Diálogo Nº 44632
Diálogo iniciado por Romualdo Faura en el artículo Pasión por el diseño
Se ha quedado a gusto.
Yo diseño apasionadamente. De hecho para mi, diseño es pasión. Y si, también me enfado con los clientes, y sufro cuando me hacen cambios caprichosos. Y tomo los diseños como algo mío.
Y sabe qué?, prefiero eso. Prefiero tomarme el diseño como algo pasional, subjetivo, con el riesgo de la arrogancia. No me ha ido mal hasta ahora.
Muy sincero.
Soy arquitecta y actúo un poco así. Admito que debería corregirlo, pero cuando llevas varios años de profesión te das cuenta que muchos clientes te buscan justamente por eso, por ponerle pasión a tu trabajo, defenderlo y "educarlos", respetuosamente, en lo que es nuestro campo de conocimiento y la mayoría de las veces lo agradecen.
Estimados, puede ser que a sus clientes les guste la pasión que ustedes ponen al diseñar, pero dudo que los contraten para eso. Los contratan para resolver un problema, y si el problema no se resuelve de manera óptima, o no se resuelve, por más pasión que hayan puesto ustedes, no les va a servir a la hora de querer cobrar su trabajo. Y ahí el cliente no va a poner en la balanza la pasión que hayan puesto para diseñar. La pasión no es indispensable en una profesión, la racionalidad sí. Porque el servicio, negocio o asesoramiento que ustedes prestan como profesionales funciona dentro de esos términos. Por más pasión que pongan, el momento de diseñar es sumamente racional, al menos dentro de lo que hacemos de manera consiente.
Tu mismo das en la clave, el diseño como profesión ha de responder a una necesidad, y en la medida en que esa necesidad se resuelva se habrá cumplido el objetivo, la encomienda.
Ahora bien, para resolver el problema lo puedo hacer con pasión, total y absoluta, y cumplir con todo trabajando desde lo más emocional, y dejar lo racional a lo mínimo indispensable.
A mi no creo que me contraten únicamente por mi eficiencia, me contratan por cómo resuelvo las cosas, por los trabajos que ven en mi portafolio o por referencias. Y en todo eso hay mucha pasión y poca racionalidad.