Diálogo Nº 25955
Diálogo iniciado en el artículo Carta del diseñador al cliente
primero el cliente no es un enemigo y es responsabilidad nuestra el venderle las soluciones, de manera que lo entiendan, por que me ha tocado ver a diseñadores que hablan como si estuvieran con otro diseñador y que no cambiarían nada, por que ellos son los expertos, eso es cierto, pero el cliente conoce su producto, sus necesidades, esto pasa por que no escuchamos a los clientes, por que no preguntamos todo lo que necesitamos, y es responsabilidad nuestra hacer que de una forma u otra el proyecto resulte exitoso, nosotros no deberíamos vernos como artistas consagrados ni divas
Muchos diseñadores si son asi, pero no todos, habemos los que intentamos vender ladicho la mejor idea en función a lo que el cliente NECESITA muchos dicen «si tu lo que haces son dibujitos» pero en nosotros está intentarlo; sin embargo hay clientes que le ponen precio a tu trabajo y hay quienes creen que son los únicos que tienen la razón sin pensar que la persona que contrataste o vas a contratar también conoce el mercado. La solución sería que ambos escucharan lo que tienen para decir y se afianzaran en las ideas de ambos para lograr el exito, quizás ahsta usando una matriz DOFA.
si en verdad que no generalizo, yo soy diseñadora y tengo mi empresa y se bien que es esto, y conozco muchos tipos de clientes pero si llevas un dialogo real y escuchas lo que necesitan es mas fácil realizar un buen trabajo, que les satisfaga a las dos partes, todos tenemos alguna manera de reaccionar, y siempre pidiendo respeto a nuestro trabajo, pero en el pedir esta el dar y eso es para las dos partes, no es una guerra debe ser un trabajo en conjunto, que es la matriz DOFA?
De acuerdo con Elena Casab. También he tenido experiencias que el autor reconstruye muy articuladamente. Pero la relación debe ser más de colaboración, y reconocer el conocimiento del cliente. Muchos a veces no sabemos dialogar fuera del vocabulario del oficio. Lo otro seria considerar que diseñamos sin tener en cuenta el contexto y otros aspecto que estamos ajenos, pero no así el cliente. Ambas partes tenemos que saber negociar nuestros saberes. Igual sucede con otros tenedores de apuesta en proyectos complejos inter-culturales y transdiciplinarios.