Diálogo iniciado por Marco Antonio Bonilla Pérez sobre:

Micro-empresa: la mina de oro del diseñador
No existe cliente pobre, sino diseñadores que no saben aprovechar las oportunidades.

En nuestra formación académica jamás no enseña a tratar con clientes. Esto nos da una área de oportunidad en la formación de las universidades. El contacto con clientes nos da un visión muy diferente a lo que teníamos concebido como diseño gráfico, pero en la realidad vemos que es una disciplina mucho más complejo, que se requieren no solo principios de diseño y composición, sino saber adaptarnos a las necesidades que debemos de cubrir de comunicación, es de decir debe existen una inter disciplinariedad.


Esto nos puede dar un mejor desenvolvimiento en el mercado laboral, porque puede ofrecer una estrategia para usar tu diseño o aplicarlo, y hacerlo para que se vea bonito. Y no simplemente vender el diseño, porque en la realidad y sobre todo en la pequeñas empresas, lo ven como un gasto y no como inversión, debemos ser capaces de vender lo que hacemos y hacer que funcione, para que puedan valorar de lo que en realidad se es capaz de desarrolla con el diseño gráfico.

Las universidades jamás le han dado valor a un estudiante desde los primeros cursos, consideran que no sabe, que no tiene experiencia. Qué error imperdonable