Antonuk sobre Verbal/no verbal como polaridad identificatoria (41983)
Diálogo iniciado por Damian Antonuk en el artículo Verbal/no verbal como polaridad identificatoria
Una marca con poca exposición y que "sale a la calle" a enfrentarse a sus competidores, no deberá disfrazarse, en vez de seguir dogmas que empeoren la situación? Veo válido el concepto de disfraz superfluo en marcas que por mínimo, ya están naturalizadas
La misma duda le surgió a Luciano Kraliczek más abajo. No creo que el tamaño de una empresa justifique que se la disfrace de algo que no es. Los clientes se dan cuenta porque son personas igual de inteligentes (a veces más) que los de las empresas grandes.
Habría que analizarlo con casos concretos de pequeñas empresas. Si bien estoy de acuerdo con la hipótesis de seguir el mismo criterio sin importar el tamaño de la organización, hay veces que es más pertinente optar por una toma de partido más "jugada" que lo tradicional. No creo que agregarle un simbolo haga que la sujeto se disfraze de algo que no es, o se modifique la función de identificación. Funciones ʼlúdicasʼ o de ʼmotivaciónʼ podrían capitalizar la elección por encima de la baja exposición producto de su tamaño,en otras palabras, los límites no son tajantes ni matemáticos, no?
Exacto: los límites no son tajantes. El asunto es que la marca gráfica «no puede» cumplir funciones publicitarias ni informativas respecto a la organización o el producto que identifica. No hay nada más difícil que lograr tal cosa con unos simples signos identificadores. Hacer publicidad (del tipo que sea) con los recursos disponibles, es mucho más fácil, barato y efectivo. Si apenas hubiera presupuesto para enviar un email a los potenciales clientes, ¿qué sentido tendría intentar usar la marca gráfica como soporte del mensaje, cuando se cuenta con mucho más espacio y posibilidades expresivas?