Sanchez sobre Los cuentos del diseño (26179)
Diálogo iniciado por Gaston Sanchez en el artículo Los cuentos del diseño
Hay una importante diferencia en entre presentar un trabajo, explicarlo y darle un marco teórico para aquel que sepa entender a crear un entretenido «cuento» para intentar convencer a aquel que no sabe entender el trabajo de diseño o trabajo de cualquier tipo.
Creo yo que pensar en «lo hice, me gustó, creo que funcionará» no niega la existencia de un proceso teórico por más que el realizador desconozca parcial o totalmente la existencia de este. No niego la existencia del cliente «mentime que me gusta!», pero quizás algunos inventen al no saber explicar, no?
Hola: no me refiero nunca a la «fundamentación» de un trabajo. Sólo promuevo no «empaquetar» nuestras ideas con referencias «borgianas». Aclaro que Borges, hacía cita de libros y autores que no existían. Una genialidad perdonable. yo como autor y docente, promuevo que las ideas de cada uno, valgan por si mismas, sin el «enchufe» de alguien que, por citarlo, agregue valor a nuestra propuesta. Eso es lo que puede convertir un producto «original» en un «bodrioducto» perfecto. Saludos y gracias.
Cómo docente remarco a mis alumnos que existe la «fundamentación» y la «justificación», y propongo que de las propuestas desarrolladas es válido tener clara la fundamentación del proceso al cual llegamos a la solución (compartirla con el cliente o no es una decisión diferente, está en otro plano del proceso). Cuando desarrollamos una «justificación» del producto, creo que andamos muy cerca de lo que Fernando declara como «cuento» (pero hay que reconocer que hay clientes que quieren un «cuento»).