Golpeando con diseño el lamento latinoamericano
Reflexionando sobre nosotros mismos podemos comprender mejor por qué somos como somos, pero de la reflexión debe surgir siempre una acción que permita evolucionar.
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«Aquí en Venezuela, lo que hay es un lento, dramático y desesperado esfuerzo de una sociedad por asumirse a sí misma, en un territorio y dentro de unas costumbres y unos códigos que ni le corresponden, ni la expresan y, en ocasiones, ni siquiera la sueñan». José Ignacio Cabrujas
Inicio este artículo citando a Cabrujas, reconocido escritor y dramaturgo venezolano, para ubicarnos dentro del contexto. He nacido y crecido en un país esplendoroso, con una riqueza natural única, un país donde se gestó el movimiento independentista de gran parte de Sudamérica, pero con un gentilicio que definitivamente no ha sabido valorar todas estas cosas. No me atrevo a aseverar que esto suceda en toda Latinoamérica, pero he tenido la suerte de visitar varios países de nuestra región y he notado muchas coincidencias. Existe una especie de lamento generalizado sobre nuestra identidad, sobre quiénes somos; y, por su puesto, esto afecta de forma directa la comprensión sobre cuál es nuestra posición en este mundo globalizado.
El área del diseño, no escapa a esta realidad. Cuando converso con colegas, siempre surge el lamento. Pareciera una especie de estigma, simplemente hay que criticar la situación actual. Tiendo a pensar que el lamento y la crítica son buenos, pero deben venir acompañados de algo más, deben ser sucedidos por un accionar que pueda contribuir a que ese lamento cese y muera, para que pueda al menos surgir una nueva situación sobre la cual lamentarse.
Contradictoriamente a estos lamentos y críticas, en nuestra región se están empezando a ver cambios interesantes, cambios que dan indicios de algo nuevo, de un transitar del desgastado lamento a un estadío más activo y sinérgico. Una muestra es la aparición de las redes de diseño. Hoy da sus primeros pasos la Red Venezolana de Diseño. Además surgen todos los años nuevos eventos educativos donde el diseño es el tema central y se evalúan los sistemas didácticos aplicados a la enseñanza. Incluso este mismo espacio es una respuesta magnífica a la falta de referencia bibliográfica sobre diseño latinoamericano. Entonces no hay que ser adivino para pensar que todas estas acciones tienen que traer consigo cambios sustanciales.
En días pasados tuve la oportunidad de visitar una exposición en Caracas, llamada SIMPL3 TIPO GRÁFICA (de cuyo catálogo tomé la frase citada de José Ignacio Cabrujas). Lo que vi me golpeó fuertemente y de manera positiva: la exposición mostraba propuestas frescas e interesantes de noveles y desconocidos diseñadores, junto a propuestas de los reconocidos Alvaro Sotillo y Waleska Belisario. La comunicación de la exposición decía: «Simple Tipo Gráfica no es otra cosa que una expresión más de lo que resta de nuestra sociedad por asumirse a sí misma…».
Nuestra identidad existe, pero la hemos estado buscándola en los cánones foráneos y no en nuestra propia realidad, llena de una hermosa diversidad étnica. Es necesaria la unión, tender puentes que permitan generar relaciones de ganar-ganar y dejar a un lado la mezquindad que tanto daño nos ha hecho. Dejar de culpar a los demás para comprender que somos parte del problema.
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