El diseño como lenguaje: ¿cómo comunicar ideas?
Diálogo iniciado por Juliana Chiriví Amaya en el artículo Cuando el cliente da señales
Fernando, me atrevo a decir que los diseñadores y arquitectos lidiamos con los que podrían ser los clientes más difíciles, ya que desean comprimir todos sus gustos e ideas en un diseño que sea igualmente atrayente, muchas veces sin siquiera escuchar nuestras opiniones acerca de aspectos que son indispensables y que ellos no conocen. Creo que la mejor forma de hacer respetar nuestro trabajo, más allá de cobrar un anticipo, es fortalecer el discurso que argumenta nuestros conocimientos y productos, para ofrecer la mejor propuesta que satisfaga a todas las partes (diseñador-cliente-público).
Estoy de acuerdo contigo Juliana siempre van a ser difíciles los clientes para los diseñadores y arquitectos, a medida que pasa el tiempo, el cliente siempre va a querer estar renovando, los gustos siempre van a estar en cambio ya que los clientes y los gustos son diferentes, en la mayoría de los casos son inconstantes.
Alejandro te pido disculpas por dirigirme a tí como Fernando, aún así, Anamaria creo que los gustos cambiantes son un punto a favor para el diseño, pues garantizan que las necesidades tanto estéticas como funcionales sean también cambiantes y es a ese tipo de problemáticas a las que nos dirigimos los diseñadores. Sin embargo estamos igualmente expuestos a constantes rechazos o «imposiciones» del cliente y el usuario que exigen por parte nuestra una capacidad argumentativa y creativa muy alta para lograr convencerlos y satisfacerlos.
De acuerdo con Juliana, aparte de querer entender a los clientes, lo mas importante en estos tiempos es fortalecer el discurso que argumenta los conocimientos y productos de nosotros como diseñadores profesionales, y así mismo darlos a conocer y entender por nuestros clientes, para que estos entiendan la importancia de los diseñadores y se sientan a gusto con nuestro trabajo y lo transmitan a otros; también pienso que el cambio y la renovación siempre van a estar presentes en la mayoría de los clientes, y es un reto importante para los diseñadores apropiar estos hechos a todos los diseños.
Estoy de acuerdo con ustedes, los diseñadores debemos tener ante todo un discurso argumentativo sumamente bueno y un gran poder de convencimiento a través de este, para poder de esta manera influenciar a los clientes para que nos permitan desarrollar las propuestas de tal forma que cumplan con las expectativas cliente-publico, logrando un diseño que cumpla con la función para lo que fue ideado. Y tal vez hacer que los clientes y las personas en general empiecen a tomar a los diseñadores en serio, que al fin nos den el lugar que merecemos y nos dejen trabajar sin tantas condiciones.
Angela, insisto que esas condiciones -no absurdas, claro- son igualmente necesarias, si diseñáramos con total libertad de alguna forma también estaríamos imponiendo nuestra postura por encima de lo que el cliente quiere o espera sentir con el producto. Si queremos satisfacer al usuario sin afectar nuestros criterios debemos diseñar discursos más que objetos, productos comprensibles, rearticulables, propensos a la mutaciones a través de la retroalimentación y solidarios, es decir, que se construyan gracias al trabajo conjunto entre usuarios y creativos para el beneficio de ambos.
Claro Juliana, como diseñadoras debemos generar estos vínculos, para lograr proyectos con bases solidas, generados desde un discurso argumentativo, que cumpla con las expectativas tanto del cliente, como del diseñador, de esta forma lograremos un proyecto retroalimentado.
Pero la pregunta es, como podemos lograr esto?
El primer paso sería desprendernos de la idea de diseñadores de forma-función y direccionarnos hacia lo que Nigel Whiteley plantea como el «diseño valorizado», ser diseñadores integrales capaces de abordar problemas sin pensar en imposiciones políticas, teóricas o de pensamiento, fortalecer la interdisciplinaridad tanto en los procesos de investigación como en los de desarrollo y ser conscientes de otros problemas alejados de la obviedad y de las implicaciones del abordaje por parte del diseño. Destacar el valor del diseño y el valor de las comunidades para hacer verdaderas sociedades.
Tienes mucha razón, pienso que en los últimos años el diseño en Colombia a cambiado la forma en que es percibido por la comunidad, pienso que esto se debe al cambio de pensamiento de las escuelas de diseño, que paso de ser un pensamiento individualista y egocentrista, que no permite la participación de personas externas, a un pensamiento grupal, donde sabemos que todos y cada una de las personas que componen la comunidad son capaces de aportar útiles ideas, así que podemos a través de nuestros conocimientos darle forma a sus ideas, para lograr lo que todos los implicados desean.
Claro! Como dices Angela, la forma de percepción haya cambiado a un pensamiento más grupal, pero aún sigue siendo muy débil, porque nos cuesta desligarnos del ego de «diseñador» y la idea de «el cliente no tiene criterio» y no somos lo suficientemente humildes aún para aceptar que podemos aprender de ellos, queremos forzar muchas veces nuestras ideas cuando pueden ser superiores si apropiamos las mejores ideas del cliente a través de diseños más integrales.
Exacto Juliana, pero ya vamos por buen camino para lograr desligarnos completamente del ego que nos persigue, ademas casi todos los nuevos mentores, tienen esta renovada mentalidad y hacen todo lo posible para que nosotros la adaptemos a nuestro ideal de pensamiento, logrando potenciar una nueva generación de diseñadores que promuevan el diseño de pensamiento y emociones, quitandole un poco el protagonismo a los artefactos.
entrando en la charla ,pienso que como dices juliana la unificacion tanto de cliente ,publico como diseñador, hacen que en conjunto satisfacer la demanda que esta expuesta en el mercado.Y comparto totalmente angela en que esta nueva generacion de diseñadores seran los guien el camino y sus proposiciones haran que a futuro se le de primacia a las emociones ,los setidos,tantos factores a favor del buen diseño en vez de el objeto en si.