Israel Martinez López

Propondría cambiar objetos por procesos (o por lo menos redirigir el énfasis). El objeto luego como un resultado, un testigo o un testimonio en todo caso. Dejar de permitir que el objeto sea el sujeto.

Aunque ciertamente podríamos decir mucho del tema de la vocación (que no sé si sea "cosa de ahora"), creo que efectivamente la institución tiende a ir un paso atrás de las necesidades y de los retos que plantea nuestro tiempo. En ese sentido me parece que un mecanismo para ejercer presión en las instituciones y en los mismos docentes es otorgarle más poder a estudiante sobre su proceso de formación y al mismo tiempo ser nosotros (los que en dado momento nos preocupamos por algún tema en particular) los que busquemos la manera de que dichos temas se discutan en el aula y la academia con miras a que sean temas (que de ser relevantes para la vida del estudiante) se integren pronto a formar parte de la formación del alumno. Otro, en la práctica es lo que medianamente me ha funcionado, es buscar dentro de la misma institución compañeros, docentes y alumnos interesados por el problema y generar grupos para dar visibilidad y comenzar a abordar los distintos problemas. Como en este caso.

Si, me parece necesario también un texto más extenso, profundo y detallado sobre el tema. Estamos trabajándolo ya en ello.

Gracias Armando por la referencia. Lo revisaré. Saludos

Si Erik, el problema que atravesamos (por lo menos en la institución en la que actualmente laboro), está en que profesionistas, quizá si bastante preparados en la disciplina que participan y con suficiente experiencia en el campo profesional imparten clase. Lo primero es bueno y sumamente deseable pero hace falta una formación también pedagógica y a ello habría que sumarle el diseño de planes, herramientas y el desarrollo de metodologías propias para esas herramientas. Ser docente es un trabajo sumamente complejo visto así, frente al cual nos estamos quedando cortos (por lo menos aquí, insistiré).