Diálogo iniciado por Fernando Navia Meyer sobre:

Daniel Cid Moragas
Nuevos retos de la educación en diseño
Educar diseñadores para dar respuestas a los desafíos e incertidumbres del siglo XXI pasa por educar continuamente a los que nos dedicamos a la formación en diseño.
Fernando Navia Meyer
Daniel: Lo que planteas es uno de los GRANDES problemas hoy. Los centros de formación parecen espacios petrificados donde se educa y se forma estudiantes, cuando los estudiantes reciben potentes conocimientos, datos e información desde la nube. Creo que las expresiones educar, formar, enseñar, son parte de esos aparatos petrificados y petrificadores. Lo que se necesita son guias y orientadores que ayuden a descubrir las virtudes, necesidades y potencialidades del estudiante. Ayudar a que encuentre su propio camino y que los centros de formación mantengan un proceso de cambio constante.
Daniel Cid Moragas
Sep 2013Sin lugar a dudas es un gran reto. Para mí el término educación sigue teniendo pleno sentido si por ello entendemos que el papel del profesor es aconsejar, aportar experiencia, orientar en la búsqueda de las mejores metodologías, guiar en la selección de materiales y fuentes de aprendizaje, detectar posibles lagunas de conocimiento, fomentar las capacidades individuales del alumno, etc. Gracias por tu comentario.
Roberto Morgan
Sep 2013Hola, soy estudiante y como tal puedo decir que la mayoría de mis profesores se mantienen arraigados a los libros antiguos, a las prácticas de antaño, y no digo que sea una razón equívoca o mala influencia porque es esencial, pero deben entender que el diseño va cambiando con las tendencias, buscando nuevas soluciones e innovando constantemente, sobre todo en épocas del presente en dónde avanzan a velocidad luz tecnológicamente hablando no así en mentalidad e identidad. Muchos profesores aportan , además, con la mediocridad y eso es un error fatal para el crecimiento y evolución del diseñador.
Fernando Navia Meyer
Sep 2013Roberto, no escatimes esfuerzos por encontrar tus virtudes y autoformarte. No hay duda que aún existen centros de formación anclados en la formación del siglo XVI y XX y se resisten a cambiar y no quieren comprender y aceptar la mentalidad de las nuevas generaciones de jóvenes.
