Diálogo Nº 51610
Diálogo iniciado en el artículo El concepto como texto pragmático
![Retrato de Marioisrael Sánchez](https://foroalfa.org/imagenes/perfiles/48/350/350827.jpg)
La comprensión del concepto como punto de partida para el desarrollo de proyectos aclara la vía de comunicación del diseñador hacía el cliente, justificando decisiones y acotando el alcance de la resolución del problema. Esto facilita enormemente la enseñanza del diseño y el cumplimiento de los objetivos de algún proyecto. Sin embargo, en mi experiencia, tanto en el ámbito profesional como académico, he encontrado que la falta de comprensión del propósito del concepto puede resultar en 3 desaciertos: (1) que el diseñador pueda ver limitada su capacidad creativa por apegarse a un concepto obsoleto impuesto por el cliente (que con la experiencia se conseguirá una mejor negociación); (2) que el concepto se llegue a formular con tal ambigüedad y extensión que cualquier componente o forma que tome el diseño sea justificable; y (3) por último, que el concepto se identifique como creatividad; el concepto es una idea, pero no existen ideas creativas (así como tampoco se puede patentar una idea), es la selección, proceso y desenlace del desarrollo de un encargo, en conjunto con el concepto, lo que resulta en creatividad.
Buen tema del cual debatir, saludos!
![Retrato de Nico Del Real](https://foroalfa.org/imagenes/perfiles/48/188/188301.jpg)
Resulta curiosa la relación de la inspiración con el «concepto».
Bajo estos supuestos, podríamos afirmar que toda solución de un diseñador responde a un «concepto», pero no por eso, ésta necesariamente es a su vez una solución "de diseño".
Quizá, al no definirlo y dejar que nuestros propios prejuicios (o del cliente), le den forma, dejamos que nuestra labor pase de creativo a un simple "operador de mouse". Por otro lado, hay proyectos que pueden considerarse bien ejecutados sin la necesidad de pensarle demasiado.
Esta "inspiración" pasaría a ser nuestra necesidad de cercanía, en relación a la distancia o familiaridad con el «concepto» en cada caso, siendo aquellos proyectos sin necesidad de ésta, los más cercanos a nuestros prejuicios, o en todo caso, la evidencia de nuestra poca responsabilidad profesional.