Autodidactas vs. educación formal: ¿quién define la calidad?
Diálogo iniciado por Miguel Soliz en el artículo Crisis del diseño gráfico en México
Complicado este tema... ¿Qué define que los otros diseñadores con «educación express» son peores o mejores que nosotros? A mi opinión, puede darse el caso de que alguien que aprendio a usar un programa en 2 meses sea mejor diseñador que alguien que estudió durante 5 años. ¿Por qué? Porque es más cercano a las necesidades reales del público objetivo. En la universidad nos enseñan leyes de tercios, terminología y teorías para justificar, que no necesariamente son ciertas en nuestro contexto. En un instituto no tienen conocimiento alienante, puede ser que comprendan más al público que nosotros...
Es muy cierto, Miguel. ¿Qué ocurre cuando miras la prensa escrita? Pues que encuentras que al cliente le interesa un diseñador que conozca el manejo de Photoshop, Dreamweaver, Flash o lo que se nos venga a la cabeza; pero, ¿preguntan por cartones, o conocimientos de semiótica, por dar un ejemplo? No, y tampoco es culpa suya. Los mercados son diferentes, y no sólo por lo que se ofrece, sino también por lo que se requiere. Al menos en Bolivia, por el momento, el bolsillo es un factor fundamental y es algo que termina por salir a la luz cuando llega el momento de defenderse en la cancha. Saludos.
¿No creen que es diferente un diseñador con manejo de photoshop a un operador de photoshop?
Claro que es diferente; pero pregúntale al cliente si entiende la diferencia. En nuestro medio, generalmente no lo hace.
A juzgar por tantos asnos con maestrías y doctorados que pululan en nuestro medio, la educación universitaria garantiza muy poco hoy. Es tiempo de nos demos cuenta que el conocimiento no es patrimonio de las escuelas, sino que está hoy más que nunca al alcance de quien desee tenerlo.
¡Bingo! Ésa es la razón por la que abandoné la universidad.
Gabriel,no obstante ser acaso uno de esos asnos; y aunque presumo generalizar a menudo cobija injusticias (y a veces estupideces) y soporte los mismos dogmatismos mediante los cuales quienes mandan monopolizando creencias en una ciencia omnipotente verdadera y única para todos igualmente y en todo contexto: aún así, el radicalismo con que te expresas (y al que Rodrigo responde ¡bingo), me genera admiración y me recuerda planteamientos (conocimiento como derecho más que como mercancía) que aplicados renovarían el diseño, la educación y la sociedad latinoamericana en la U. y fuera de ella.
Aunque en mucho estoy de acuerdo con tu comentario, no estoy de acuerdo en la forma en que lo expresas. Más porque he visto tu trabajo y el grado de profesionalismo que alcanzas, no todos podemos estar a tu altura, pero sería bueno ver algún artículo tuyo, ya sea mostrando tu trabajo u orientando a otros menos agraciados y más confundidos, o para hacernos ver en donde es que nos hemos extraviado en este mundo tecnológico de hoy tan confuso. Confieso que yo también me he excedido en algunos casos, por lo que pido perdón si alguien se sintió ofendido.
El discurso del diseñador en las aulas de clase es muy distinto al discurso del diseñador en el medio, a nosotros mismo nos cuesta entender de qué va el diseño, sus alcanses y limites. No por ello lo que ocurre en las aulas es desdeñable, simplemente el cliente no lo entiende y me arriesgo a afirmar que no tiene por qué entenderlo. La academia no te da el secreto del éxito, aporta visión, nos relaciona con contenidos que luego es deber transgredir, tampoco es desdeñable la autodidaccia, la necesitamos tengamos formación o no.