La utopía del diseño: una reflexión crítica
Diálogo iniciado por Diego M. Mieryterán Giménez Cacho en el artículo Más allá de la mirada romántica que obstaculiza al oficio artesanal
Querido Miguel, disiento profundamente con tu artículo, principalmente porque carece de perspectiva histórico-política. Me parece que asumes de manera acrítica el sistema actual. No es raro, pues los diseñadores hemos sido educados justamente para promover y expandir la lógica de la sociedad de mercado. Tristemente hemos dejado de soñar con mundos mejores para diseñar siendo "realistas". De ahí que concibas la utopía, no como algo que moviliza por lejano, sino como algo indeseable por inalcanzable. El diseño ha claudicado en su vocación transformadora y se dedica a reproducir la estética, la ética y los principios del sistema capitalista. No habría problema con esto si el costo que tiene en términos de vidas humanas, de afectaciones al medio ambiente, de pérdida de saberes, de destrucción de tejidos sociales y desequilibrio en general no fuera tan masivo.
Me parece incorrecto decir que las comunidades indígenas han sido "expoliadas, precisamente por esa visión que las priva del contacto y del conocimiento de la dinámica profundamente cambiante de los mercados." Eso es ignorar los procesos de colonización y re-colonización (de los cuales los diseñadores forman parte cada vez más activa) que las poblaciones indígenas sufren desde hace siglos.
El "diseño", como se concibe ordinariamente, es profundamente destructivo cuando se aplica como método para "integrar" a las comunidades indígenas a un sistema que se percibe como inevitable. Los pueblos originarios tienen sus propios procesos, valores y sistemas que no deben ser apreciados desde las categorías de juicio occidentales. Si los diseñadores quisiéramos apoyar en los procesos de resistencia y resiliencia de los pueblos indígenas debemos hacer dos cosas:
1. Abandonar las certezas del paradigma occidental y el diseño como lo conocemos.
2. Apoyar los procesos de autogestión, autodeterminación y autonomía de las comunidades.
La mal llamada "artesanía" no es una técnica. Es un conjunto de saberes y una forma de vida.
Correcto, estamos de acuerdo, y respeto profundamente tu postura idealisra al respecto. Ojalá ese escenario fuera una realidad, Pero no es así. Históricamente, las comunidades han sido expoliadas (llámalo colonización), debido a su falta de conocimiento del mercado y de la economía, de las leyes, de sus derechos, etc. Eso es una realidad. Cuando proteges a una minoría, simplemente aislandola, asistiendola sin capacitarle para la gestión de sus recursos y sus talentos, la debilitas, no la fortaleces para su desarrollo y permanencia. Si miras la historia, está plagado de ejemplos. Así como cuando, los españoles les cambiaban vidrios de colores y lupas por oro macizo a los indígenas, si ellos hubieran sabido el valor real del precioso metal la historia habría sido diferente. Esa es la perspectiva histórica sobre la que basó mi reflexión. Por otro lado no debemos mezclar los ámbitos, Yo hablo de industria y Comercio y hablo de productos con ese carácter, lo demás se debe mantener y preservar, claro que sí!. Pero estamos en medio de un sistema capitalista de oferta y demanda. Eso es algo incontestable. Si tú te refieres al patrimonio cultural, social y costumbrista, y a su preservación, te reitero estamos de acuerdo, pero ese no es el centro de mi reflexión. Muchas gracias por tu aporte.
Creo que eres tú quien idealiza el sistema de consumo y sus supuestos beneficios. Romantizas una supuesta realidad al no incorporar los efectos negativos del sistema de mercado a tu propuesta de participación de los diseñadores.
Por otra parte, estás justamente reproduciendo lo que criticas al separar el "producto" (que según tú debe adaptarse al mercado y entenderse desde la lógica estética y funcional que arrastramos desde Ulm), del "patrimonio" (que, ese sí, debe preservarse, como si de mermelada en un frasco se tratara).
El problema de fondo es algo que hemos aprendido los diseñadores y que concibo como una colonización ideológica en el campo de la producción de cultura material en el contexto latinoamericano, y esto es la abstracción del objeto, la separación de su contexto y de los sistemas económicos, simbólicos y filosóficos dentro de los cuales surgen.
Es decir, nos hemos convencido de que la función del diseñador es abstraer los productos y llevar la fetichisación al máximo, para generar plusvalor.
Lo que se pierde en el camino, es el entendimiento de que los objetos que llamamos "artesanía", no están aislados ni deben entenderse así, sino que deben entenderse como expresiones de una forma de vida, como materializaciones de una forma de relacionarse con el mundo.
Lo que los diseñadores han estado haciendo en últimos años al vincularse ("intervenir") en la producción artesanal, es desarticular lo integral de esos objetos, para abstraerlos de su contexto e inyectarlos de los principios mamados de la cultura anglosajona.
En otras palabras, objetos que son multi-dimensionales y complejos se modifican para volverlo uni-dimensionales con la instrumentalidad económica como valor único.
Esa es tu opinión al respecto del oficio del diseñador, y muy respetable por cierto, deberías hacer un artículo al respecto. La discusión siempre es bienvenida, pero no estoy imponiendo mi visión a nadie, es una simple reflexión, acerca de lo que podría construirse alrededor de los oficios y saberes que manejan materiales con potencial identitario, cultural y/o artesanal, y en en ningún apartado de mi artículo planteo que el patrimonio artesanal y todos sus saberes deba desaparecer para montar factorías, o deje de ser importante, por el contrario, se debe fortalecer diversificar y actualizar. Gracias