Salgado sobre Diseño mexicano: la emancipación del penacho y el nopal (35826)
Diálogo iniciado por J. Leonel Salgado en el artículo Diseño mexicano: la emancipación del penacho y el nopal
Por un lado creo que es imposible establecer un «diseño mexicano» porque México es un país de tantos matices que sería imposible enmarcarlos en un solo concepto. Por otro lado los nopales y calendarios aztecas es algo que sigue vigente porque nos gusta y nos hace sentirnos orgullosos de nuestras raíces. La historia de México esta llena de eventos de mestizaje y mezcla de culturas, esa es parte de nuestra identidad, el no tener identidad e ir creando e improvisando. También el gusto por las formas orgánicas y colores vivos. Estoy en desacuerdo a dejar al nopal y al penacho, hay que presumirlos
El problema es quién fijó el nopal, el penacho y el calendario azteca como referentes de la cultura mexicana. ¿Dónde está el origen? ¿Porqué esos símbolos y no otros? ¿Qué cosas quedan fuera y qué cosas se ocultan? ¿A quién beneficia esta selección de símbolos?. Si nos apropiamos de estos clichés desde una perspectiva romántica estamos obviando estas preguntas y estamos comprando acríticamente un discurso elaborado desde el poder institucional. Hay que presumir el nopal, pero hay muchas otras cosas marginadas más importantes y profundas que debemos conocer, aprender de ellas.
Además, la cultura azteca es una de muchas de la época precolombina; ha sobresalido porque los aztecas eran los conquistadores de su época. Si le preguntan a los purépechas si se sienten representados, posiblemente digan que no.
Eso es lo que digo, los símbolos aztecas son solo una parte de nuestra cultura, y no voy a mencionar a todas, (es.wikipedia.org/wiki/Categoría:Etnias_de_México).
Repito «Mexico es una mezcla de culturas», pre-hispanicos; revolucionarios; de la reforma, agringados, afrancesados, actuales, ochenteros, etc. ¿A quien le importa el origen si tenemos más de uno? Si el nopal y el penacho no son suficientes ya dijeron que hay símbolos purépechas, y en cada rincón del país hay diferentes. Hay que rescatarlos a todos y la única justificación que se necesita es «porque ahi están», es parte de México.
¿Y por qué no presumir con diseño materiales que abundan y son únicos en el país? ¿Por qué no presumir que el país tiene más cosas que el mariachi? ¿Qué hubiera sido de Luis Barragán si hubiera usado estos clichés? Tenemos un país muy basto en todo (materias primas, técnicas de producción, etc.) ¿por qué no presumir más de lo que incluso, como mexicanos, conocemos?
Tenemos un país vasto en problemas, más allá de caprichos estético-simbólicos que dan valor añadido a mercancías poco relevantes para la mayoría de la población. El problema de fondo es la copia, no sólo formal sino de toda una (mal)concepción del diseño. Pienso que debemos sumergirnos en las necesidades de las mayorías, no sólo de los diseñadores, y desde ahí re-diseñar el diseño y sus preconcepciones. La forma y la identidad surgirán como resultado de conocernos (y respetarnos) a nosotros mismos, no como un objetivo que finalmente está dirigido a vender una imagen.
No rescatar, honrar.
Coincido con Diego Mier y Terán, la resolución de los problemas propios del contexto y no solo en el diseño industrial, se convierte en la piedra angular para fundamentar nuestra actividad, qué mejor que la identificación del diseño mexicano por su habilidad de resolver problemáticas, más allá de crearlas.