Pareja sobre No me des lo que te pido, dame lo que quiero (44502)
Diálogo iniciado por Adriana Pareja en el artículo No me des lo que te pido, dame lo que quiero
Lamentablemente es como dices, hay que llenar la olla. Innumerables veces he considerado no presentar las mil y un opciones ( en honor a mis profesores y colegas más experimentados), pero la experiencia ganada me dice que es mejor llevar más. De esta manera, el cliente puede escoger a su antojo sin perder por completo el diseño inicial. Preferible eso que al temido "No me convence ¿por qué no intentas otra vez?". Sin embargo, no dejo de creer en los milagros, pues sí me he topado con clientes que confían en nuestro criterio y aceptan nuestra propuesta con pequeñas, mínimas modificaciones, como diciendo que no todo en la relación del cliente y del diseñador esta perdido o dicho.
Gracias Adriana, estamos de acuerdo en que las últimas que señalas como experiencias no son la mayoría, aunque es un placer cuando suceden.
Los "antojos" de los clientes probablemente deban ser tomados como información adicional, no solo como "ocurrencia pasajera", allí puede estar escondida: experiencia de mucho años de trabajo en su materia especifica de producción e inter-relación con sus clientes, y, en esa expresión de deseos la confusa manifestación del proyecto que pretende desarrollar.
Me parece bien tu pisición, los oidos siempre abiertos, en una de esas ellos sí tienen razón, o parte de ella que nos sirva, después de todo se supone que son los que mejor conocen su producto.