La publicidad tiene algo de verdad

Uno de los conceptos que más claros me han quedado al introducirme en el mundo de la publicidad, es que todas las personas somos capaces de pensar, escribir y hablar; todos lo hacemos, aunque no del mismo modo, ni con la misma frecuencia. Los seres humanos necesitamos comunicarnos para poder expresar sentimientos, opiniones, deseos, etc. ¿Qué sería de las relaciones humanas sin el fenómeno de la comunicación? Nada, simplemente estas relaciones no existirían.

Si nos detenemos a pensar por un instante, nos daremos cuenta de que la comunicación se basa en compartir y transmitir informaciones. Y eso es lo que hacemos los estudiantes cuando analizamos en clase el fenómeno de la comunicación en la publicidad. La publicidad nos habla, nos comunica. La publicidad resuelve unas dudas al tiempo que crea otras. La publicidad informa, persuade, recuerda, educa, refuerza y, para ello, utiliza una larga lista de recursos que permiten transmitir una idea (el mensaje publicitario) de forma clara y concisa.

Así pues, podemos entender la publicidad de muchas formas distintas. Por ejemplo, según el Diccionario de la Lengua Española¹, la publicidad consiste en la «difusión o divulgación de información, ideas u opiniones de carácter político, religioso, comercial, etc., con la intención de que alguien actúe de una determinada manera, piense según unos ideales o adquiera un determinado producto». Como puede verse, esta definición va muy de la mano de la definición de comunicación que ofrece Toni Segarra, director de la agencia publicitaria SCPF,² y uno de los mejores creativos españoles del siglo XX, recogida en el documental Los oficios de la cultura - Publicidad: Toni Segarra.³ Este gran profesional afirma que el trabajo de un creativo publicitario consiste en el desarrollo, creación y difusión de ideas que vendan productos y marcas en todo tipo de soportes. Segarra hace especial hincapié en encontrar qué hay de especial en la marca o en el producto, y en amplificar esos conceptos para luego comunicar un mensaje al público. Entonces, podemos decir que realmente el trabajo de un creativo publicitario consiste en seducir. En ese sentido, los publicistas seríamos unos «seductores comerciales».

En mi opinión la publicidad no sólo vende, sino que también comunica. En la publicidad siempre hay algo de verdad amplificada, una verdad objetiva que da sentido a la acción publicitaria y que nos emociona. Decir que la publicidad solo sirve para vender cosas que no necesitamos es una manera de insultarnos. ¿Realmente somos tan ignorantes como para comprar una cosa que no necesitamos por el simple hecho de que nos lo diga una campaña publicitaria?

Creo que algunas veces los consumidores exageramos la función de la publicidad, otorgándole un poder que no tiene. La decisión de compra está en nuestras manos, pero la publicidad es nuestra coartada para vivir en un mundo que nos gusta y en el que nos sentimos cómodos: la sociedad de consumo.

Concluyo este breve artículo compartiendo una campaña publicitaria que la Agencia SCPF realizó en el 2010 por encargo del Consejo Superior de Cámaras de Comercio españolas. La campaña, conocida como Esto sólo lo arreglamos entre todos,⁴ tenía como iniciativa contagiar confianza y fomentar las actitudes positivas entre la ciudadanía para hacer frente a la salida de la famosa crisis económica a la que España enfrenta desde el año 2008. A pesar de que los años han pasado y de que la crisis todavía afecta profundamente, el mensaje sigue siendo el mismo: «Esto sólo lo arreglamos entre todos», y este es un buen ejemplo de que la publicidad tiene algo de verdad.

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