La esclavitud del consumo: ¿libertad o manipulación?
Diálogo iniciado por Fernando Navia Meyer en el artículo Esbozo de la sociedad de consumo
Querido amigo, queda el recuerdo de esa irrefrenable y maratónica seción en la U. C. B., allá por el 2009, lo recordarás?. Anímico y didáctico tu enfoque, también aterroriza, porque describes en un corto texto esta paso por la vida, que parace elaborado por un ser maléfico que ha definido nuestro destino desde que nacemos, –aunque ni del mismo somos culpables–. La cúspide y clímax, cuando esa gigante organización vende (nos hace "ser") ahora mismo felicidad y patrocina en el mundo un estudio, encuesta, sobre cuáles son los países más felices. Penoso, no ser dueño de tu propio destino no?
Fernando coincido con vos, de que un análisis tan minucioso de lo que este mundo nos vende como "felicidad", es realmente atemorizante. Ese ser maléfico existe y realmente maneja las cosas para que, como seres creados por Dios, perdamos de vista las cosas esenciales de la vida como lo es nuestro parte espiritual.
Fernando, todo el mundo no anda por la vida como un bobo comprando todo lo que le ponemos delante de la cara diciendolé que lo hará más felíz, muchas personas a pesar de nuestro trabajo piensa y no se deja influir. Lo peor es que nosotros desde nuestra actividad (si no todos, muchos) somos parte de esa gigante organización maléfica. Una de las 6 variables de esa encuesta es justamente "libertad para tomar decisiones", algo sobre lo que influímos de manera sutíl los que nos dedicamos a la comunicación. Con todo respeto.
Estimado Luis: seguramente no todo el mundo será bobo, pero con seguridad compra y consume y otras tambien piensan y compran y consumen. Y claro, tienes razón, todos de una o de otra forma somos parte y contribuimos de y a este maleficio. Y la variable indicada, es como el largo aliento del esclavo –que desde que nace no conoce otra forma de vida, como la de este maleficio– y claro, cuando se le dice, que es "libre de tomar decisiones", es darle la llave cuando no hay puerta. Un fraterno abrazo.
O creen pensar y luego consumir. Nosotros hacemos que se vea asi el escenario. Sigo pensando que la pregunta no es que hacer, sino si estamos dispuestos a pagar el precio por hacerlo. Y recargando unas líneas de algún film "Si no lo hacemos nosotros, otro más lo hará"
Fernando, la nota parece contarnos el derrotero de un "consumidor" desde amateur (pequeño) hasta profesional experimentdo en las postrimerías de su adultez y no se hace diferencia en consumir por necesidad (todos compramos como bien dices) a consumir compulsivamente en una carrera idiota en la cual nosotros ayudamos de alguna manera a que ese pobre consumidor se anote y decir que no hay puerta para salir es seguir alimentando la carrera. Si hay un problema también hay una solución, que nos guste o no es otro tema.
Los niños de hoy son superconsumidores. Sus gustos inciden en economía familiar. Se llega a esta situación, sin duda por la educación, el ejemplo y la influencia de los adultos. ¡Y las sofisticadas estrategias del marketing!
La educación para el consumo desde la escuela favorece el desarrollo armónico de la personalidad y el carácter de futuros ciudadanos. Los chicos educados en este contexto, adquieren competencias valorativas respecto del consumo. Pero todo esto es imposible sin la coherencia de la familia/escuela/comunidad.