Diálogo Nº 24319
Diálogo iniciado en el artículo Los países y las ciudades no son marcas
Coincido en parte con la postura de Barragán; entiendo lo fatídico que puede ser para un país generar un Corpus Identitario a nivel icónico por los avatares políticos de la administración de turno, pero tampoco veo con buenos ojos, que en el concierto mundial, suenen diferentes melodías de un mismo país, porque lo que provoca es que no perciban la base rítmica que define a un país. Abogo por un «sello ecuménico marcado a fuego» que define de pies a cabeza a una nación y no una diáspora de marcas turísticas bien posicionadas en el globo.