diseñadores de adaptarnos a esos cambios, durante toda nuestra vida, sin enloquecer?
Cuando cursaba la carrera de Diseño Gráfico, en la materia Historia del Arte, conocí el trabajo de los afichistas del Art Nouveau. En aquel entonces, además de quedar enamorado de esa ilustraciones maravillosas y del trabajo final de los carteles, reflexioné sobre las herramientas que manejaban los afichistas y en cómo transmitían los mensajes. Lo curioso es que la forma de trabajar —las técnicas de representación— de un afichista como Alfons Mucha1 y la de muchos pintores de su época era muy similares. Por supuesto que el medio en el que se transmitían esos afiches era muy diferente y el alcance que tenían, también.
Hoy en día, luego de casi un siglo, el medio y la forma de comunicar cambiaron radicalmente, y el cambio continúa en forma constante, a una velocidad tan vertiginosa que en ocasiones nos produce cierta angustia: la de preguntamos si podremos seguir este ritmo constante de cambio, adaptando permanentemente nuestro trabajo. Al charlar sobre esta preocupación con algunos colegas, entre la respuestas que me dieron, me llamaron la atención frases como: «el diseño gráfico está caducando» o «tenemos que virar nuestro trabajo porque nos vamos a quedar en la calle». Esas impresiones, obviamente, no me tranquilizaron para nada.
Pero luego recordé lo aprendido durante mis años de estudios sobre los afichistas de principios del siglo XX y sus formas de trabajar: mas allá de la plataforma y los medios limitados de los que disponían, el mensaje fuerte que producían estaba en el diseño. Si entendemos que el problema de la comunicación no está en la tecnología sino en la comunicación, sea cual sea la plataforma «de turno», estaremos en condiciones de ofrecer la mejor solución posible. Detrás de cualquier animación, video, spot, afiche, tiene que haber un buen trabajo previo, una buena raíz, un buen diseño.
Es evidente que el medio seguirá cambiando una y otra vez. Por eso, es fundamental hacer hincapié en nuestro modo de contar las cosas, en buscar la forma de lograr que nuestros trabajos se puedan mover; ya no pensarlos como figuras que irán colgadas de una pared o que se animarán a veinticuatro cuadros por segundo, sino como soluciones de comunicación que se adaptarán a todos los medios en los que necesiten ser utilizadas. Debemos intentar ofrecer otras formas y no quedarnos en lo que sabemos hacer hoy. En caso de ser necesario debemos conformar equipos con otros expertos.
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