¿El profesional diseñador debe educar al cliente?
Diálogo iniciado por Luciano Cassisi en el artículo Los clientes no compran diseño
Por algún motivo, parece ser que algunos lectores (pocos) han interpretado que mi propuesta de abandonar la pretenciosa idea de «educar al cliente», implica volverse mudo y no explicar de qué se trata el servicio que se ofrece. Sin embargo jamás sugerí tal cosa. Al contrario, sostengo que hay que ser muy claros, ordenados y precisos, para que el cliente comprenda completamente lo que se le propone y confíe en nosotros.
Critico a los diseñadores que presentan a sus clientes presupuestos escuetos, pobres en explicaciones, lo cual puede ser interpretado como una actitud poco profesional.
Una cosa es explicar un proyecto, antes del contrato o durante su realización, y otra muy distinta es «educar al cliente».
Luciano, el foro se queda mudo con tu aclaración. Lo que personalmente leo en todos los posts me parece bien, es un foro de opinión. Me parece que el problema surge de algunos momentos. El primero desde la manera en que escribes la analogía:
"¿Qué pensaríamos si en cada visita, nuestro dentista se la pasara explicando de qué se trata la odontología y cuánto podría ayudarnos a lo largo de nuestra vida? Salvo a los odontólogos, a casi nadie le interesa contar con esa información".
La analogía tiene sus riesgos, es una comparación pero no es el problema a tratar.
Otro momento es que posiblemente no leyeron bien tu texto (o leen soalmente algunos comentarios), y otro más es que desearon expresar simplemente lo que piensan sobre " educar al cliente".
Viendo que tienes 858 seguidores quiere decir que todo va bien, unos cuantos comentarios acertados o equivocados no significan gran cosa. Además eso le da vida al foro. Imagina que TODOS escribieran que el articulo fue perfecto.
Saludos
La aclaración es, justamente, para que el debate pueda continuar y resultar útil. Como seguramente te sucedería a ti y a cualquier persona, no le encuentro sentido a un debate en el que se me discute algo que está en las antípodas de mi pensamiento. Me parece mucho mejor que, en lugar de discutir unas ideas a las que nadie adscribe, discutamos ideas que alguien esté dispuesto a defender.
Respecto a mi responsabilidad en que se me malinterprete, el solo hecho de hacer la aclaración lleva implícita mi aceptación de que el texto no era totalmente claro. No tengo problema en admitirlo.